Todos en La Paz y El Alto se recuerdan del glaciar Chacaltaya, que una vez albergaba la pista de esquí con lift más alta del mundo, aunque este glaciar ha desaparecido entre 2009 y 2010.
En esta nueva entrada de un “experto externo” al Klimablog, el Dr. Ing. Carlos Olmos, experto en hidrología glaciar, nos relata, como los resultados de la investigación sobre el retroceso glaciar en la Cordillera de La Paz son incorporados en la planificación de la gestión del agua. Olmos señala la importancia de la elaboración del Plan Maestro de Agua Potable y Saneamiento de la Zona Metropolitana de La Paz y nos hace recuerdo que más allá del cambio climático son sobre todo factores demográficos que deben ser tomados en cuenta para una adecuada gestión de los recursos hídricos.
El Chacaltaya en 2009 (izq.); medición de espesores glaciares en Condoriri, Misión ULB 2009. Fotografías: Olmos
[leer más]El chaqueo indiscriminado y la tala de grandes extensiones de bosque no solamente causan grandes destrucciones ambientales en las tierras bajas de Bolivia, sino contribuyen de manera considerable a que el país tenga emisiones de CO2 per cápita tan altas como los países industrializados del Norte.
Para apoyar a las autoridades bolivianas en la disminución del uso del fuego y, sobre todo, para promover alternativas al uso del fuego en las prácticas agrícolas y pecuarias, desde finales del año pasado opera en el país el Programa “Amazonía sin Fuego” (PASF) financiado por los gobiernos de Italia, Brasil, y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y ejecutado por la Unidad de Coordinación de la Madre Tierra (UMATI), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
Folleto y brigadas formadas por el Programa PASF para el control de quemas
[leer más]En abril de este año fue presentado el libro “Bolivia en un mundo 4 grados más caliente”, que estudia los posibles escenarios socio-económicos que en un futuro cercano podrían darse en la región del altiplano norte debido al cambio climático bajo el supuesto de un aumento de la temperatura promedio global en cuatro grados centígrados para el año 2100.
Publicamos a continuación una reseña de este libro escrita por Francesco Zaratti, doctor en Física Teórica y docente emérito de la UMSA, y que actualmente coordina la investigación del LFA-UMSA en el área de la Radiación Ultravioleta y la Capa de Ozono.
La reseña fue publicada originalmente en el número 33 de la Revista Boliviana de Ciencias Sociales Tinkazos, en junio de 2013, por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB).
Campos de cultivo delante del Nevado Jankhuma en la Cordillera Real norte
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La peor sequía en más de 30 años afecta a cientos de miles de personas en Namibia, uno de los países más áridos de la África sub-sahariana. Aproximadamente un tercio de una población de apenas 2,2 millones de habitantes han pasado a la categoría de “inseguridad alimentaria” según criterios del Fondo de las Naciones Unidas para los Niños UNICEF.
Aunque no se puede atribuir la ocurrencia de esta sequía de forma directa al cambio climático, lo que pasa en el norte de Namibia es claramente contundente con los escenarios de cambio climático para la región del sur de África, la disminución de las precipitaciones, el aumento de la evapotranspiración y de eventos extremos, como las sequías.
Niños en Namibia frente a la peor sequía de los últimos 30 años. Fuente: UNICEF Video; UN OCHA/IRDR/H. Butler
[leer más]La reciente publicación "Cambio Climático: Evidencia, Impactos y Opciones. Respuestas a preguntas comunes sobre la ciencia del cambio climático" tiene por objetivo "ayudar a las personas a entender lo que se sabe acerca del cambio climático" y también mostrar algunas opciones para la política pública.
Se trata de la versión en español del libro "Climate Change. Evidence, Impacts and Choices" editado por el Consejo Nacional de Investigación de las Academias Nacionales de los Estado Unidos y está disponible de forma gratuita en el sitio web de de la Red Interamericana de Academias de Ciencia (IANAS).
[leer más]Solo 11 años después de la última "inundación del siglo", buena parte del sur y este de Alemania ha sido afectada nuevamente por inundaciones históricas, rompiendo récords de cientos de años y causando mayores daños económicos que las del año 2002.
Lo más sorprendente para mi, que estaba justamente en estas dos semanas a inicios de junio de visita en mi país natal, es la casi ausencia del tema del cambio climático en los reportajes y discusiones sobre lo ocurrido.
Imágenes de las inundaciones en la televisión alemana
[leer más]El pasado verano austral 2012/2013 ha sido el verano más caliente en la historia de las mediciones meteorológicas de Australia, rompiendo récords de calor en todas partes del país continente.
Tres informes de la Comisión de Clima (Climate Commission) del gobierno australiano constatan los datos extraordinarios y analizan la relación entre estos eventos extremos y el cambio climático:
- "Fuera de la tabla: calor de verano extremo australiano" (enero de 2013)
- "El verano enojado" (marzo de 2013)
- "La década crítica: eventos climáticos extremos" (abril de 2013)
Una muestra de 23 de los 123 nuevos récords climáticos del verano pasado en Australia; fuente: http://climatecommission.gov.au/report/the-angry-summer/
[leer más]Acaba de salir de la imprenta el libro "Bolivia en un mundo 4 grados más caliente" escrito por Dirk Hoffmann y Cecilia Requena, que esboza los posibles escenarios que en un futuro cercano podrían darse en la región del altiplano norte, cordillera Real, lago Titicaca y el área metropolitana La Paz/El Alto debido al cambio climático que ya está operando en el mundo y que podría aumentar la temperatura promedio global en cuatro grados centígrados para el año 2100".
El Klimablog de manera exclusiva facilita a sus lectores la posibilidad de descargar la publicación completa en formato pdf a través del link al final de esta entrada.
Se reproduce en esta entrada al blog la Introducción del libro.
[leer más]Lo que ya se suponía. Ahora tiene un sustento científico: La deforestación masiva en la Amazonía, estimada entre 350 y 400 mil ha anuales, sólo en la parte boliviana, tiene impactos directos en las precipitaciones.
Según el estudio con el título algo complicado “Observaciones de incremento de lluvias tropicales antecedido por el paso del aire encima de bosques” (Observations of increased tropical rainfall preceded by air passage over forests) publicado recientemente en la revista Nature, con las actuales tendencias de deforestación se reducirán las precipitaciones en la cuenca amazónica hasta 2050 en 12% durante la época de lluvias y en 21% en época seca.
Ejemplo del 2001 para la trayectoria de los últimos 10 días de las lluvias en la Amazonía. Los cuadraditos negros muestran las cuatro regiones analizados en detalle. Fuente: Spracklen et al. 2012.
[leer más]“Montaña y Glaciares” es probablemente el mejor artículo panorámico sobre los glaciares tropicales, escrito por Bernard Francou, uno de los científicos que mayor tiempo de su vida ha dedicado al estudio de estos glaciares de los Andes centrales entre Colombia y Bolivia y que ha publicado varios artículos científicos al respecto.
El artículo describe detalladamente los procesos que llevan a la glaciación o el derretimiento de glaciares, abarcando consideraciones tanto de aspectos culturales e históricos como climáticos y científicos. Presentamos aquí el resumen de algunos de los aspectos más resaltantes; sin embargo recomendamos la lectura del artículo completo.
Bernard Francou (izq.) y una vista aérea del Huayna Potosí (dcha.).
“Un glaciar es una masa constituida por nieve y por hielo, que fluye bajo el efecto de su propio peso, de zonas elevadas donde recibe agua sólida por las nevadas, hacia zonas bajas, donde se pierde por fusión”, nos proporciona como definición el experto Bernard Francou. Para entender mejor su funcionamiento, los glaciares deberían ser vistos más como “cuerpos viscosos y plásticos”, que por gravedad se mueven hacia abajo, parecido a una masa de miel espesa, y no tanto como algo sólido (como nos parecen los cubos de hielo, por ejemplo).
Los glaciares son muy sensibles a las condiciones climáticas, por lo cual son considerados “gigantescas estaciones meteorológicas, pues registran el clima”. Por esto son objetos de estudio privilegiados para estudiar los efectos del calentamiento global. Acumulan hielo debido a las nevadas en su parte alta o “zona de acumulación” y pierden masa en su parte baja, la “zona de ablación”. Entre estas dos zonas se encuentra la “línea de equilibrio”, donde se balancean aportes y pérdidas.
“En los Andes, el reconocimiento de los nevados se remonta a 1740, cuando los académicos franceses La Condamine, Bouguer, Jussieu y sus pares españoles midieron los tres primeros grados del meridiano bajo el Ecuador”, explica Francou. El retroceso de los glaciares, que estaba en curso desde la Pequeña Edad de Hielo (siglo XIII – siglo XIX) de forma muy paulatina, experimentó una aceleración importante a partir de comienzos de los años 80 del siglo XX, lo que llevó a su mayor estudio.
El IRD (Institut de Recherche pour le Développement) de la cooperación científica francesa construyó “a partir de 1991 un verdadero observatorio permanente de glaciares en cooperación con instituciones andinas, situado entre Bolivia y Ecuador, con extensiones en Colombia y el norte de Chile”.
“De Bolivia a Ecuador, los estudios realizados por el equipo del IRD en las morrenas han permitido demostrar que después de los siglos X a XII de nuestra era, los glaciares emprendieron un movimiento general de avance, que culminó entre 1630 y 1730 (...). Se ha calculado que la temperatura en los Andes había bajado en este periodo alrededor de 1 °C en comparación con la temperatura promedio del siglo XX y que las precipitaciones habían aumentado en un 30 por ciento en comparación con las actuales”, resume Francou los primeros resultados de sus estudios.
Estación meteorológica (izq.) instalada por el IRD cerca del Glaciar Zongo (dcha.) en el Huayna Potosí, Cordillera Real
Lo que causó el paulatino retroceso de los glaciares después de la Pequeña Edad de Hielo fue inicialmente el descenso de las precipitaciones. A partir de los años 1975-80, sin embargo, es el aumento de la temperatura que lleva a un “retroceso dramático” de los glaciares tropicales. “En espesor, se estima que los glaciares pierden desde 1976 un promedio de entre 4 y 14 m de agua por década, lo que, a la larga, condena a los glaciares de pequeño tamaño (menos de un kilómetro cuadrado) a su desaparición ya que, por su baja altitud, no tienen más zonas de acumulación permanentes”.
Pero también hay otros factores que impactan en los glaciares, explica Francou: “...cuando la nieve está sucia o cuando el hielo aparece en la superficie, el glaciar absorbe hasta 60-70 por ciento de la radiación de ondas cortas y destina gran parte de esta energía a la fusión del hielo”. Aquí hay dos causas, por un lado, la superficie de los glaciares se “ensucia” por el depósito de polvo (traído con el viento desde el altiplano) o por el depósito de cenizas (de las quemas en tierras bajas) que disminuye el albedo (la capacidad de la superficie de reflejar luz solar) del glaciar y de esta forma acelera su derretimiento. Por otro lado, el aumento de temperatura lleva a que en zonas de altura donde antes caía nieve, ahora la precipitación cae en forma de lluvia, la que no tiene la capacidad de cubrir el glaciar con un manto blanco.
De los modelos climáticos y estudios realizados por el IRD y sus contrapartes bolivianas en el glaciar Zongo (ver foto arriba) de Bolivia, “se estima que por cada grado centígrado de aumento en la temperatura, la línea de equilibrio sube en altitud 150/200 m. Según estos modelos, con líneas de equilibrio medidas actualmente entre 5.100 m y 5.300 m, bastaría entonces un aumento del orden de 3 °C para provocar la desaparición casi completa de los glaciares de esa región de los Andes”. Sin embargo, es difícil dar una fecha para esta eventualidad, porque todavía existen muchas incertidumbres acerca de las emisiones futuras, en los modelos climáticos para la región y en los modelos que simulan la reacción de los glaciares a los efectos del cambio climático.
En una reciente discusión como parte del estreno de la película “La caída de los dioses” sobre cambio climático y glaciares, Francou se mostró bastante pesimista acerca del futuro de los glaciares tropicales: “Ahora estamos en el peor escenario (del IPCC), que nos llevaría a un aumento de temperatura entre 4 y 5 °C hasta 2100 (...) no podemos ser optimistas frente a esta realidad (...) con esto ya no existirían glaciares en Bolivia.”
Se puede añadir que un aumento de temperatura global promedio de 4 °C se traduce en un aumento local de la temperatura en el Altiplano y la Cordillera boliviana en algo entre 7 y 10 °C, lo que significa que llegaríamos a un aumento de 4 °C locales varias décadas antes del final del siglo presente.
Proyección pelÃcula Le Recul des Dieux.pdf |
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