El 23 de julio de este año, el científico del cambio climático más renombrado del mundo, James Hansen, ha lanzado una “bomba” al debate académico-político sobre cambio climático. En una revista científica de acceso abierto, conjuntamente a otros 16 científicos, ha publicado el artículo "Derretimiento de hielo, aumento del nivel del mar y super-tormentas. Evidencias de distintas fuentes: datos paleoclimáticos, modelamiento climático y observaciones modernas que en conjunto constata que 2 °C de calentamiento es altamente peligroso”.
La conclusión: Siguiendo la actual trayectoria de emisiones, un aumento del nivel del mar de varios metros hasta 2100 es casi inevitable. “Disrupción social y consecuencias económicas de un aumento del nivel del mar de esta magnitud podrían ser devastadoras”.
Croquis de Hansen que visualiza los mecanismos descritos que llevarían a una desintegración acelerada de las capas de hielo de la Antártida
[leer más]Los glaciares del mundo se derriten a una velocidad cada vez más acelerada, esta es la constatación principal del nuevo estudio “Retroceso glaciar global a comienzos del siglo XXI sin precedentes históricos” (Historically unprecedented global glacier decline in the early 21st century) publicado recientemente en la revista científica Journal of Glaciology.
Usando la base más grande de observaciones glaciares existentes, Michael Zemp, director del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS) y sus co-autores han realizado la evaluación del estado de los glaciares del mundo más completa.
El glaciar Pastoruri en la Cordillera Blanca, Perú en 2012.
Una base de datos de 47.000 observaciones
El estudio “Retroceso glaciar global a comienzos del siglo XXI sin precedentes históricos” (Historically unprecedented global glacier decline in the early 21st century) que se ha presentado el mes pasado es sin duda el trabajo más contundente y autoritativo que pueda haber sobre la situación de los glaciares en el mundo. Michael Zemp es director del prestigioso Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (World Glacier Monitoring Center – WGMS) con sede en la Universidad de Zurich en Suiza, que durante mucho tiempo había sido dirigido por Wilfried Haeberli.
En palabras de los autores: “En este estudio presentamos un análisis conjunto de datos compilados por el WGMS y los Corresponsales Nacionales, con el objetivo de proporcionar a la comunidad científica un resumen detallado de los cambios en longitud, volumen y masa glaciar”.
Entre los 37 co-autores se cuenta con más de 30 corresponsales nacionales oficiales del WGMS, cubriendo así todas las regiones de glaciares. Actualmente, el Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares cuenta con 36 corresponsales nacionales, adicionalmente a miles de contribuyentes alrededor del mundo. El punto focal de Bolivia, Álvaro Soruco del Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente de la UMSA en La Paz, es autor principal del reciente estudio “La contribución del escurrimiento glaciar hacia los recursos hídricos de la ciudad de La Paz, Bolivia (16°S)” (Contribution of glacier runoff to water resources of La Paz city, Bolivia (16°S)).
La base de datos del WGMS es impresionante. Todo comenzó con las primeras observaciones sistemáticas de algunos glaciares suizos. Luego, se incorporó otros glaciares de los Alpes, para más adelante extender la red de monitoreo a los glaciares de montaña de todo el mundo. Habiendo dicho esto, cabe aclarar que se está excluyendo las dos capas de hielo gigantescas de Groenlandia y Antártida, que juntos contienen el 99% de la masa de hielo existente en el planeta.
Desde que se comenzó con el monitoreo de glaciares a fines del siglo XIX, el Servicio Mundial de Monitoreo ha acumulado un total de más de 47.000 observaciones, aplicando diferentes métodos. La mayor parte de los datos corresponde a observaciones de las variaciones de las frentes (o “lenguas”) de los glaciares (alrededor de 42.000 observaciones registradas), “que evidencian de forma clara que el retroceso a escala centenario es un fenómeno global”.
Distribución de los principales puntos de monitoreo glaciar; fuente: Zemp et al. 2015
Diferentes métodos de medición garantizan calidad y representatividad
El método glaciológico usa mediciones mediante estacas y hoyos para determinar de una forma cuantitativa cambios en el presupuesto de masa. Los resultados de estas mediciones in situ son expresados en metros de equivalente de agua (meters of water equivalent – m.w.e.). “El método glaciológico da resultados cuantitativos en una alta resolución temporal, que es importante para entender la relación entre glaciar y clima”, explican los autores.
Para evaluaciones del cambio climático, series de tiempo de más de 30 años son especialmente importantes, lo que actualmente existe para 37 “glaciares referenciales” en todo el mundo.
El método geodésico, en contraste, provee datos sobre cambios del volumen total del glaciar sobre tiempos más largos, generalmente en base a mapeos terrestres o aéreos. Son actualmente 450 glaciares que están siendo monitoreados de forma constante por este método, que permite la comparación de las mediciones con el método glaciológicos arriba descrito.
Observaciones de las frentes de glaciares son las más comunes. Existen alrededor de 42.000 observaciones de variaciones de la longitud de aproximadamente 2.000 glaciares. “Dentro de la estrategia internacional de monitoreo glaciar, series de variaciones de las frentes son un elemento clave para determinar la representatividad de los pocos programas de mediaciones glaciológicas, tanto en tiempo como espacio”.
De esta forma, la combinación e integración de los diferentes métodos de medición permite a los investigadores calibrar y ajustar los datos obtenidos en glaciares individuales, como también extrapolarlos para obtener un panorama mucho más amplio.
Sin embargo, los puntos de observaciones no son distribuidos de forma homogénea alrededor de las regiones glaciares del mundo (ver mapa arriba). Mientras que los programas de monitoreo son bien establecida en Europa, varias series de observaciones en América del Norte y Asia han sido descontinuados. Para la región andina la existencia de puntos de monitoreo puede ser considerada satisfactoria. Según los investigadores, “a pesar de ciertas reducciones en el siglo XXI, la situación en América del Sur es alentadora, donde la mayoría de los países han instalado programas de monitoreo que, aunque son relativamente pocos, tienen continuidad”.
Glaciares en retroceso en la cabecera del Valle de Hichu Khota, Cordillera Real (2015).
La mayor pérdida por década jamás medida
“Observaciones glaciológicas y geodésicas (alrededor de 5.200 registros desde 1850) muestran que las tasas de pérdida de masa de comienzos del siglo XXI son sin precedentes a escala global, por lo menos durante el período de tiempo observado, y probablemente para la historia recordada...”, resumen Zemp y colegas. Estos datos están en línea con el aumento de la temperatura global: desde los años 70, cada década ha sido más caliente que la anterior.
“La primera década del siglo XXI, de 2000 a 2010, ha visto la mayor pérdida por década de hielo glaciar jamás medida”, dijo el autor principal y “Señor de los Glaciares” Michael Zemp , para luego agregar: “Los glaciares observados están perdiendo entre medio metro y un metro de su espesor de hielo cada año – esto es entre dos a tres veces más que el promedio de tiempos correspondientes durante el siglo XX”. Datos preliminares de los últimos cinco años, de 2010 a 2015, indican que el derretimiento está continuando con una alta velocidad.
Lo que asusta más todavía: Los autores advierten que “en consecuencia del periodo extendido de pérdida de masa y el retraso en las reacciones dinámicas, los glaciares en muchas regiones se encuentran en un desbalance fuerte con las condiciones climáticas actuales, y por lo tanto destinados a pérdidas sustanciales de hielo adicionales”. En otras palabras, debido al fuerte desbalance energético del planeta provocado por las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), mismo si se terminara las emisiones hoy día, los glaciares seguirán en retroceso durante muchas décadas.
2015
Investigaciones científicas recientes demuestran que la temporada de incendios se ha prolongado por casi 20 por ciento dentro de los últimos 35 años a nivel global, debido a temperaturas promedio más altas.
Alaska, Canadá y parte del occidente de los Estados Unidos están experimentando unos de los mayores incendios forestales desde que se registran los datos, en una muestra de lo que podrá volverse la nueva normalidad bajo el impacto del cambio climático.
[leer más]2015
A pesar de su cercanía al Océano Pacífico, la mayor parte de las precipitaciones en Bolivia se originan en el Océano Atlántico, a una distancia de mucho miles de kilómetros.
Alan Forsberg, geógrafo que estudia y enseña cambio climático por 30 años, nos introduce al concepto de los “ríos voladores” para explicar este fenómeno – y advertir sobre los peligros que posan sobre ello el cambio climático y la deforestación.
Esquema del origen de la lluvia en Bolivia mediante los “ríos voladores”
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Mientras que Bolivia vivía la emoción de la visita del papa Francisco, del 7 al 10 de julio de este año se reunieron casi 2.000 científicos del cambio climático en París en el mayor evento científico antes de la Conferencia COP 21 a fines de 2015.
La conferencia “Nuestro futuro común bajo el cambio climático” confirmó los datos principales del último informe del IPCC, intentó mostrar posibles soluciones prácticas al cambio climático y enfatizó la necesidad urgente de reducir las emisiones globales a cero.
Foto: newsroom.unfccc.int
[leer más]Durante la feria Expo Forest que se llevó a cabo del 17 al 20 de junio en la ciudad de Santa Cruz, fue presentado el libro “Sistemas agroforestales en la amazonía boliviana. Una valoración a sus múltiples funciones a partir de estudios de caso”.
La publicación, que es producto de los esfuerzos del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), presenta los resultados de una evaluación de los beneficios económicos, ambientales y sociales generados por los sistemas agroforestales en la Amazonía boliviana. En co-autoría con el investigador principal del estudio, Vincent Vos, presentamos aquí los aspectos más sobresalientes en relación al rol de los Sistemas Agroforestales en la mitigación del cambio climático.
Sistemas agroforestales en la Amazonía boliviana; fotos: CIPCA
[leer más]En el reciente artículo científico “La contribución del escurrimiento glaciar hacia los recursos hídricos de la ciudad de La Paz, Bolivia (16°S)” (Contribution of glacier runoff to water resources of La Paz city, Bolivia (16°S)) se acierta que los glaciares de la Cordillera Real han estado aportando un 15% del agua disponible para La Paz y El Alto.
Con esto, la investigación presentada por Álvaro Soruco, del Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente de la UMSA en La Paz y colegas confirma el dato que ya se estaba manejando hace un par de años y que aumenta hasta un 27% durante la época seca.
Represa de Milluni delante del Huayna Potosí, Cordillera Real
[leer más]El permafrost -los suelos congelados de forma permanente- del Ártico se está derritiendo debido al aumento vertiginoso de las temperaturas en la región, lo que “libera” grandes cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera. Aunque los mecanismos son bien conocidos, hasta la fecha existía gran incertidumbre sobre la cuantificación de estos procesos.
El mes pasado salió un nuevo estudio en la prestigiosa revista Nature que cuantifica las cantidades exactas de carbono almacenadas en los suelos congelados árticos y sobre la tasa de su liberación a la atmósfera, indicando que este proceso se da más rápido que lo anteriormente pensado.
Mapa de la región ártica mostrando el carbono orgánico almacenado por los suelos
[leer más]El oceanólogo alemán Stefan Rahmstorf en el artículo “Desaceleración excepcional de la circulación de volteo del Océano Atlántico” (Exceptional twentieth-century slowdown in Atlantic Ocean overturning circulation) muestra mediante la reconstrucción de datos históricos que desde mediados de los años 70 del siglo pasado, la Corriente del Golfo (Gulf Stream) se ha debilitado de manera inédita.
Esto muy probablemente traerá consecuencias para el sistema climático del hemisferio norte. La Corriente del Golfo es parte de un sistema de corrientes marítimas que trae grandes masas de agua caliente de la región del Golfo de México hacia la parte noroccidental de Europa, que en consecuencia se beneficia de un clima moderado.
La Corriente del Golfo; fuente: Rahmstorf/PIK
[leer más]El mes pasado, en la ciudad de Lima en el Perú, se realizó la primera conferencia regional andina “Enfrentando los impactos de la quema agrícola” de la Iniciativa Agrícola de la Coalición del Clima y Aire Limpio (CCAC).
La conferencia reunió expertos y representantes de instituciones públicas de toda la región para discutir formas como enfrentar la realidad de las quemas agrícolas, que no solamente contribuyen al cambio climático, sino también al retroceso glaciar a través de la deposición de carbono negro en las superficies blanca de nieve y hielo.
Contaminación atmosférica en el Altiplano y la Cordillera andina de Bolivia.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse