El oceanólogo alemán Stefan Rahmstorf en el artículo “Desaceleración excepcional de la circulación de volteo del Océano Atlántico” (Exceptional twentieth-century slowdown in Atlantic Ocean overturning circulation) muestra mediante la reconstrucción de datos históricos que desde mediados de los años 70 del siglo pasado, la Corriente del Golfo (Gulf Stream) se ha debilitado de manera inédita.
Esto muy probablemente traerá consecuencias para el sistema climático del hemisferio norte. La Corriente del Golfo es parte de un sistema de corrientes marítimas que trae grandes masas de agua caliente de la región del Golfo de México hacia la parte noroccidental de Europa, que en consecuencia se beneficia de un clima moderado.
La Corriente del Golfo; fuente: Rahmstorf/PIK
[leer más]2015
A fines de marzo México ha presentado sus “Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional” (INDCs) a la Secretaria de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
Con el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 22% hasta 2030, comparado con un escenario de seguir haciendo todo como se hace, México es el primer país en vías de desarrollo de haber hecho oficial su meta de reducción.
México oficializa su Plan de Acción Climático con las Naciones Unidas antes del Acuerdo de París de 2015; fuente: www.newsroom.unfccc.int
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2015
Hace dos semanas la pequeña nación isleña del Pacífico sur de Vanuatu sufrió el paso del ciclón “Pam”, uno de los muchos ciclones que pasan por el Pacífico durante esta época.
La devastación tremenda causada por esta tormenta tropical de categoría 5 nos muestra con una brutal claridad lo que será la “nueva normalidad” para esta parte del globo con temperaturas globales cada vez más altas.
Casas destruidas por el ciclón “Pam” en Vanuatu; foto: UNICEF Pacific
[leer más]Por la actualidad del tema para el debate nacional, volvemos hoy –a pocos días del cuarto aniversario del accidente nuclear en Fukushima- sobre el tema energético. A fines de enero, en ocasión del comienzo del tercer mandato presidencial de Evo Morales, el vicepresidente de la comisión de economía y energía del parlamento alemán Klaus Barthel visitó Bolivia.
Reproducimos a continuación una versión acortada de la exposición sobre el “viraje energético alemán” que el Sr. Barthel dio el día 23 de enero del año en curso en un conversatorio organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES) en La Paz. El evento tuvo el objetivo de compartir la experiencia particular de la nueva etapa que emprende Alemania a partir de la decisión de realizar un viraje en la producción y consumo de energía, renunciando a producir energía atómica y aumentar la parte de las energías sostenibles en su matriz energética.
Paisaje devastado por una mina de lignito a tajo abierto (izq.) y una central térmica en base a lignito (dcha.) en la región alemana de Lusicia.
[leer más]“¿Acaso hemos olvidado esta reciente tragedia que continúa haciendo estragos?”, pregunta Cecilia Requena, nuestra autora invitada para recordar el cuarto aniversario del accidente atómico en la central nuclear de Fukushima, Japón, el 11 de marzo de 2011.
Mediante esta entrada al Klimablog nos adherimos a las conmemoraciones para las víctimas del “uso pacífico” de la energía nuclear en el mundo y reiteramos nuestra convicción que la energía nuclear no tiene lugar en la lucha contra el cambio climático.
La planta nuclear de Fukushima; fuente: http://www.tepco.co.jp
¿Acaso hemos olvidado esta reciente tragedia que continúa haciendo estragos?
Fukushima volvió a recordar al mundo algo que parecía haber olvidado: que la energía nuclear es peligrosa. Que por muchas precauciones que se tomen no se puede prever todo y finalmente ocurre un accidente. Y el de Fukushima puede ser el segundo más grave de toda la historia en cuanto al número de víctimas, tras el de Chernóbil. El accidente de Fukushima tiene dos particularidades: se produce por un fenómeno externo a la central y en un país que es una potencia tecnológica de primer orden. Lo primero muestra una nueva dimensión de la seguridad nuclear: es imposible prever todo lo que pueda llegar a ocurrir en las cercanías de las centrales. Lo segundo es revelador: ni siquiera un país como Japón puede evitar un accidente como este ni vencer los enormes desafíos que supone la contaminación radiactiva del agua y del territorio”. Informe-Fukushima de Ecologistas en Acción/España
Hoy podemos confirmar que el riesgo de los reactores nucleares se ha hecho realidad. Como sea que termine este desastre –y con todo el respeto que siento por el esfuerzo humano empleado para contenerlo– su significado no es para nada ambiguo: la historia japonesa ha ingresado en una nueva fase y una vez más debemos mirar las cosas a través de los ojos de las víctimas del poder nuclear, de los hombres y mujeres que han probado su coraje con sufrimiento. “La lección aprendida del actual desastre dependerá de que quienes lo sobrevivan decidan no repetir sus errores”, comentó Kenzaburo Oé, Premio Nobel de Literatura, en un artículo reciente.
Días fatídicos con consecuencias que se extienden hasta el presente y mucho más allá
Hace 4 años, poco antes de las 4 de la tarde de un fatídico 11 de marzo de 2011, comenzaba la más reciente catástrofe nuclear. Una más… Tuvo dramáticas consecuencias inmediatas y profundos impactos derivados de mediano, largo y larguísimo plazo que son, literalmente, de incalculable valor por su complejidad y por nuestros limitados conocimientos sobre el funcionamiento del Sistema-Planeta-Tierra y sobre los diferentes subsistemas de los seres que lo habitan. Por tanto, estos impactos, que no sólo persisten sino que se extenderán por cientos de miles de años, no son fáciles de estimar en su cabal amplitud. Eso sí, alcanza y sobra para afirma que son y serán, ciertamente, de la mayor gravedad.
A las 15:41 (hora local), una hora después de que un terremoto tuviera lugar en la región oriental del Japón, una ola de 15 metros de alto sobrepasaba sin dificultad el muro de contención, de 6 metros de alto, del complejo nuclear de Fukushima, inundando y destruyendo componentes críticos de la infraestructura que derivaron en una gravísima serie de múltiples fallos que superaron las capacidades humanas de controlarlos y, como en otros casos, sólo quedarían más claros tiempo después. Se produjeron “explosiones en los edificios que albergan los reactores nucleares, fallos en los sistemas de refrigeración, triple fusión del núcleo y liberación de radiación al exterior”, entre otros.
La nube radioactiva consecuente de las explosiones se extendió primero por la región, contaminando el agua y los alimentos en un radio superior a 40 kilómetros de la central. En esta área se detectó, en su momento, la presencia de plutonio y estroncio. La nube radiactiva llegó hasta la gran metrópoli de Tokio, habitada por 36 millones de personas y situada a 250 Km al sur-oeste del sitio del accidente. Los registros evidenciaron niveles de contaminación radioactiva 8 veces mayores a las dosis normales. Posteriormente, partículas de esta nube fueron detectadas a miles de km del lugar del desastre, en España, Finlandia y California.
El “día después” y los días que siguieron, siguen y seguirán
La gestión del accidente fue, de acuerdo al Informe del Congreso Japonés, desastrosa, con graves consecuencias sobre la población circundante. Las condiciones de incomunicación, dada la combinación del terremoto y el tsunami, empeoraron una situación, de por sí dramática.
¿Optará Bolivia por el camino nuclear? Fotos de la Marcha de los Pueblos, Lima, diciembre 2014
En cuanto al control de la planta nuclear, parte importante de los problemas siguen vigentes. Además de los previsibles costos y dificultades técnicas del futuro desmantelamiento de los cuatro reactores, persisten problemas más acuciantes como filtraciones de millones de litros de agua contaminada que se vierten al Océano Pacífico, sin que se conozcan, por complejas, las consecuencias de esta agresión adicional al sistema marino y a otros subsistemas conectados, como el de la alimentación humana, a través de la cadena trófica que amplía considerablemente el rango planetario de los impactos. Según el reporte de Ecologistas en Acción, se han detectado ya especies pesqueras con contenido radiactivo 240 veces el permitido.
El mito de la seguridad y del control ha sido, una vez más, demostrado como dramáticamente falso cuestionamiento debido a este nuevo incidente que se suma a dos otros graves, Chernóbil (1986) y Three Mile Island (1979). Hubo al menos 5 más, desde 1957, todos con magnitudes superiores a cuatro, siendo siete, el nivel máximo. Más recientemente se han observado problemas en reactores nucleares de Bélgica, Ucrania y Estados Unidos Así, no es exagerado decir que estamos ante una constante, con picos de gravedad extrema.
Comprendiendo apenas la superficie de los costos humanos, ambientales, económicos
En términos económicos (un ámbito de costos menos difícil de calcular que otros como los correspondientes a la salud o al medio ambiente) las estimaciones de informes independientes rondan los 500.000 millones de dólares americanos y no incluyen buena parte de los costos indirectos como los de la agropecuaria y la industria de alimentos.
De hecho, la zona de evacuación alrededor de Fukushima cercana a los 1.000 kilómetros cuadrados es y seguirá siendo, en gran parte, inhabitable durante generaciones. Abarca aproximadamente el 3% del preciado territorio del Japón, un país densamente poblado, montañoso y con sólo 20% de territorio habitable.
En cuanto a la salud, los niveles de divergencia en las estimaciones de los efectos, a mediano y largo plazo, de la radiación, de modo directo o indirecto (a través de la ingesta de alimentos, por ejemplo) son notables en función de los criterios y metodologías utilizados. Sin embargo, sabemos que lo ocurrido tendrá serias implicaciones para la salud de las personas que estuvieron expuestas.
Así como buena parte de las consecuencias conocidas sobre la salud toman tiempo para manifestarse, otras se materializan y materializarán a miles de kilómetros del hecho, por ejemplo, a través del consumo de alimentos marinos contaminados. Esa es una razón adicional que dificulta el establecimiento de relaciones directas y que generan un amplio espacio para la polémica.
Anotemos, además, que la radiación nuclear inscribe su estela de muerte hasta en lo más recóndito del ser: en el ADN, heredando así parte de la tragedia a las siguientes generaciones de seres humanos, así como de la flora y fauna.
Poco se sabe sobre las consecuencias del vertido “controlado” masivo de agua contaminada al océano
Por su parte, estamos muy lejos de una cabal comprensión de los daños en el océano y en los otros subsistemas que se relacionan con éste. De todos modos, no necesitamos saber más para suponer que serán severas las consecuencias agregadas de filtraciones y del vertido “controlado” masivo y extendido de agua contaminada.
La insuficiente transparencia en la gestión de la información, que es común en este tipo de hechos altamente sensibles, así como la falta de capacidades humanas para controlar y evaluar el desastre de modo integral, impide evaluar la amplitud y profundidad de las consecuencias y mucho menos evitarlas. Las fronteras de nuestro conocimiento del gran sistema planetario que sostiene la vida, incluyendo la nuestra, en su inabarcable complejidad y dinamismo, dificultan enormemente una cabal comprensión del daño que se produjo y que se sigue produciendo como consecuencia del accidente nuclear de Fukushima. Los intentos de cuantificación del daño, son útiles para permitirnos esbozar una idea aproximada del mismo, pero parece más sensato aceptar que éste es en realidad, inconmensurable…
¿Cómo justificar la creación de semejantes riesgos en Bolivia, teniendo alternativas seguras, limpias y más baratas?
Vaya capacidad la humana: No sabemos lo suficiente de sistema de la vida del que somos parte y del que dependemos pero eso no impide que seamos capaces de destruirlo.
La versión original más extensa y con referencias completas puede ser descargada aquí: ¿Acaso hemos olvidado...?
FUKUSHIMA el desastre que no cesa....pdf |
Tuvalu es considerado uno de los países del mundo más vulnerable al cambio climático. Sus nueve grupos de pequeñas islas y atolones tienen una altitud promedio de solo 2 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, los 10.000 habitantes no quieren verse solamente como potenciales refugiados climáticos, pidiendo ayuda al resto del mundo. En foros internacionales, el gobierno denuncia los impactos del cambio climático sobre las condiciones de vida de su país; en casa la población busca formas de adaptarse.
La capital Funafuti en Tuvalu desde el aire; foto cortesía de Shuuichi Endou.
[leer más]En su reciente visita a la India, el presidente de los Estado Unidos, Barack Obama, ha pretendido convencer al primer ministro Narendra Modi de comprometerse a metas concretas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, Modi dejó muy claro que la prioridad de su gobierno era la lucha contra la pobreza y el desarrollo económico – y no el cambio climático. Los acuerdos bilaterales en términos de energía y clima priorizan la energía nuclear y facilitan inversiones norteamericanas en los sectores solar y eólica.
[leer más]2015
Dinamarca acaba de sentar un nuevo récord mundial en la producción de electricidad en base a fuentes renovables: Durante el año 2014 produjo el 39,1 por ciento de su electricidad en base a energía eólica.
Con este dato el país del norte europeo de apenas 5,6 millones de habitantes está en buen camino de lograr su meta de producir la mitad de su electricidad en base a fuentes renovables en 2020, y da un impresionante ejemplo de lo que una pequeña nación puede lograr en la lucha contra el cambio climático.
Parque de turbinas eólicas en mar abierto; fuente: DEA, 2013
[leer más]De poco a poco el aumento del nivel del mar se come un archipiélago frente a la costa de Panamá. Casi 40.000 mil personas del pueblo de los Guna tendrán que mudarse a tierra firme.
Presento a continuación una versión resumida del reportaje original “Der Ort der Zuflucht versinkt im Meer” (Cuando tu hogar de refugio se hunde en el mar) del periodista alemán Toni Keppeler de Latinomedia.
[leer más]Movilizaciones de la sociedad civil contra el cambio climático han marcado este domingo 21 de septiembre en más de 150 países del mundo. A dos días de la “Cumbre Climática” de las Naciones Unidas en Nueva York, 310.000 personas marcharon por esta ciudad en la “Marcha climática de la gente” reclamando acciones decisivas por parte de los gobiernos del mundo.
También en Bolivia grupos de activistas manifestaron la urgencia de reducciones drásticas en las emisiones de gases de efecto invernadero. En la segunda parte de esta entrada reproducimos el comunicado del “Encuentro de la Sociedad Civil frente al Cambio Climático en Bolivia” elaborado por diferentes iniciativas de la sociedad civil boliviana para esta ocasión.
La Marcha Climática de Nueva York (izq., foto de 350.org) y el stand de los activistas bolivianos en La Paz (dcha.)
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse