Una semana antes de la Cumbre de la G77+China en Santa Cruz y medio año antes de la próxima Conferencia Climática, la COP 20 en Lima en diciembre, se calientan las discusiones sobre las emisiones en el mundo, las responsabilidades para ellas y las propuestas del desarrollo de Norte y Sur.
En este contexto presentamos a continuación el intento de una breve reseña del texto “La problemática de las emisiones de gases de efecto invernadero en Bolivia” proporcionado por el analista climático Amos Batto, miembro del colectivo de activistas climáticos Reacción Climática en La Paz. Es probablemente la recopilación más completa sobre emisiones de gases de efecto invernadero, cambio climático, política energética y de desarrollo de Bolivia.
Emisiones de CO2-eq per cápita; fuente:CAIT 8.0, World Resources Institute
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Según el documento “Montañas como Torres de Agua del Mundo: Un llamado para la acción sobre las Metas del Desarrollo Sostenible (MDS)” (Mountains as Water Towers of the World: A call for action on the Sustainable Development Goals – SDGS), mediante su función de cuenca, las montañas proveen agua para consumo humano, riego, industria y la producción de alimentos y energía para la mitad de la población global.
El mes pasado la Alianza para las Montañas (Mountain Partnership) lanzó este nuevo documento corto temático (policy brief), como parte de una campaña de llamar la atención sobre la importancia de las montañas en el marco de las discusiones sobre las Metas de Desarrollo Sostenible (MDS) dentro de las Naciones Unidas.
El documento “Montañas como Torres de Agua del Mundo: Un llamado para la acción sobre las Metas del Desarrollo Sostenible (MDS) establece de forma clara la importancia global de las montañas: mediante su función de cuenca, las montañas proveen agua para consumo humano, riego, industria y la producción de alimentos y energía para la mitad de la población del mundo. Por ejemplo, el “agua es una de las fuentes de la producción energética en regiones de montaña. En América Latina, el 83% de la energía hidroeléctrica es generado de agua de las montañas”.
“Sin embargo, agua y otros servicios ecosistemicos de montaña son especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático. Actividades humanas como urbanización y desarrollo de infraestructura empeoran todavía más la situación ambiental con efectos sobre la cantidad y calidad del recurso agua. La degradación de servicios ecosistémicos de montaña tiene consecuencias severas para los medios de vida y el medio ambiente río abajo”, se constata de entrada.
El documento enfatiza el rol del cambio climático para las montañas, porque es justo ahí donde se sienten los impactos de manera más fuerte: “El cambio climático es una amenaza seria para el régimen de agua dulce de las montañas, que tendrá implicaciones sobre agua y otros bienes y servicios ecosistémicos para millones de personas río abajo”. Se espera que los patrones de lluvia en las montañas, especialmente la distribución interanual, más que la cantidad de lluvia anual, esté cambiando drásticamente. Según estudios recientes, en la cuenca de la Amazonía sur – que incluye la vertiente oriental de los Andes bolivianos – la época seca se ha extendido por tres semanas durante los últimos 30 años.
“Asegurando el acceso a agua potable seguro y adecuado y saneamiento adecuado para todos es una de las áreas en las cuales se está enfocando la atención del Grupo de Trabajo Abierto (de las Naciones Unidas), y porque las montañas proveen hasta un 80 e incluso 90% del agua dulce en algunas partes del mundo, obviamente deberían estar incluidos en las Metas del Desarrollo Sostenible (MDGs)”, puntualizó Thomas Hofer, el coordinador del Secretariado de la Alianza para las Montañas, para concluir: “Montañas son las Torres de Agua del Mundo”.
La publicación de este documento temático es un esfuerzo conjunto entre la Alianza para las Montañas, PNUMA, el Centro de Desarrollo y Medio Ambiente y las cooperaciones suizas (SDC/COSUDE) y austriácas (ADA), se tiene previsto la publicación de un total de 5 documentos temáticos, que, además del agua, se dedicarán a bosque y biodiversidad, energía renovable, cambio climático y reducción de riesgos de desastres, además de uno último con carácter de síntesis.
Para operativizar las propuestas contenidas en el documento “Montañas como Torres de Agua del Mundo: Un llamado para la acción sobre las Metas del Desarrollo Sostenible (MDS)”, se han formulado metas muy concretas, que deberían ser complementadas por indicadores cuantificables para casa país o región de montaña. Entre ellos se puede mencionar los siguientes:
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Conservar los servicios ecosistémicos de montaña para la provisión sostenible de agua para comunidades de montaña y de tierras bajas.
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Aumentar en un 75%, hasta 2030, el numero de países de montaña que tengan instaladas medidas adaptativas e integradas de manejo de los recursos hídricos según estándares internacionales.
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Mejorar l tratamiento de aguas servidas en comunidades de montaña.
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Hasta 2030, aumentar la resiliencia de ecosistemas de montaña mediante la conservación de por lo menos 7% y la restauración de por lo menos 15% de cada sistema montañoso.
- Proveer de agua potable seguro a todas las comunidades de montaña hasta el 2030.
De manera casi idéntica, el gobierno de Bolivia se ha propuesto la meta de dotar a toda la población del país con acceso a agua y saneamiento en la “Agenda Patriótica 2025”: “El 100% de las bolivianas y los bolivianos cuentan con servicios de agua potable y alcantarillado sanitario”, se formula en el Pilar 2 “Socialización y universalización de los servicios básicos con soberanía para vivir bien”.
En Bolivia ya se siente el estrés hídrico en varias partes del país y los pronósticos de aumento de temperatura durante este siglo son significativas, de entre 2,2 y 7 °C según la trayectoria de las futuras emisiones. Debido al cambio climático, pero también a los chaqueos en las cuencas altas, se espera una tendencia a mayores inundaciones para las tierras bajas de Bolivia. En las partes altas, seguirá un retroceso acelerado de los glaciares, mientras que el aumento de eventos extremos hará llegar granizadas, sequías y lluvias más intensas.
Las zonas de alta montaña, y aún más aquellas ubicadas en los trópicos, pertenecen a las regiones más vulnerables al cambio climático. En este sentido, es en las montañas de Bolivia, con sus ecosistemas frágiles y sus poblaciones pobres, donde los impactos del cambio climático actualmente son más visibles: el retroceso de los glaciares tiene impactos directos sobre el ciclo hídrico, la salud de los bofedales y el bienestar de las poblaciones de montaña. Asimismo, se sienten cada vez más fuertes las presiones sobre los recursos (especialmente agua) de las montañas desde las ciudades.
Queda por esperarse que en el marco de su membresía en la Alianza para las Montañas, el gobierno Boliviano se sienta incentivado de aumentar las actividades dirigidas a las regiones de (alta) montaña del país. Un primer paso para dar mayor visibilidad a las montañas y sus habitantes podría ser la publicación del Diagnóstico de Montañas realizado a fines del año pasado, y la conformación del Comité Nacional de Montañas como entidad de intercambio y coordinación entre el gobierno y todas las demás instituciones y organizaciones de la sociedad preocupadas por el futuro de las montañas.
SDGs_and_mountains_water_EN.pdf |
Las áreas protegidas del mundo, en especial aquellas en el Sur Global, no solamente se encuentran bajo creciente presión por parte de los impactos directos del accionar del hombre, sino sufren cada vez más los impactos indirectos de las actividades humanas – en la forma del cambio climático.
Para poder enfrentar esta situación de doble amenaza, la ONG boliviana Agua Sustentable ha estado apoyando a las comunidades del Parque Nacional Sajama en la elaboración de su “Plan de Adaptación al Cambio Climático”, que a mediados de abril fue presentado a un público mayor en la ciudad de La Paz.
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2014
Las intensas lluvias en enero y febrero de este año, así como las inundaciones en el Beni y en la mayor parte de la Amazonía boliviana, han sido las mayores ocurridas desde que se tiene registros meteorológicos.
“Con el objetivo de pensar colectivamente la nueva realidad que impone el cambio climático al planeta Tierra y las consecuencias del mismo en países periféricos como Bolivia”, la Fundación Friedrich Ebert (FES) ha organizado el Conversatorio “Inundaciones en el Beni: ¿Desastre natural o efecto del cambio climático?”
Aumento de temperatura según el escenario RCP 8.5, nuestra trayectoria actual (1986-2005 a 2081-2100). El aumento de temperatura en la Amazonía llegaría hasta 7°C. Fuente: IPCC AR5, 2013
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La semana pasada en La Paz, se presentaron los resultados y documentos publicados del Proyecto de Adaptación al Impacto del Retroceso Acelerado de Glaciares en los Andes Tropicales - PRAA en Bolivia.
Entre los productos elaborados por el proyecto destaca el segundo inventario nacional de glaciares con sus múltiples mapas, después de más de 20 años del esfuerzo pionero del geógrafo alemán Ekkehard Jordan publicado en 1991.
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Bangladesh es uno de los países más vulnerables al cambio climático. El 80% de su territorio consiste de llanuras de inundación (floodplains), no más de un metro por encima del nivel del mar.
La presente entrada al Klimablog por un experto externo, el politólogo alemán Jürgen Kraus*, pretende ampliar la discusión sobre mitigación y adaptación al cambio climático, mostrando la soberanía alimentaria del sector campesino como una opción viable frente al reto del cambio climático.
Bangladesh bajo la amenaza del cambio climático. a) Nivel del mar actual; b) nivel del mar un metro por encima del actual: 15 millones de personas afectadas, 17.000 km2 de tierra submergida; c) nivel del mal un metro y medio por encima del actual: 18 millones de personas afectadas, 22.000 km2 submergidas. Fuente: UNEP
En estos primeros días de marzo nos encontramos ya en el tercer aniversario desde que comenzaron las primeras protestas en Siria. Mientras tanto, el conflicto ha llegado a ser una guerra civil que abarca la mayor parte del territorio sirio, adquiriendo últimamente la característica de una guerra olvidada por el resto del mundo.
No para minimizar la pérdida de más de 130.000 vidas y el múltiple daño y sufrimiento humano, sino en el intento de entender cual es el rol que ha jugado el cambio climático en el inicio de las protestas en 2011, ofrecemos una mirada hacia las “causas olvidadas” del conflicto en Siria que se ha vuelto una guerra civil sangrienta. ¿Qué es lo que el mundo puede aprender de la relación entre cambio climático y conflicto?
Cuadro de la región mediterránea mostrando las regiones con inviernos significativamente más secos durante 1971-2010 (en rojo y anaranjado) comparado con el período 1902-2010. Fuente: NOAA, 2011
[leer más]La reciente investigación sobre la relación entre los eventos de El Niño (o ENSO) y el cambio climático realizada por un grupo de científicos de diferentes países liderizada por Wenju Cai, no trae ninguna buena noticia para Bolivia:
Según la publicación titulada “Incremento de la frecuencia de eventos El Niño extremos debido al calentamiento global” (Increasing frequency of extreme El Niño events due to greenhouse warming) publicada en la revista nature climate change, los “Niños” extremos, como aquellos de 1982/83 y 1997/98, a futuro se duplicarán en su frecuencia en respuesta al calentamiento global.
Comparación entre la situación de hoy (arriba) y el futuro (abajo) en la ocurrencia de los eventos El Niño extremos
[leer más]Una vez más en febrero de este año buena parte de las tierras bajas de Bolivia se encuentran bajo agua, ciudades y campos inundados por las lluvias y los desbordes de los grandes ríos amazónicos. Cada día aumenta el número de los damnificados y las personas muertas.
Frente a este panorama se escucha con frecuencia la pregunta, ¿si se trata de la misma historia de cada año? o ¿nos encontramos ya frente a los impactos del calentamiento global y del cambio climático? – La respuesta tiene diferentes facetas y es contradictoria, como mostraremos en este artículo.
La plaza de Rurrenabaque con la Alcaldía sin agua (izq.) y bajo agua (dcha.)
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2014
Un estudio reciente acaba de constatar que la duración de la época seca en la parte sur de la Amazonía– donde se encuentra una buena parte del territorio boliviano - ha aumentado considerablemente durante las últimas 3 décadas.
Según los científicos del estudio “Increased dry-season length over southern Amazonia in recent decades and its implications for future climate projections”, esta prolongación de 3 semanas se debe principalmente al retraso de la terminación de la época seca. Con esta investigación, se confirman por primera vez las numerosas observaciones realizadas en Bolivia que apuntan a un atraso en el inicio de la época de lluvias debido al cambio climático.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse