2016
El nuevo número de la revista peruana “Revista Interquorum. Nueva Generación”, está dedicada a las “Alternativas al Extractivismo” y reúne artículos para enriquecer el debate latinoamericano en la búsqueda de alternativas al modelo de desarrollo, basadas en una sociedad con justicia y sostenibilidad ambiental.
En el primer artículo de la publicación titulado “Cambio climático y transiciones”, Dirk Hoffmann y Moira Zuazo argumentan la necesidad de una “gran transición” en democracia para garantizar la continuación de la civilización humana frente a la amenaza de los crecientes impactos del cambio climático. Publicamos a continuación una versión abreviada del texto original.
Sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial mediante nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, los seres humanos hemos provocado la transformación del sistema climático a un estado nuevo, inédito para la larga historia humana.
Actualmente, la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero más importante, ha llegado a su nivel más alto en los últimos 800.000 años. En mayo de este año la concentración de CO2, ha pasado el umbral de los 400 ppm (partes por millón), cifra que está mucho más allá del umbral de lo que se considera la frontera, para la “no interferencia peligrosa” con el sistema climático.
¿Vivimos en un mundo de ciencia ficción?
Como resultado de este panorama, la temperatura de la atmósfera ha aumentado en 0,9 °C desde la Revolución Industrial y contiene un 6% más de humedad. El aumento de vapor de agua, a su vez, hace que el estado energético de la atmósfera sea más alto, lo que provoca la alteración de los vientos y las corrientes marítimas a escala global. Este estado energético de la atmosfera provoca un mayor número de eventos de precipitación extremos.
Este panorama nos permite observar y concluir que en las próximas décadas el propio cambio climático será cada vez más, el detonador de sequias, inundaciones, retroceso de zonas costeras, crisis alimentarias. Fenómenos que evolucionaran en conflictos por el agua, Estados fallidos y crisis de refugiados. La expectación global de este panorama promoverá debates que motorizarán acciones y decisiones que llevan al emprendimiento de procesos de transición dispersos en los diferentes lugares del globo.
Una primera muestra de la presencia de “un tiempo distinto con un espíritu de tiempo distinto” la observamos emergiendo en cada uno de nuestros espacios de convivencia familiar en nuestras pantallas de televisión. Hoy se ha posicionado la imagen de grandes masas de refugiados, ya no en África ni en Asia que son imágenes que no llegan al Sur global, sino en Europa el viejo continente y vieja centralidad.
Hoy aparecen las primeras voces y reflexiones, que piensan la relación entre eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes y la protesta con los pies ante Estados fallidos de los cuales no solo no se espera nada bueno, sino de los cuales más bien cabe esperar violencia, el cuadro se completa con la imagen de las masas de refugiados cuando nos preguntamos ¿En qué medida son refugiados climáticos que lo han perdido todo pero no la esperanza?
¿Una gran transición?
La realidad de los impactos del cambio climático nos obliga a reducir la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera de los actuales 400 ppm a menos de 350 ppm, probablemente sería necesario una reducción a 300 ppm de CO2.
Esta cifra de concentración del CO2 en la atmósfera es el indicador más importante para pensar en un norte común para la humanidad, tal como está estipulado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC): “El objetivo último de la presente Convención (...) es lograr (...) la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático” (Art. 2º).
Para alcanzar el objetivo de bajar el actual nivel de concentración de dióxido de carbono a menos de 350 ppm, tenemos que emprender una “transición” hacia un mundo de cero carbono en 2050.
Esto significa que el 80% de los yacimientos conocidos de carbón, petróleo y gas deben permanecer bajo suelo de forma permanente. También significa, que la exploración de nuevos yacimientos es incompatible con la vida humana sobre la tierra.
Escena en la Cordillera Real de Bolivia
Desde el horizonte de visibilidad del valor de la justicia estamos ante un proceso que debería guiarse por el concepto de justicia climática, una línea que nos muestra un camino con procesos de velocidades diferentes en diferentes países, de acuerdo con sus responsabilidades históricas y capacidades actuales; pero ante un norte común ineludible.
¿Existen alternativas a la transición?
A inicios del Siglo XXI observamos que el cambio climático es el gran condicionante de los procesos de transición, porque establece el marco y la orientación global. En este entender, es más preciso hablar de una gran transición, en singular, con múltiples facetas.
El mundo entero tiene que transitar de un modelo económico basado en la quema indiscriminada de combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas- , que constituyen el núcleo y sostén de la civilización occidental globalizada, a otro modelo económico y civilizatorio de cero carbono.
No existen alternativas a la transición si queremos mantener una civilización global basada en valores humanistas y democráticos. La alternativa a la Gran Transición no solamente significa la destrucción del planeta, sino la destrucción de cualquier perspectiva de una convivencia medianamente pacífica entre los pueblos.
¿Un proceso democrático y plural de transición?
La tarea es iniciar el tránsito de una civilización cuyo pilar es la quema de combustibles fósiles hacia una nueva forma de relacionamiento del ser humano con la naturaleza, de la cual forma parte inextricablemente. Lo que guía esta transición aunque no se limita a ello, es llegar a un mundo de cero carbono hasta mediados del actual siglo. Esto es en 35 años, por lo que queda establecido un camino que debemos iniciar a más tardar, ahora mismo.
¿Cómo hacerlo? – Es necesario un proceso social que será cada vez más político, que solo puede ser un proceso profundamente democrático y radicalmente plural. Democrático porque este es el único camino posible para que la Gran Transición pueda tener éxito, y deberá ser también plural y autogestionario: Se necesitan miles de transiciones en todas partes del mundo, a nivel local, en las familias, en las costumbres de consumo de cada una y de cada uno, en las políticas nacionales y sobre todo en las estructuras económicas.
El espíritu del tiempo que se abre aunque es aún muy incipiente y por momentos aparece solo muy tímidamente, nos permite entrever un proceso democrático y global. Un proceso democrático porque a pesar de las dificultades que implica la voz de la diversidad, la magnitud del cambio necesario empieza a marcar y definir el espíritu del presente y se muestra como un cambio civilizatorio que solo será posible alcanzar si están comprometidas las voluntades, creatividades, acciones y decisiones de cada uno de los humanos que habitamos la Tierra.
Esta Gran Transición solo será posible si en cada hombre, en cada mujer, en las comunidades, empieza a gestarse un movimiento individual, local y global que a contracorriente y a pesar de los medios masivos de comunicación, a pesar de los grandes intereses económicos de empresarios y de políticos, se mueve y es motorizado por la evidencia y magnitud de la amenaza.
Un movimiento subterráneo que aflora en diferentes capas y en muchos y muy diversos lugares, por tanto, es un proceso en el que la responsabilidad es de cada uno de nosotros, es una responsabilidad de ciudadanía global inexcusable y urgente.
El cambio climático nos condiciona a iniciar una Gran Transformación mediante miles de transformaciones que ya no son una opción, sino una necesidad frente a su amenaza, así como una obligación moral frente a nuestros co-ciudadanos y fundamentalmente frente a las generaciones futuras.
2016
El mundo ha llegado a otro triste récord: El año pasado ha sido el año más caliente jamás medido desde 1850. Y no solamente eso, la temperatura de 2015 muestra el mayor aumento de temperatura frente a los anteriores años récord.
En palabras de Peter Stott del servicio meteorológico de Gran Bretaña: “2015 ha sido un año que ha roto récords en nuestro clima. Temperaturas globales promediadas han llegado a ser 1°C por encima de niveles pre-industriales por primera vez.”
La temperatura global desde 1850; fuente: Met Office
[leer más]2016
El mundo está viviendo condiciones de un El Niño muy fuerte desde hace varios meses, cuyos impactos están siendo sentidos alrededor del globo. Entre otros, la temperatura global promedio ha aumentado y ahora está 1° C por encima de la época preindustrial.
Según los pronósticos, El Niño llegará a su mayor fuerza recién durante los meses de enero y febrero. Para algunas regiones, el fenómeno climático recurrente traerá lluvias en exceso, para otras, la falta de precipitaciones provocará sequías. Se espera que los impactos igualen o sobrepasen aquellos del año 1997/98, abriéndonos una ventana al mundo futuro de los probables impactos del cambio climático.
El Niño actual está de la misma dimensión que los eventos históricos de 1982/83 y 1997/98; fuente IRI
[leer más]2015
En la entrada de la semana pasada “La COP 21 abre el camino a la descarbonización de la economía global” hemos presentado un panorama de primeras reacciones, opiniones y análisis sobre el resultado de la reciente Conferencia Climática, que es el Acuerdo de París.
Ahora que hay este nuevo acuerdo global, el trabajo de implementación puede y debe comenzar. Más allá del texto aprobado, que refleja la diversidad de intereses de los 195 países presentes, el Acuerdo de París manda una señal fuerte al mundo. Este “Mensaje de París” es un llamado a la descarbonización de la economía global, y de todas las economías locales, hasta mediados del siglo.
Cuando el presidente de la reciente Conferencia Climática de París, Laurent Fabius, dejó caer su martillo en forma de hoja para aprobar el “Acuerdo de París”, la sala plenaria estalló en júbilo y largos aplausos.
Mientras que unos hablaban de un día histórico, otros criticaban el acuerdo como insuficiente e inútil. Presentamos a continuación un panorama de las opiniones ofrecidas por actores y observadores y un primer análisis de esta COP 21.
El Acuerdo de París ha sido adoptado; fuente: UNFCCC
[leer más]Todos los participantes de las Conferencias Climáticas conocen la pelea de las pequeñas islas para sobrevivir frente a la amenaza del cambio climático, y como grupo organizado han podido hacer escuchar su voz. ¿Pero qué de los habitantes de las montañas, que también pertenecen a los más vulnerables y marginalizados en el mundo?
Para aumentar la visibilidad de las poblaciones de montaña, el 11 de diciembre se organizó un evento para celebrar el Día Internacional de la Montaña en el programa paralelo de la COP 21 de París. Pero esta no es la única iniciativa: Bajo liderazgo de Suiza se está pidiendo al IPCC, el gremio científico de la Convención Climática, la elaboración de un “informe especial” sobre montañas.
[leer más]Todos los países miembros de la Convención Climática (CMNUCC) tenían hasta el 1º de octubre para preparar sus Contribuciones Previstas Determinadas a Nivel Nacional (INDCs), que de manera agregada, definen el nivel de la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero frente al reto de limitar el aumento de temperatura por debajo de los 2 °C.
Ya antes del comienzo de la COP 21 el secretariado de la Convención Climática, el Programa de las Naciones Unidas de Medio Ambiente (PNUMA) y la Red de Acción Climática (Climate Action Network – CAN) han presentado sus respectivos análisis sobre el conjunto de las contribuciones nacionales, como base para las negociaciones de París. Es resultado es más que decepcionante: Estamos camino a un mundo 3 o 4 grados más caliente.
[leer más]Entre el 4 y 8 de octubre tuvo lugar en Perth, Escocia, la mayor conferencia global sobre la investigación en zonas de montañas, “Montañas de nuestra Tierra Futura” (Mountains of our Future Earth).
Al igual que en su versión anterior en 2010, el cambio climático era nuevamente el tema central. El Instituto Boliviano de la Montaña (BMI) estaba presente con presentaciones sobre el retroceso glaciar y la adaptación al cambio climático en zonas de alta montaña.
“Montañas de nuestra Tierra Futura”
[leer más]El cambio climático impacta a las regiones de montaña más que muchas otras partes del globo. Las bases de vida de las poblaciones de montaña peligran por temperaturas más altas, eventos extremos, cambios en las precipitaciones y el retroceso de los glaciares.
Para llamar la atención del mundo sobre esta situación, el secretariado de la Alianza para las Montañas (Mountain Partnership) ha lanzado la iniciativa para una Petición Internacional y una Declaración sobre Montañas y Cambio Climático para la COP 21 en París.
Nevado Illimani, Bolivia
[leer más]2015
“¿Qué podemos esperar de la COP 21 de París? Los avances en las negociaciones internacionales sobre Cambio Climático” era el título de un conversatorio organizado por la Plataforma Climática Latinoamericana a mediados de agosto en Bolivia.
Publicamos a continuación una entrevista que realizamos al expositor Enrique Maurtua Konstantinidis de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y coordinador del Proyecto de Agendas Climáticas Nacionales en su paso por la ciudad de La Paz.
Enrique Maurtua Konstantinidis de FARN durante la entrevista con el Klimablog.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse