2016
En diciembre del año pasado, cuando los ojos del mundo estaban puestos en la Conferencia Climática de París, las autoridades de Oruro declararon completamente seco al Lago Poopó, una vez el segundo lago más grande de Bolivia.
Por la literatura científica y a través de testimonios de la población local sabemos, que el Lago Poopó se había secado en ocasiones anteriores. Sin embargo, frente a los impactos del cambio climático y un entorno socio-económico diferente, es pertinente preguntarse: ¿Se logrará recuperar?
Nuestra misión de reconocimiento en medio del “Lago” Poopó.
[leer más]¿Qué estrategias de vida tienen los hogares rurales del Norte de Potosí para adaptarse a las condiciones climáticas y socioeconómicas actuales? y ¿cuál es la influencia del cambio climático? ¿Cómo ha afectado el acceso al riego mediante proyectos de desarrollo a las condiciones de vida de las familias beneficiarias?
El estudio “Estrategias de hogares en el contexto del cambio climático: Riego familiar y migración rural en la región Norte de Potosí, Bolivia” de la geógrafa Isabell Nordhausen de la Universidad Libre de Berlín contribuye a la comprensión de las interrelaciones entre el cambio climático, la migración y la disponibilidad de riego en la región, y ayuda a identificar vulnerabilidades.
Atajados en el Norte de Potosí
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Los pronósticos de los modelos climáticos para Bolivia son de un significativo aumento de temperatura de hasta 7 °C hacia finales de siglo. Entonces surge la pregunta, ¿qué está haciendo Bolivia para enfrentar los impactos de semejante aumento de temperatura?
Para dar respuesta a este interrogante, en el estudio “Navegando futuro. Dos experiencias de adaptación al cambio climático en Bolivia” he analizado políticas, programas y proyectos de adaptación al cambio climático en dos regiones de Bolivia: el Altiplano norte y el departamento del Beni.
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Al parecer, el “Súper-El Niño” 2015/16 ha llegado al máximo de los valores de anomalías de temperatura medidos en el Océano Pacífico en diciembre del año pasado. Debido a la inercia del sistema climático, los impactos principales en muchas regiones del mundo están todavía por llegar durante los próximos dos meses, como es el caso de Bolivia.
Hasta la fecha, los impactos de este El Niño en el país han sido relativamente moderados. Sin embargo, en Bolivia, ya ha cobrado una primera víctima: se secó por completo el segundo mayor cuerpo de agua, el Lago Poopó.
El Niño siempre acelera el retroceso de los glaciares en el país. Cerro Chiar Kherini en 1995 (izq.) y 2012 (dcha.)
El último evento El Niño fuerte en Bolivia de los años 1997/98 ha traído una fuerte sequía en el Altiplano, causando grandes pérdidas en la producción agrícola, al mismo tiempo que inundaciones y derrumbes en los Yungas y el Oriente, destruyendo carreteras, caminos y otra infraestructura. Según el informe de la Corporación Andina de Fomento (CAF), “las cifras y comparaciones anteriores evidencian que el impacto social y económico de El Niño de 1997-1998 en los países de la Comunidad Andina de Naciones es tan elevado que no es posible continuar sin atender la raíz del problema y solamente reaccionar ante las emergencias una vez que se han presentado. Dicho de otra forma, es preciso proceder a la reducción de las vulnerabilidades prevalecientes en la región.
El Niño en América del Sur
Para la región de América Latina, el Centro Internacional de Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) con sede en Guayaquil, Ecuador, en enero de este año ha preparado un documento de análisis con tres mensajes clave:
1) El Niño 2015-2016 se ubica junto a los de 1997-1998,1982-1983 entre los más fuertes desde 1950 y su evolución actual es inédita.
2) Los impactos climáticos de El Niño 2015-2016 se verán amplificados por la variabilidad decadal y el calentamiento global.
3) El Niño 2015-2016 se desarrolla en medio de condiciones de vulnerabilidad económica, ambiental, social y política que podrían amplificar sus impactos.
En el mismo sentido han ido las alertas de la OMM, cuando se señaló que “El Niño y La Niña no son los únicos factores que condicionan las características climáticas a escala mundial. Además, la intensidad de un episodio de El Niño no necesariamente mantiene una relación directa con sus efectos climáticos a escala mundial observados en distintas regiones del mundo. En el plano regional, las proyecciones estacionales deberán evaluar los efectos relativos tanto de El Niño y La Niña como de otros condicionantes climáticos pertinentes a escala local.”
Sin embargo, la información sobre el futuro de este Súper-El Niño en el país y sus probables consecuencias son muy escasas. Defensa Civil en su página web proporciona una nota sobre un simulacro de alerta realizada en Rurrenabaque a comienzos de diciembre de 2015, pero no dispone de ninguna información prospectiva. El último reporte sobre alertas de riesgos data de comienzos de octubre del año pasado y cubre el período hasta diciembre de 2015.
En las conclusiones del foro regional “Perspectiva Climática para el Oeste de América del Sur” de los servicios meteorológicos de esta región, se han formulado una serie de recomendaciones para Bolivia que sugieren, entre otras, “implementar un comité técnico hidrometeorológico liderado por el Senamhi” para el intercambio de información con otras instituciones. También “recomiendan al ente tutor MMAyA, brindar un apoyo decidido al Senamhi como una institución técnica científica que brinda información oficial en el Estado Plurinacional”.
La primera víctima de El Niño en Bolivia
En Bolivia, El Niño ya ha cobrado su primera gran víctima. En el mes pasado el Lago Poopó, lo que era el segundo mayor lago en extensión de Bolivia, se ha secado completamente. Con esto, no solo las poblaciones aledañas han perdido sus medios de subsistencia, también la flora y fauna acuática han sufrido daños todavía no contabilizados.
En este caso, sin embargo, las causas del secado del lago no solamente se pueden atribuir al efecto de El Niño, sino también al excesivo uso del agua en su afluente, el Río Desaguadero y el impacto del cambio climático. Con temperaturas más altas aumenta la tasa de evaporación, que es un tema de suma importancia para un cuerpo de agua a gran altura (3.700 m.s.n.m.) y de baja profundidad (unos pocos metros). Este conjunto de factores ha hecho posible la actual catástrofe ecológica.
Anomalías de las temperaturas en la superficie del mar; fuente: NOAA
Los impactos del “Súper-El Niño” de la temporada 2015/16 en Bolivia han sido hasta la fecha relativamente moderados, con precipitaciones por debajo de lo normal en buena parte del Altiplano y lluvias poco o nada más elevadas que en otros años.
En Guayaramerín, Cobija y Guanay ya se han presentado las primeras inundaciones y la carretera nueva a Santa Cruz ha sufrido mazamorras y derrumbes, causando su cierre temporal por varios días. Sin embargo, según varios pronósticos, los impactos principales están por llegar todavía:
“Se espera que El Niño se acentué con mayor énfasis en el territorio boliviano principalmente en el departamento del Beni, desde mediados de diciembre hasta fines de febrero y en consecuencia los excesos de precipitaciones locales de los municipios aledaños al rio Mamoré, sumados a los aportes de caudales generados por las precipitaciones en las cuencas medias, ocasionarían el desborde del río Mamoré, ocasionando inundaciones en los municipios de San Ignacio de Moxos, Loreto, San Andrés, Trinidad, San Javier, Santa Ana, Exaltación y Puerto Siles principalmente”, es el análisis realizado por el meteorólogo Hugo Mamani.
“Los efectos se traducen, por lo tanto, en daños en sectores productivos como en el sector pecuario y agricultura, en la infraestructura vial, en las viviendas y en miles de damnificados por pérdida de sus bienes y medios de vida, así como por afectaciones en la salud por el aumento de enfermedades por vectores que proliferan con cambios temporales en los regímenes climáticos.”
El experto CIM de la cooperación alemana y asesor técnico de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) Jan Spickenbom ha analizado los tres eventos El Niño más extremos de los últimos 40 años (1982/83, 1991/92, 1997/98), que le permite concluir lo siguiente:
“Espero que los impactos de este El Niño llegarán todavía, normalmente febrero es el mes pico. Las consecuencias probables son obvias:
- En el Altiplano veremos pérdidas de cosecha debido a la falta de agua durante la fase principal del crecimiento de las plantas, además de problemas de suministro de agua para hombres y animales.
- En tierras bajas veremos inundaciones con daños de la infraestructura, como ser casas y otras construcciones, carreteras, pérdidas de cosecha debido a erosión e inundaciones; también pérdidas de ganado por causa de inundaciones de pastizales y la muerte de animales por ahogamiento.
Otra consecuencia de las inundaciones serán la pérdida de vidas humanas y el aumento de enfermedades por agua contaminada y la mayor abundancia de mosquitos.”
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) sitúa los mayores impactos todavía para más tarde, entre febrero y marzo del año en curso, como explicó el pronosticador Danilo Pomier: "Se prevé que el fenómeno de El Niño recién esté bajando su intensidad entre los meses de abril y mayo, pero las consecuencias tanto en afectación de temperaturas como en precipitaciones recién se van a empezar a ver entre febrero y marzo de 2016. Ahí vamos a tener resultados donde hubo exceso de lluvia, como inundaciones, y del déficit de precipitación, con sequías”.
Impactos ENSO Beni-Hugo Mamani.pdf |
A pocos días de los atentados terroristas de París hablamos con Pablo Solón* sobre las perspectivas desde Bolivia sobre las negociaciones climáticas de la COP 21 en París, que está comenzando hoy día.
Pablo Solón es el director ejecutivo de la Fundación Solón y parte del Encuentro de la Sociedad Boliviana frente al Cambio Climático. Fue ex-negociador de Bolivia en las Conferencias Climáticas hasta 2011.
“Le Petit Cambodge”, lugar de los atentados del 13 de noviembre, en el día de la Marcha Climática Global en París
[leer más]A pocos días del comienzo de la vigesimoprimera Conferencia Climática de las Naciones Unidas COP 21, miles de personas en todo el mundo están preparando marchas por el clima en señal a los gobiernos reunidos en París de la urgencia de tomar medidas contundentes para la estabilización del clima.
Mientras que en París las activistas están buscando vías alternativas de expresar sus demandas hacia la COP 21 después de la prohibición oficial de la gran marcha climática prevista para el domingo 29 de noviembre, en La Paz y otras ciudades de Bolivia se sigue con la organización de marchas para este día. Presentamos abajo una versión levemente recortada de la convocatoria a la “Marcha global por el clima y la paz” en la ciudad de La Paz.
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Durante el mes de noviembre, a cuatro semanas del comienzo de la Conferencia Climática COP 21 en París, se desarrollarán varios eventos sobre los efectos del calentamiento global en la ciudad de La Paz, con el objetivo de concientizar y motivar a la población de tomar un rol activo en la mitigación y adaptación al cambio climático.
Una buena parte de las actividades programadas corresponden a la Agenda Climática Municipal de La Paz, lo que muestra el rol importante que pueden y deben jugar las ciudades en la lucha contra el cambio climático. Todo culmina el día 29 de noviembre, fecha de la gran Marcha Climática Global, con una marcha en el centro paceño, al cual convocan tanto el gobierno municipal como los grupos climáticos de la sociedad civil.
[leer más]“Evaluación de la participación boliviana en la COP 20 y proyección de la influencia de la sociedad boliviana hacia la COP 21” era el título de un conversatorio organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES) en febrero pasado, cuya memoria está siendo divulgada ahora.
A pocos meses de la COP 21 en París, esta se constituye en un insumo de gran utilidad para promover el debate en el país. Presentamos a continuación reflexiones de Gustavo Guzmán y Dirk Hoffmann acerca de los retos para la sociedad civil boliviana compartidas en aquella ocasión, que todavía son válidas para el actual momento.
[leer más]Las contradicciones del “modelo” boliviano, con los discursos del “Buen vivir”, la protección de la Pachamama y los derechos de la naturaleza por un lado, y la política de intensificación de exploración y explotación de los recursos energéticos fósiles al otro, salen cada vez más a la vista.
Compartimos a continuación el texto “Moratoria petrolera y cambio climático: las alternativas otra vez bajo ataque” del analista uruguayo Eduardo Gudynas, que son reflexiones del autor acerca de la invitación del gobierno boliviano a una nueva “Cumbre de los Pueblos”, a realizarse del 10 al 12 en Tiquipaya, municipio vecino de Cochabamba.
Imágenes de la cmpcc en Tiquipaya en abril de 2010
[leer más]2015
Las “Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional” (INDCs) son la piedra fundamental para la construcción de un nuevo acuerdo climático en la COP 21 a finales del año. Para que el secretariado de la Convención Climática pueda preparar un documento de síntesis hasta el 1º de noviembre, deben ser presentados hasta el 30 de septiembre del año en curso, es decir en pocos días.
Bolivia todavía no subió su propuesta de cómo aportaría a la lucha global contra el cambio climático al portal de la Convención, tampoco se había iniciado un proceso de comunicación y consulta con la sociedad, como en otros países. Documentamos a continuación una versión resumida de la “Propuesta de la sociedad civil sobre el INDC de Bolivia” que fue presenta una propuesta para la discusión y cuya versión íntegra se puede descargar aquí.
Mapa de los países que ya presentaron sus INDCs al 24 de septiembre de 2015; fuente: WRI/CAIT
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