El 23 de julio de este año, el científico del cambio climático más renombrado del mundo, James Hansen, ha lanzado una “bomba” al debate académico-político sobre cambio climático. En una revista científica de acceso abierto, conjuntamente a otros 16 científicos, ha publicado el artículo "Derretimiento de hielo, aumento del nivel del mar y super-tormentas. Evidencias de distintas fuentes: datos paleoclimáticos, modelamiento climático y observaciones modernas que en conjunto constata que 2 °C de calentamiento es altamente peligroso”.
La conclusión: Siguiendo la actual trayectoria de emisiones, un aumento del nivel del mar de varios metros hasta 2100 es casi inevitable. “Disrupción social y consecuencias económicas de un aumento del nivel del mar de esta magnitud podrían ser devastadoras”.
Croquis de Hansen que visualiza los mecanismos descritos que llevarían a una desintegración acelerada de las capas de hielo de la Antártida
[leer más]Los glaciares del mundo se derriten a una velocidad cada vez más acelerada, esta es la constatación principal del nuevo estudio “Retroceso glaciar global a comienzos del siglo XXI sin precedentes históricos” (Historically unprecedented global glacier decline in the early 21st century) publicado recientemente en la revista científica Journal of Glaciology.
Usando la base más grande de observaciones glaciares existentes, Michael Zemp, director del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS) y sus co-autores han realizado la evaluación del estado de los glaciares del mundo más completa.
El glaciar Pastoruri en la Cordillera Blanca, Perú en 2012.
[leer más]2015
Investigaciones científicas recientes demuestran que la temporada de incendios se ha prolongado por casi 20 por ciento dentro de los últimos 35 años a nivel global, debido a temperaturas promedio más altas.
Alaska, Canadá y parte del occidente de los Estados Unidos están experimentando unos de los mayores incendios forestales desde que se registran los datos, en una muestra de lo que podrá volverse la nueva normalidad bajo el impacto del cambio climático.
[leer más]2015
A pesar de su cercanía al Océano Pacífico, la mayor parte de las precipitaciones en Bolivia se originan en el Océano Atlántico, a una distancia de mucho miles de kilómetros.
Alan Forsberg, geógrafo que estudia y enseña cambio climático por 30 años, nos introduce al concepto de los “ríos voladores” para explicar este fenómeno – y advertir sobre los peligros que posan sobre ello el cambio climático y la deforestación.
Esquema del origen de la lluvia en Bolivia mediante los “ríos voladores”
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Mientras que Bolivia vivía la emoción de la visita del papa Francisco, del 7 al 10 de julio de este año se reunieron casi 2.000 científicos del cambio climático en París en el mayor evento científico antes de la Conferencia COP 21 a fines de 2015.
La conferencia “Nuestro futuro común bajo el cambio climático” confirmó los datos principales del último informe del IPCC, intentó mostrar posibles soluciones prácticas al cambio climático y enfatizó la necesidad urgente de reducir las emisiones globales a cero.
Foto: newsroom.unfccc.int
[leer más]Durante la feria Expo Forest que se llevó a cabo del 17 al 20 de junio en la ciudad de Santa Cruz, fue presentado el libro “Sistemas agroforestales en la amazonía boliviana. Una valoración a sus múltiples funciones a partir de estudios de caso”.
La publicación, que es producto de los esfuerzos del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), presenta los resultados de una evaluación de los beneficios económicos, ambientales y sociales generados por los sistemas agroforestales en la Amazonía boliviana. En co-autoría con el investigador principal del estudio, Vincent Vos, presentamos aquí los aspectos más sobresalientes en relación al rol de los Sistemas Agroforestales en la mitigación del cambio climático.
Sistemas agroforestales en la Amazonía boliviana; fotos: CIPCA
[leer más]En el reciente artículo científico “La contribución del escurrimiento glaciar hacia los recursos hídricos de la ciudad de La Paz, Bolivia (16°S)” (Contribution of glacier runoff to water resources of La Paz city, Bolivia (16°S)) se acierta que los glaciares de la Cordillera Real han estado aportando un 15% del agua disponible para La Paz y El Alto.
Con esto, la investigación presentada por Álvaro Soruco, del Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente de la UMSA en La Paz y colegas confirma el dato que ya se estaba manejando hace un par de años y que aumenta hasta un 27% durante la época seca.
Represa de Milluni delante del Huayna Potosí, Cordillera Real
Los glaciares tropicales de Bolivia
Los glaciares bolivianos pertenecen a la categoría de los glaciares tropicales, que por su ubicación cercana al ecuador tienen características específicas que determinan su evolución.
En total, menos del 1% de todos los glaciares de montaña pertenecen a los glaciares tropicales y el 99% de estos se encuentra en la Cordillera de los Andes. De estos a su vez, el 71% corresponde al Perú y un 20% a Bolivia; Ecuador, Colombia y Venezuela se comparten el resto.
Debido a su tamaño relativamente pequeño, el intercambio fuerte de energía atmósfera-superficie en latitudes bajas y las condiciones climáticas tropicales que mantienen la parte inferior de los glaciares en condiciones de ablación (derretimiento) casi permanente durante todo el año, hace que estos glaciares sean especialmente vulnerables a fluctuaciones climáticas.
La parte más intensa de la época de lluvia, de enero a marzo, corresponde al tiempo de la mayor acumulación de la masa glaciar, pero debido a las temperaturas más altas, al mismo tiempo es el tiempo de la mayor ablación en la parte baja del glaciar. Durante la época seca (mayo-agosto) la acumulación de masa glaciar es mínima debido a la ausencia de precipitaciones y la pérdida de masa se da principalmente a través de procesos de sublimación (“evaporación”).
Como ha sido mostrado por diferentes investigaciones, en las últimas décadas el retroceso glaciar se ha acelerado mucho, reduciendo la superficie glaciar de Bolivia de 566 km² de la década de los 80 del siglo pasado a alrededor de la mitad. Esta pérdida de masa glaciar tiene múltiples consecuencias, una de las más importantes es el impacto sobre la disponibilidad de agua potable.
En este contexto se sitúa la investigación de Álvaro Soruco y colegas sobre “La contribución del escurrimiento glaciar hacia los recursos hídricos de la ciudad de La Paz, Bolivia (16°S)”. “La meta de este estudio es determinar la contribución de los glaciares a la descarga de agua en la ciudad de La Paz a escalas anual y estacional. Con este fin, calculamos la descarga correspondiente al retroceso glaciar y a la precipitación”, señalan los autores.
Mapa del área de estudio indicando las cuencas de aprovisionamiento y áreas glaciares; fuente: Soruco et al. 2015
El 15 por ciento del agua de La Paz y El Alto es de origen glaciar
Los resultados de la investigación realizada por Soruco y colegas para el período de análisis (1963 a 2006) es bien clara: “En una escala anual y considerando las cuatro cuencas de aporte en conjunto, la contribución de los glaciares llega a 15%. En una escala estacional, su contribución es de 14% durante la época de lluvias y 27% durante la época seca”.
Lo que es importante notar es que el derretimiento glaciar acelerado tiene por consecuencia un aporte actual de los glaciares que es mayor al promedio histórico.
En base a estos resultados, los investigadores han realizado modelaciones para un escenario de pérdida total de glaciares en las cuencas de aporte y bajo el supuesto de precipitaciones constantes. En este caso, la producción de agua de las cuatro cuencas bajaría por 12% en promedio anual. “Esta información nos permite una estimación exacta de la contribución del derretimiento del hielo, lo que es indispensable para una planificación avanzada, y para la determinación de los costos económicos de futuras represas para asegurar el suministro de agua potable a la ciudad de La Paz”, señalan.
Sin embargo, los autores del estudio advierten que el parámetro más importante para la definición de la disponibilidad de agua para las ciudades de La Paz y El Alto en el futuro es el comportamiento de las precipitaciones, un tema sobre el cual el conocimiento científico es todavía incipiente. Esto, en parte por la dificultad de modelar el clima a escala pequeña y en áreas de montaña, en parte debido a la falta de una red de estaciones meteorológicas adecuada. “La necesidad de poder entender mejor el régimen de precipitaciones tiene que ser enfrentado mediante el aumento de data in situ, la validación de productos satelitales (p.ej. de la Tropical Rainfall Measuring Mission (TRMM)) y con el uso de data generado por modelos regionales climáticos “bajados de escala” (down scaled), que ayudará a comprender la variabilidad espacial y temporal de esta variable clave”, explican los autores.
Podemos resumir la situación de la siguiente manera: Para la disponibilidad de agua en La Paz y El Alto los glaciares importan, pero mucho depende del futuro comportamiento de las lluvias. – Y mucho más todavía depende de las previsiones que se toman a nivel de la gestión de los recursos hídricos por parte de las instancias competentes.
El Glaciar Zongo en el Huayna Potosí, mayo de 2015
Simulación del retroceso del Glaciar Zongo en el Huayna Potosí
En la misma edición de la revista Annals of Glaciology, se encuentra un segundo estudio sobre glaciares en Bolivia, en este caso el Glaciar Zongo en el Huayna Potosí, montaña de más de 6.000 metros ubicada casi en las afueras de la ciudad de El Alto.
Un grupo de científicos franco-bolivianos bajo el liderazgo de Mario Réveillet del Laboratorio de Glaciología y Geofísica del Medio Ambiente (LGGE) de la Universidad de Grenoble Alpes en Francia acaba de publicar los resultados de modelaciones sobre retroceso del Glaciar Zongo en la Cordillera Real de Bolivia durante el siglo XXI.
En el artículo “Simulaciones del cambio sobre el Glaciar Zongo, Bolivia (16°S), durante del siglo XXI usando un modelo 3-D full-Stokes y proyecciones climáticas CMIP5” (Simulations of change to Glaciar Zongo, Bolivia (16°S), over the 21st century using a 3-D full-Stokes model and CMIP5 climate projections), los autores comentan con mucho detalle la metodología y procedimiento usado para la realización de la modelación del futuro comportamiento del balance de masa del Glaciar Zongo.
Se han considerado tanto las dinámicas del hielo futuras, como la sensibilidad de la línea de equilibrio altitudinal (ELA) en el glaciar hacia cambios en la temperatura para la realización de los cálculos.
Los autores hacen hincapié que por primera vez se ha usado un modelo 3-D “full-Stokes” para la modelación de un glaciar de montaña en los Andes. Lo que ha sido importante es el hecho que el Glaciar Zongo ha sido monitoreado de forma continua desde 1991, la serie de tiempo más largo en los Andes tropicales. Esto ha permitido validar el modelo usado con datos de mediciones empíricas, un proceso que limita de manera significativa el factor de la incertidumbre de las modelaciones.
Los investigadores proporcionan resultados para tres diferentes escenarios de emisiones de los Representative Concentration Pathways (Caminos de Concentración Representativas, RCP), elaborados por el Panel de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. El escenarios intermedio RCP 6.0 lleva a una pérdida de alrededor del 70% del volumen glaciar hasta el año 2100. El escenario más optimista, el RCP 2.6, que daría una cierta probabilidad de limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C, llevaría a una reducción del volumen glaciar de 40%.
En la trayectoria global actual de emisiones, que corresponde al escenario RCP 8.5, el aumento de la temperatura global promedio estaría por encima de 4°C y la pérdida de volumen glaciar hasta 2100 sería casi completa (alrededor de 90%).
A pesar de su cercanía a la ciudad de El Alto, el Glaciar Zongo no aporta hacia su sistema de agua potable, sino vierte sus aguas hacia el flanco oriental de la cordillera, donde son aprovechadas para la generación de hidroelectricidad en el Valle de Zongo. Debido a las considerables lluvias del lado yungueño de la cordillera andina, sin embargo, este aporte glaciar llega apenas al 1% del agua que hace funcionara la cadena de 10 centrales hidroeléctricas que opera la Compañía Boliviana de Energía Eléctrica COBEE en el Valle de Zongo, y que luego alimentan la red nacional.
El permafrost -los suelos congelados de forma permanente- del Ártico se está derritiendo debido al aumento vertiginoso de las temperaturas en la región, lo que “libera” grandes cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera. Aunque los mecanismos son bien conocidos, hasta la fecha existía gran incertidumbre sobre la cuantificación de estos procesos.
El mes pasado salió un nuevo estudio en la prestigiosa revista Nature que cuantifica las cantidades exactas de carbono almacenadas en los suelos congelados árticos y sobre la tasa de su liberación a la atmósfera, indicando que este proceso se da más rápido que lo anteriormente pensado.
Mapa de la región ártica mostrando el carbono orgánico almacenado por los suelos
[leer más]El oceanólogo alemán Stefan Rahmstorf en el artículo “Desaceleración excepcional de la circulación de volteo del Océano Atlántico” (Exceptional twentieth-century slowdown in Atlantic Ocean overturning circulation) muestra mediante la reconstrucción de datos históricos que desde mediados de los años 70 del siglo pasado, la Corriente del Golfo (Gulf Stream) se ha debilitado de manera inédita.
Esto muy probablemente traerá consecuencias para el sistema climático del hemisferio norte. La Corriente del Golfo es parte de un sistema de corrientes marítimas que trae grandes masas de agua caliente de la región del Golfo de México hacia la parte noroccidental de Europa, que en consecuencia se beneficia de un clima moderado.
La Corriente del Golfo; fuente: Rahmstorf/PIK
[leer más]El mes pasado, en la ciudad de Lima en el Perú, se realizó la primera conferencia regional andina “Enfrentando los impactos de la quema agrícola” de la Iniciativa Agrícola de la Coalición del Clima y Aire Limpio (CCAC).
La conferencia reunió expertos y representantes de instituciones públicas de toda la región para discutir formas como enfrentar la realidad de las quemas agrícolas, que no solamente contribuyen al cambio climático, sino también al retroceso glaciar a través de la deposición de carbono negro en las superficies blanca de nieve y hielo.
Contaminación atmosférica en el Altiplano y la Cordillera andina de Bolivia.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse