Por Dirk Hoffmann, 03 de Octubre de 2016

Transformar el conocimiento científico sobre el cambio climático en políticas públicas es sin duda uno de los grandes retos de nuestro tiempo. La reciente publicación “Toma de decisiones y cambio climático: acercando la ciencia y la política en América Latina y el Caribe” del Centro Regional de Cambio Climático y Toma de Decisiones de la UNESCO busca ser una reflexión cómo concebir puentes necesarios para generar una interacción efectiva entre ambos espacios.

Los distintos ensayos de la publicación nos demuestran “que la interacción entre ciencia y política, si bien difícil de conseguir, es necesaria a la hora de modificar enfoques de política a nivel nacional, regional e internacional”. Republicamos a continuación la presentación sobre este importante libro, del blog informativo LatinClima del 30 de agosto de 2016.

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Por Dirk Hoffmann, 26 de Septiembre de 2016

En su más reciente Congreso Mundial de la Naturaleza (World Conservation Congress) de comienzos de septiembre, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) presentó “Los Compromisos de Hawai´i”, declaración que llama a frenar el deterioro global de las condiciones para la vida en el planeta.

Los 10.000 participantes reunidos en las islas pacíficas de Hawai´i bajo el lema “Planeta en la encrucijada”, identificaron tres temáticas críticas para la conservación: el nexo entre la diversidad biológica y cultural; la importancia del océano del mundo y las amenazas para la biodiversidad causadas por la pérdida de hábitats, el cambio climático, las especies invasoras y la explotación insostenible.

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Por Dirk Hoffmann, 19 de Septiembre de 2016

A mediados de agosto pasado, se encontraron investigadores, profesionales y tomadores de decisión en la ciudad de Huaraz, Perú, la sede del recientemente fundado Instituto Nacional de Investigación de Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) para debatir sobre opciones de adaptación y maneras de enfrentar los crecientes riesgos.

El “Foro Internacional de Glaciares y Ecosistemas de Montaña” destacó la relevancia de la investigación en regiones de alta montaña para hacer frente a los impactos del cambio climático, como ser el retroceso de los glaciares, la formación de peligrosas lagunas y los cambios en la biodiversidad altoandina.

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Por Dirk Hoffmann, 12 de Septiembre de 2016

En una acción coordinada y celebrada junto al Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, los dos mayores emisores de dióxido de carbono, China y los Estados Unidos, han anunciado la ratificación del Acuerdo de París.

Con este paso aumenta considerablemente la probabilidad de que este acuerdo climático fundamental pueda entrar en fuerza todavía este año, que ahora lo han ratificado ya 27 países, responsables del casi 40% de las emisiones globales. Para entrar en vigencia, son necesarios 55 países, responsables del 55% de las emisiones globales.

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Gráfico mostrando el estado de avance en ratificación del Acuerdo de París: Ya firmaron 27 países, responsables del 39,08% de las emisiones globales; fuente: UNFCCC

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Por Dirk Hoffmann, 05 de Septiembre de 2016

Como especie humana, hemos alterado el Sistema Tierra de tal magnitud, que ha sido necesario declarar el comienzo de una nueva época geológica, la “edad del hombre” o el “Antropoceno.

Esta es la recomendación del “Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno” después de 6 años de debate y análisis, presentado en su informe al Congreso Geológico Internacional del 29 de agosto pasado.

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Crédito: Subcommission on Quaternary Stratigraphy

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Por Alan Forsberg, 22 de Agosto de 2016
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El fuerte evento “El Niño” de fines de 2015 y 2016 ha dejado el sur de la Amazonía en un estado mucho más seco que durante las dos últimas grandes sequías de 2005 y 2010.

En base a esta observación, un grupo de científicos de los Estados Unidos está proyectando que este año será un año con una gran cantidad de incendios en la parte sur de la región amazónica, que alberga la Amazonía boliviana. El siguiente texto escrito por el científico Alan Forsberg está también disponible en inglés.

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El humo de los múltiples incendios en la región de Mato Grosso de Brasil en una fotografía tomada por el astronauta de la Estación Espacial Internacional el 19 de agosto de 2014. Créditos: NASA.

Científicos de la Universidad de Columbia de Nueva York y de la Universidad de California, Irvine están proyectando que el 2016 será un año malo de incendios en el sur de la selva amazónica debido a una severa sequía durante la época de lluvias de este año. Tales sequías están fuertemente vinculadas a las anomalías del clima mundial tales como El Niño en el Océano Pacífico y fenómenos similares en el Atlántico. En América del Sur, estas anomalías debilitan los vientos alisios que traen la humedad y desplazan la franja de lluvias hacia el norte. Pero más allá de estas sequías periódicas, los científicos están descubriendo que la duración de la época seca está aumentando en alrededor de una semana por década, especialmente en el suroeste de la Amazonia. Esto es más probable debido al calentamiento global provocado por el hombre, que inhibe la precipitación y aumenta el riesgo de incendios.

Muchos están preocupados de que los incendios forestales extensos puedan dañar la capacidad del bosque para actuar como el "pulmón del planeta" por absorber y almacenar carbono y mantenerlo fuera de la atmósfera. Cuando el bosque se quema, libera enormes cantidades de carbono en la atmósfera, exacerbando el cambio climático y aumentando el calentamiento global. El aumento del calentamiento global resultará en epocas secas más largas, sequías más frecuentes, e incluso más incendios. Si no se hace algo, los científicos advierten que la retroalimentación de este círculo vicioso podría alcanzar un punto de inflexión resultando en una muerte masiva de la selva amazónica, con nefastas consecuencias para Bolivia y más allá.

A menudo se considera el cambio climático como un problema global causado por procesos industriales históricos de los países desarrollados, y Bolivia no tiene la culpa de eso. La mitigación del cambio climático está igualmente enmarcada en la escala global, y en gran parte es la responsabilidad de otros reducir la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera del planeta. Pero debemos ser conscientes del hecho de que la selva amazónica juega un papel vital en el sistema climático no sólo a nivel mundial, sino también a escalas regionales y locales, y que los incendios en la Amazonía tienen impactos no sólo a larga distancia, sino también a nivel regional y local.

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Un análisis de los datos de la misión del satélite “Gravity Recovery and Climate Experiment” (GRACE) muestra un mayor déficit de agua del suelo en 2016 que en años anteriores con alta actividad de incendios en la Amazonia. Créditos: Yang Chen, University of California, Irvine.

La última sequía de la cuenca amazónica ocurrió hace sólo 6 años

Uno sólo tiene que pensar en lo que sucedió durante la última sequía de la cuenca amazónica en 2010, cuando grandes columnas de humo hicieron el aire irrespirable en Bolivia y se incrementó drásticamente las enfermedades respiratorias, especialmente entre los niños. El humo excesivo también suprime las lluvias resultando en condiciones  aún más secas en todo el país. ¡Y este año, el sur de la Amazonía es mucho más seco de lo que ha sido desde el año 2002!

Aunque a menudo pensamos en la selva tropical de la Amazonía como el "pulmón del planeta", otros la comparan con el "corazón de la madre tierra" debido a su papel vital en el bombeo de agua desde el Atlántico hasta el centro de América del Sur y más allá. Si no fuera por el acueducto natural formado por árboles amazónicos centenarios, Bolivia seguramente sería mayormente desértica.

Las sequías periódicas en la Amazonia no son nada nuevo, pero los grandes incendios forestales en la selva eran desconocidos hasta hace muy poco. Estos incendios están directamente vinculados a la proliferación de asentamientos y los cambios inducidos por el hombre en el paisaje. Bosques tropicales primitivos intactos son naturalmente resistentes al fuego porque el dosel continuo del bosque bloquea la luz solar y mantiene el bosque por debajo fresco y húmedo.

Cuando partes del bosque son talados por la gente, deja el bosque restante más vulnerable al fuego porque el sol penetra a lo largo de los bordes dejándolo más caliente y más seco. De hecho, la investigación muestra que los bosques que se han disminuido o fragmentado por los seres humanos experimentan peores incendios en comparación con los bosques naturales intactos.

El peligro de este tipo de incendios intensos es que el funcionamiento y la estructura de la selva amazónica pueden ser dañados más allá de la capacidad natural de regeneración o recuperación. De hecho, cuando tales sequías terminan, los investigadores han encontrado que el paisaje cambia para apoyar no sólo a que los bosques sean menos densos, sino también que los pastos sean más inflamables. Se pierde la mayor extensión de bosque, el clima de la región se convierte en más cálido y seco, haciendo el bosque más inflamable y alimentando así aún más en el círculo vicioso de la muerte masiva del bosque.

Los bolivianos no son responsables de las causas históricas del cambio climático global. Sin embargo, pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento de un clima estable a nivel local y regional. Pueden proteger y preservar los bosques existentes mediante la adopción de medidas para impedir que la gente provoque incendios, si no es para ayudar a mitigar el cambio climático a nivel mundial, al menos para proteger la fuente de agua que estos bosques proveen para las ciudades, la agricultura, la minería, la generación de energía, el desarrollo económico y la estabilidad a largo plazo.

 

 

 

Archivos adjuntos:
Amazon Fires blogpost_PROOF.pdf
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Científicos advierten de una temporada de incendios muy ardiente en el sur de la Amazonía


22 de Agosto de 2016

El fuerte evento “El Niño” de fines de 2015 y 2016 ha dejado el sur de la Amazonía en un estado mucho más seco que durante las dos últimas grandes sequías de 2005 y 2010.

En base a esta observación, un grupo de científicos de los Estados Unidos está proyectando que este año será un año con una gran cantidad de incendios en la parte sur de la región amazónica, que alberga la Amazonía boliviana. El siguiente texto escrito por el científico Alan Forsberg está también disponible en inglés.

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El humo de los múltiples incendios en la región de Mato Grosso de Brasil en una fotografía tomada por el astronauta de la Estación Espacial Internacional el 19 de agosto de 2014. Créditos: NASA.

Científicos de la Universidad de Columbia de Nueva York y de la Universidad de California, Irvine están proyectando que el 2016 será un año malo de incendios en el sur de la selva amazónica debido a una severa sequía durante la época de lluvias de este año. Tales sequías están fuertemente vinculadas a las anomalías del clima mundial tales como El Niño en el Océano Pacífico y fenómenos similares en el Atlántico. En América del Sur, estas anomalías debilitan los vientos alisios que traen la humedad y desplazan la franja de lluvias hacia el norte. Pero más allá de estas sequías periódicas, los científicos están descubriendo que la duración de la época seca está aumentando en alrededor de una semana por década, especialmente en el suroeste de la Amazonia. Esto es más probable debido al calentamiento global provocado por el hombre, que inhibe la precipitación y aumenta el riesgo de incendios.

Muchos están preocupados de que los incendios forestales extensos puedan dañar la capacidad del bosque para actuar como el "pulmón del planeta" por absorber y almacenar carbono y mantenerlo fuera de la atmósfera. Cuando el bosque se quema, libera enormes cantidades de carbono en la atmósfera, exacerbando el cambio climático y aumentando el calentamiento global. El aumento del calentamiento global resultará en epocas secas más largas, sequías más frecuentes, e incluso más incendios. Si no se hace algo, los científicos advierten que la retroalimentación de este círculo vicioso podría alcanzar un punto de inflexión resultando en una muerte masiva de la selva amazónica, con nefastas consecuencias para Bolivia y más allá.

A menudo se considera el cambio climático como un problema global causado por procesos industriales históricos de los países desarrollados, y Bolivia no tiene la culpa de eso. La mitigación del cambio climático está igualmente enmarcada en la escala global, y en gran parte es la responsabilidad de otros reducir la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera del planeta. Pero debemos ser conscientes del hecho de que la selva amazónica juega un papel vital en el sistema climático no sólo a nivel mundial, sino también a escalas regionales y locales, y que los incendios en la Amazonía tienen impactos no sólo a larga distancia, sino también a nivel regional y local.

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Un análisis de los datos de la misión del satélite “Gravity Recovery and Climate Experiment” (GRACE) muestra un mayor déficit de agua del suelo en 2016 que en años anteriores con alta actividad de incendios en la Amazonia. Créditos: Yang Chen, University of California, Irvine.

La última sequía de la cuenca amazónica ocurrió hace sólo 6 años

Uno sólo tiene que pensar en lo que sucedió durante la última sequía de la cuenca amazónica en 2010, cuando grandes columnas de humo hicieron el aire irrespirable en Bolivia y se incrementó drásticamente las enfermedades respiratorias, especialmente entre los niños. El humo excesivo también suprime las lluvias resultando en condiciones  aún más secas en todo el país. ¡Y este año, el sur de la Amazonía es mucho más seco de lo que ha sido desde el año 2002!

Aunque a menudo pensamos en la selva tropical de la Amazonía como el "pulmón del planeta", otros la comparan con el "corazón de la madre tierra" debido a su papel vital en el bombeo de agua desde el Atlántico hasta el centro de América del Sur y más allá. Si no fuera por el acueducto natural formado por árboles amazónicos centenarios, Bolivia seguramente sería mayormente desértica.

Las sequías periódicas en la Amazonia no son nada nuevo, pero los grandes incendios forestales en la selva eran desconocidos hasta hace muy poco. Estos incendios están directamente vinculados a la proliferación de asentamientos y los cambios inducidos por el hombre en el paisaje. Bosques tropicales primitivos intactos son naturalmente resistentes al fuego porque el dosel continuo del bosque bloquea la luz solar y mantiene el bosque por debajo fresco y húmedo.

Cuando partes del bosque son talados por la gente, deja el bosque restante más vulnerable al fuego porque el sol penetra a lo largo de los bordes dejándolo más caliente y más seco. De hecho, la investigación muestra que los bosques que se han disminuido o fragmentado por los seres humanos experimentan peores incendios en comparación con los bosques naturales intactos.

El peligro de este tipo de incendios intensos es que el funcionamiento y la estructura de la selva amazónica pueden ser dañados más allá de la capacidad natural de regeneración o recuperación. De hecho, cuando tales sequías terminan, los investigadores han encontrado que el paisaje cambia para apoyar no sólo a que los bosques sean menos densos, sino también que los pastos sean más inflamables. Se pierde la mayor extensión de bosque, el clima de la región se convierte en más cálido y seco, haciendo el bosque más inflamable y alimentando así aún más en el círculo vicioso de la muerte masiva del bosque.

Los bolivianos no son responsables de las causas históricas del cambio climático global. Sin embargo, pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento de un clima estable a nivel local y regional. Pueden proteger y preservar los bosques existentes mediante la adopción de medidas para impedir que la gente provoque incendios, si no es para ayudar a mitigar el cambio climático a nivel mundial, al menos para proteger la fuente de agua que estos bosques proveen para las ciudades, la agricultura, la minería, la generación de energía, el desarrollo económico y la estabilidad a largo plazo.

 

 

 

Por Roger Cortéz Hurtado, 15 de Agosto de 2016

El reciente anuncio del presidente boliviano Evo Morales que una empresa italiana había concluido los estudios iniciales para el proyecto de la represa El Bala en la Amazonía boliviana, ha provocado una polémica sobre la dimensión, la utilidad y sus probables impactos sociales y ambientales.

A continuación, el director e investigador del Instituto Alternativo, Roger Cortéz Hurtado, nos proporciona el resumen de la información disponible sobre este proyecto que resulta el mayor encarado por el Estado boliviano desde su nacimiento.

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Las maravillas del Parque Nacional Madidi están en peligro por los proyectos energéticos.

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Por Dirk Hoffmann, 08 de Agosto de 2016

La red de investigación global del impacto del cambio climático en la biodiversidad en ambientes alpinos GLORIA, establece sus sitios de monitoreo a largo plazo en las cordilleras del mundo en sitios sometidos a la menor intervención posible. Sin embargo, en la región andina esto resulta difícil debido a la milenaria presencia humana. Por eso es de suma importancia incorporar las actividades antrópicas en la documentación y los protocolos de GLORIA, argumentan los investigadores Karina Yager, Dirk Hoffmann y Stephan Halloy.

De acuerdo a lo anunciado en la última entrada al Klimablog, reproducimos a continuación una versión resumida y levemente adaptada del capítulo “Aspectos socioeconómicos y culturales en las áreas experimentales de GLORIA”, publicado en la 5ª edición del “Manual para el trabajo de campo del Proyecto GLORIA”.

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Por Dirk Hoffmann, 01 de Agosto de 2016

La red de monitoreo GLORIA, la “Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos”, es la más importante red de monitoreo a largo plazo de la biodiversidad frente al cambio climático en ámbitos de alta montaña.

Hace poco, el “Manual para el trabajo de campo del Proyecto GLORIA" salió en su 5ª edición y está disponible en español en formato digital en la página del proyecto.

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Por Dirk Hoffmann, 25 de Julio de 2016

El “Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono” es sin duda el tratado medioambiental internacional más exitoso que el mundo ha firmado hasta la fecha. Desde su entrada en vigencia en 1987, ha permitido que la capa de ozono entre en un lento proceso de recuperación.

Sin embargo, uno de los efectos colaterales de la prohibición de ciertas sustancias que dañan la capa de ozono ha sido su reemplazo por otros químicos, que en algunos casos tienen un poder enorme de calentamiento atmosférico, como es el caso de los hidrofluorocarbonos (HFCs), y cuya reglamentación es vital para limitar el aumento de la temperatura global.

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