2014
Un estudio reciente acaba de constatar que la duración de la época seca en la parte sur de la Amazonía– donde se encuentra una buena parte del territorio boliviano - ha aumentado considerablemente durante las últimas 3 décadas.
Según los científicos del estudio “Increased dry-season length over southern Amazonia in recent decades and its implications for future climate projections”, esta prolongación de 3 semanas se debe principalmente al retraso de la terminación de la época seca. Con esta investigación, se confirman por primera vez las numerosas observaciones realizadas en Bolivia que apuntan a un atraso en el inicio de la época de lluvias debido al cambio climático.
Entre las observaciones de los impactos del cambio climático en Bolivia muchas veces se ha mencionado el comienzo “errático”, ya no previsible y sobre todo tardío de la época de lluvias. Pero hasta la fecha no he conocido ningún estudio que de manera sistemática o mediante estadísticas confiables haya demostrado científicamente este atraso en el inicio de la época de lluvias.
Con el estudio “Aumento de la duración de la época seca en la Amazonía sur en décadas recientes y sus implicaciones para futuras proyecciones climáticas” (“Increased dry-season length over southern Amazonia in recent decades and its implications for future climate projections”) de Rong Fu y un grupo de colegas de diferentes instituciones científicas de Estados Unidos, ahora existe esta comprobación científica, por lo menos para la parte amazónica de Bolivia:
“Hemos observado que la duración de la época seca (DSL) ha aumentado en la parte sur de la Amazonía desde 1979, principalmente debido a un atraso en las fechas de su terminación (fin de la época seca, DSE)”, escriben Fu y colegas en Proceedings of the National Academies of Science PNAS, revista científica de acceso libre. Otra observación es que esta prolongación de la época seca está siendo acompañado de una temporada de incendios igualmente prolongada.
“La principal temporada de incendios en la Amazonía sur abarca el período entre agosto y octubre, durante la transición de la época seca a la época húmeda. Un atraso en la terminación de la época seca prolongaría la época de fuegos, lo que llevaría a un mayor número de fuegos entre octubre y noviembre”, escriben los autores.
Debido a los mayores niveles de precipitaciones y la menor duración de la época seca en la Amazonía noroeste, los investigadores ven mucho menos vulnerable al cambio climático a esta región.
Los resultados del estudio vienen de una gran sorpresa, porque el reciente Quinto Informe (AR5) del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PNCC) de las Naciones Unidas había llegado a un pronóstico muy diferente: “Mismo bajo escenarios futuros en los cuales los gases de efecto invernadero aumentan fuertemente, los modelos proyectan una época seca en la Amazonía sur solamente de unos cuantos hasta máximo 10 días de prolongación de la época seca hacia finales del siglo, por lo cual el riesgo de una muerte regresiva (die-back) del bosque amazónico inducido por el cambio climático parecería muy bajo”, se explica en la nota de prensa de la Universidad de Texas.
Mapa de la Amazonía mostrando el cambio del índice de vegetación durante sequías. Fuente: www.utexas.edu
El estudio realizado se basa en el análisis de datos de lluvia, es decir en observaciones directas, de las últimas tres décadas. Aunque todo apunta al cambio climático como “culpable” de este fenómeno, los autores lo formulan con mucho cuidado, indicando que el cambio climático “es la explicación más probable”.
Mas que buscar argumentos para una atribución de la prolongación de la época seca al cambio climático, los autores se muestran preocupados en detallar las implicancias de los resultados hacia el futuro.
No está claro que pasará hacia el futuro, porque la tendencia observada de las últimas décadas no continuará automáticamente. Pero, “si la duración de la época seca seguirá aumentando o no, es la pregunta central para determinar la suerte del bosque húmedo en la Amazonía y el futuro de las concentraciones atmosféricas globales del dióxido de carbono”, describen Fu y colegas el significado de los resultados de su investigación.
“La duración de la época seca en la Amazonía sur es la condición climática más importante que controla el bosque amazónico”, dijo Rong Fu, autor principal del estudio. En la Amazonía, la humedad relativa de la superficie ha estado disminuyendo debido a un aumento de la temperatura de la superficie durante las décadas pasadas. “Si la época seca es demasiado larga, el bosque amazónico llegará a un punto de quiebre y no sobrevivirá”.
Y esto nos llevará a una situación crítica incluso a nivel global. El gran peligro: “La Amazonía ha sido históricamente un sumidero de carbono, pero podría dentro de poco convertirse en una fuente net de carbono – una chimenea arrojando CO2 a la atmósfera”, comenta Katie Valentine del blog climateprogress.org. Esto es exactamente lo que pasó durante las dos últimas “sequías del siglo” en la Amazonía en 2005 y 2010. Durante estas dos sequías la región amazónica probablemente emitió la misma cantidad de CO2 que había absorbido durante la década previa.
Con esto, los resultados del estudio aportan a las especulaciones de algunos científicos que argumentan que una prolongación de la época seca, en combinación con temperaturas más altas y una mayor fragmentación del bosque debido a la deforestación continuada, podría convertir una buena parte de la Amazonía sur de un ecosistema de bosque tropical húmedo a sabana. Esto, a su vez, tendría implicancias fuertes para las precipitaciones que recibe la parte norte y occidental de Bolivia, como se había comentado en una entrada anterior del Klimablog (“Deforestación de la Amazonía reduce las lluvias a nivel local”) sobre otro estudio reciente:
“Según el estudio con el título algo complicado “Observaciones de incremento de lluvias tropicales antecedido por el paso del aire encima de bosques” (Observations of increased tropical rainfall preceded by air passage over forests) publicado recientemente en la revista Nature, con las actuales tendencias de deforestación se reducirán las precipitaciones en la cuenca amazónica hasta 2050 en 12% durante la época de lluvias y en 21% en época seca.”
En una perspectiva global, si comienza la muerte de la Amazonía, grandes montos de dióxido de carbono almacenado en sus árboles y plantas serán emitidos a la atmósfera, empeorando todavía más el cambio climático.
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