Tuvalu es considerado uno de los países del mundo más vulnerable al cambio climático. Sus nueve grupos de pequeñas islas y atolones tienen una altitud promedio de solo 2 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, los 10.000 habitantes no quieren verse solamente como potenciales refugiados climáticos, pidiendo ayuda al resto del mundo. En foros internacionales, el gobierno denuncia los impactos del cambio climático sobre las condiciones de vida de su país; en casa la población busca formas de adaptarse.
La capital Funafuti en Tuvalu desde el aire; foto cortesía de Shuuichi Endou.
[leer más]De poco a poco el aumento del nivel del mar se come un archipiélago frente a la costa de Panamá. Casi 40.000 mil personas del pueblo de los Guna tendrán que mudarse a tierra firme.
Presento a continuación una versión resumida del reportaje original “Der Ort der Zuflucht versinkt im Meer” (Cuando tu hogar de refugio se hunde en el mar) del periodista alemán Toni Keppeler de Latinomedia.
En noviembre empieza el tiempo difícil. El viento viene desde el norte y empuja el agua hacia las islas, se vuelve tormenta y arrasa con las pequeñas casetas de paño de paja o calamina, erigidas en pilotes. Las olas abren brechas grandes en las barreras de pedazos de coral, construidas con mucho esfuerzo. Es cuando Gardi Muladup está bajo agua.
Nadie sabe cuándo exactamente viene el agua, pero siempre viene, esto es seguro. Siempre viene en esta época, ya hace años, en noviembre, en diciembre y a veces recién en enero. Más tarde, comienza a bajar la intensidad del viento del norte.
2008 era un año especialmente feo. “Estábamos bajo agua hasta las rodillas durante diez días”, dice Carlos Pérez. Nadie podía salir de la isla. Una travesía hacia tierra firme en las pequeñas embarcaciones de un solo tronco y contra viento y marea hubiera sido demasiado peligroso. “No podíamos ir a buscar agua y alimentos”, cuenta Pérez. Pero cuando llega el agua, se vuelve imposible cocinar en la mayoría de las casitas. Son muy pocos los que tienen una cocina a gas; la mayoría cocina en las cocinas tradicionales, que no son mucho más que un hueco en el piso – y este se llena con agua primero.
Carlos Pérez es sagla en Gardi Muladup, el líder político y espiritual de la comunidad de 350 personas. Es de estatura pequeña y delgada y debe tener unos 70 años, siempre viste sombrero y corbata como señal de su autoridad.
Gardi Muladup se encuentra en el golfo de Gunayala, a pocos kilómetros de la costa caribeña de Panamá. La pequeña isla pertenece al archipiélago del mismo nombre, un grupo de 350 islotes que se distribuyen entre el golfo y la frontera con Colombia. Ninguno de los islotes sale por más de dos metros por encima del nivel del mar; 49 de ellos son habitados. Casi 40.000 personas del pueblo de los Guna viven ahí. En el transcurso de los próximos años todos ellos tendrán que mudarse a tierra firme. Porque el nivel del mar sigue aumentando.
Existe un solo estudio científico sobre las islas de Gunayala, que data de 2003. En base de mediciones de los arrecifes de coral los biólogos marinos han reconstruido que entre 1907 y 1975, el aumento del nivel del mar en la costa caribeña de Panamá era de 2 milímetros por año. Después de esta fecha ha aumentado dramáticamente, a 2,4 centímetros por año. Este dato está en línea con otros fenómenos del cambio climático. El derretimiento del Ártico y de los glaciares tropicales también ha acelerado de manera explosiva desde mediados de los años 70.
El aumento del nivel del mar
Tradicionalmente, los Guna usan pequeños bloques de coral que sacan de los arrecifes cercanos para fortalecer las costas de sus islas, una práctica que los ambientalistas de ciudad de Panamá querían prohibir para proteger los arrecifes. “Cuando yo era joven, hace cuarenta o cincuenta años, con marea baja podíamos caminar hasta los arrecifes, cuenta Pérez. “Esto ya no se puede hacer hace mucho tiempo, el agua es demasiado profunda”. Y cuando llegan las tormentas de fin de año, muchas veces el trabajo de meses es arrasado por la fuerza de las olas. “Hace cinco años debatimos sobre la necesidad de mudarnos hacia tierra firma”, dice el sagla, “ya es tiempo de movernos”.
Ya existe un plan para un pueblo nuevo, elaborado por un ingeniero. Pero se necesitaría tierra, y se necesitaría dinero. Del gobierno en ciudad de Panamá, dice Pérez, no están recibiendo ningún apoyo concreto.
Gardi Muladup se encuentra a 15 minutos en bote desde otra isla más grande y más cerca de tierra firme, Gardi Sugdub. Ahí viven más de mil Guna. Sufren menos de las inundaciones recurrentes que sus vecinos. Máximo una semana el agua les llega hasta los tobillos, cuando la tormenta empuja el agua hacia la isla. Sin embargo, sus habitantes han decidido ya hace cinco años: “Retornaremos a tierra firme”. Pablo Presiado, el sagla de Gardi Sugdub, lo dice con toda convicción y ofrece una fecha: El primero de enero de 2015 comenzará el traslado.
¿Retornar? – “Si, estamos retornando a tierra firme”, dice Presidio, porque es de ahí de donde viene su pueblo hace poco más de 150 años para habitar las islas de Gunayala. Los Guna vivían originalmente en lo que hoy es Colombia, donde unos mil de ellos todavía viven en las montañas de la provincia Antioquia. La mayoría de ellos, sin embargo, había migrado 500 años atrás a lo que hoy es Panamá. Vinieron desde las montañas y comenzaron a poblar la franja costera, porque ahí la tierra es más fértil, mejor para cultivar yuca, arroz y plátano.
Pero en la planicie costera abundan los mosquitos, especialmente entre los meses de febrero y abril. Con sus picaduras trasmiten fiebre amarilla, malaria y dengue. Los Guna se escaparon de estas enfermedades a las islas del golfo, donde no había mosquitos debido a la brisa del mar constante. Pero porque ahí no había agua, solo podían establecer sus asentamientos cerca de la desembocadura de algún arroyo.
La autonomía de la Comarca Gunayala
Recién viviendo en las islas los Guna se volvieron pescadores. Sus chacras se quedaron en la planicie de tierra firme. Hoy día la región que incluye las islas y la franja costera hasta las montañas, se llama Comarca Gunayala y goza de una autonomía única en América Latina. En las islas no hay alcaldes, sino solamente los líderes espirituales y religiosos de los Guna. Ellos son elegidos, pero sus mandatos pueden ser revocados. Se practica una justicia tradicional, que no conoce de cárceles, sino la “reprensión pública” con carácter instructivo de los delincuentes.
Gardi Sugdub es toda una pequeña ciudad en medio del agua. Cuenta con una calle comercial, dos muelles y hasta con una antena de comunicación para teléfonos celulares. Desde aquí salen los botes con motor fuera de borda. Se llega a Gardi Muladup en unos 15 minutos. Hasta las islas cerca de la frontera colombiana son 8 horas de viaje.
Muchas de las canciones tradicionales cuentan la historia del pueblo Guna. “Las islas no aparecen en ninguna de nuestras canciones tradicionales”, dice el sagla Pablo Presiado. Las canciones se remontan a los tiempos antes de la llegada de los Guna a las islas. Es por eso que el retorno a tierra firme no pondría en peligro la cultura de su pueblo, dice Presiado.
Las condiciones para un traslado son casi idóneas. La comunidad es dueña de 17 hectáreas en tierra firme, casi tres veces el tamaño de su isla. El terreno se encuentra a solo un kilómetro desde la costa, lo suficientemente alto para estar protegido contra inundaciones. El gobierno ha prometido de construir un hospital y un centro escolar con internado para toda la región de las islas.
El hospital debería haber sido inaugurado en junio de 2014. Solo existe la estructura de concreto, una ruina con pátina de hongos en la selva. Del centro escolar, cuya inauguración había sido prevista para octubre, solo existe un esqueleto. Por lo menos ahí se está trabajando.
Los ciclos de la vida
Según la creencia de los Guna, cada planta y cada animal tienen un ciclo de vida, al igual que los hombres. Si se estudia y entiende estos ciclos, es posible encontrar un balance como todos pueden convivir con todos.
Este balance con la selva más allá de la costa quiere buscar Victoria Navarro, presidenta de la asociación de mujeres de Gardi Sugdub. “No vamos a talar más árboles de lo que es estrictamente necesario”, dice. 450 m² para cada familia: suficiente para una casa y un huerto. Los Guna no quieren más y piensan que tampoco les corresponde. “No podemos quitar al bosque más de lo que realmente necesitamos”, dice Navarro.
A nivel global el equilibrio con la naturaleza ya ha sido destruido, y por eso estaría aumentando el nivel del mar. “Son los países grandes y ricos, que lo gastan todo, el petróleo, el carbón”, dice. “Esto ya no se puede arreglar”. Lo único que les queda a los Guna es huir hacia tierra firme, “no es por nuestra culpa, pero nosotros lo tenemos que sufrir”.
Victoria Navarro sabe que su pueblo ha vivido mucho más tiempo en tierra firme que en las islas. Que eran cazadores y campesinos, y no pescadores en el mar. Pero ella ya no se podrá acostumbrar a esta nueva vida, que se canta en las canciones tradicionales. Con sus 53 años se cree demasiado vieja. Pero tal vez algún día para sus nietos va a ser normal ver el mar en la distancia. “A mí me va hacer mucha falta escuchar el sonido de las olas, cuando todo se vuelve tranquilo en la noche y no se escucha ninguna otra cosa”.
Toni Keppeler, 58, escribe análisis y reportajes de América Latina para diferentes periódicos y revistas de idioma alemán (www.latinomedia.de)
El informe del Banco Mundial (BM) “4°. Bajemos la temperatura. Cómo hacer frente a la nueva realidad climática”, elaborado por el Instituto de Potsdam para la Investigación de los Impactos del Cambio Climático (PIK) y Climate Analytics ha sido lanzado poco antes de comenzar la Conferencia Climática en Lima.
El Informe ya es el tercero que está publicando el Banco Mundial con el mensaje fuerte de los peligros de un mundo 4 °C más caliente, el aumento de temperatura que la humanidad está en camino a provocar hacia fines del siglo, si no se comienza ya durante los próximos años a bajar las emisiones globales de dióxido de carbono de forma masiva. Lo interesante para nuestra región: El Informe contiene un capítulo específico sobre América Latina y el Caribe.
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Un grupo de científicos dedicados a la criósfera, al estudio de las regiones de nieve y hielo, empezaron a usar el término “Imperativo de la Criósfera” (Cryosphere Imperative) para argumentar la necesidad de niveles más altos de ambición en la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, en base a los riesgos muy reales que el cambio climático ya posa para estas regiones.
La Iniciativa International de la Criósfera y del Cambio Climático (ICCI), conjuntamente con un rango de organizaciones polares y de montaña, incluyendo el Instituto Boliviano de la Montaña, estarán trabajando para llevar la atención de los gobiernos y de las sociedades en general hacia estos tópicos en el camino a la COP 20 en Lima y el Acuerdo de París de 2015. El texto abajo, versión en castellano, resume las líneas principales de este “Imperativo de la Criósfera” y sus implicancias para el proceso de negociación climática en Lima y París.
Hielo marítimo en el Ártico, fuente: www.iccinet.org
[leer más]El día 31 de marzo en la ciudad japonesa de Yokohama, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) lanzó la segunda parte de su Quinto Informe (AR5) dedicado a los impactos del cambio climático, los esfuerzos de adaptación y las vulnerabilidades existentes. La primera parte, dedicada a la base de ciencia física del cambio climático, había sido presentada en septiembre pasado.
El mensaje principal del nuevo informe producido por el Grupo de Trabajo II (WG II) del IPCC: “Durante las décadas recientes, cambios en el clima han causado impactos en sistemas naturales y humanos en todos los continentes y a través de los océanos”.
[leer más]2014
Bangladesh es uno de los países más vulnerables al cambio climático. El 80% de su territorio consiste de llanuras de inundación (floodplains), no más de un metro por encima del nivel del mar.
La presente entrada al Klimablog por un experto externo, el politólogo alemán Jürgen Kraus*, pretende ampliar la discusión sobre mitigación y adaptación al cambio climático, mostrando la soberanía alimentaria del sector campesino como una opción viable frente al reto del cambio climático.
Bangladesh bajo la amenaza del cambio climático. a) Nivel del mar actual; b) nivel del mar un metro por encima del actual: 15 millones de personas afectadas, 17.000 km2 de tierra submergida; c) nivel del mal un metro y medio por encima del actual: 18 millones de personas afectadas, 22.000 km2 submergidas. Fuente: UNEP
La quinua es un cultivo originario de los Andes de América del Sur. Su cultivo se concentra principalmente en las regiones altiplánicas de Bolivia y Perú pero también en Ecuador, Argentina, Colombia y Chile. Gracias a su adaptabilidad se la encuentra desde el nivel del mar hasta los 4.000 msnm, en climas que varían desde templados cálidos hasta muy fríos, últimamente favorecidos por el calentamiento global y la demanda de los mercados internacionales.
Como parte de las actividades del “Año Internacional de la Quinua”, se desarrolló el “Primer Simposio Internacional de Productores e Investigadores, por los Valores Culturales y Nutricionales de la Quinua en Bolivia” los días 14, 15 y 16 de diciembre de 2013 en la ciudad de Oruro – Bolivia. Ofrecemos aquí un resumen de los puntos más sobresalientes.
[leer más]Son cada vez más las voces que argumentan que la única forma de salvar la civilización humana es dejar la mayor parte de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) donde están, bajo tierra.
En el estudio “Sensibilidad climática, nivel del mar y dióxido de carbono atmosférico” (Climate sensitivity, sea level and atmospheric carbon dioxide), James Hansen y colegas calculan las consecuencias de continuar aumentando las emisiones de CO2 año tras año en base a evidencias paleo-climáticas. Su conclusión: quemar todas las fuentes fósiles conocidas volvería el planeta inhabitable.
“Tierra quemada”; fuente: climateprogess.org
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A fines de septiembre el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) presentó la primera parte de su Quinto Informe (AR5) dedicado a resumir los conocimientos científicos sobre el cambio climático.
El informe “Cambio climático 2013: Base de ciencia física” constata que “el calentamiento en el sistema climático es inequívoco” y “la influencia humana en el sistema climático es clara”. Presentamos a continuación los 10 puntos más importantes del nuevo informe climático de las Naciones Unidas, que pone un punto final a cualquier discusión seria sobre el origen antropogénico del calentamiento global.
[leer más]Un estudio reciente realizado por Andreas Levermann del Instituto de Potsdam para la Investigación de los Impactos del Cambio Climático en Alemania (PIK) y colegas ha calculado que por cada grado centígrado de aumento de temperatura global, el nivel del mar aumentará en más de 2 metros.
Aunque este aumento se dará en el transcurso de siglos y milenios, debido al largo tiempo de reacción de las grandes capas de hielo y de los océanos, el proceso desatado por las emisiones de CO2 es ya irreversible. Incluso limitar el aumento de temperatura global a 2° C, que parece cada vez menos posible, llevará últimamente a un aumento del nivel del mar en alrededor de 4,5 metros, inundando áreas costeras inmensas en todo el mundo.
Erosión costera (izq.) y medidas de protección (dcha.) en Humachaca, Trujillo en el Perú
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse