2016
Al parecer, el “Súper-El Niño” 2015/16 ha llegado al máximo de los valores de anomalías de temperatura medidos en el Océano Pacífico en diciembre del año pasado. Debido a la inercia del sistema climático, los impactos principales en muchas regiones del mundo están todavía por llegar durante los próximos dos meses, como es el caso de Bolivia.
Hasta la fecha, los impactos de este El Niño en el país han sido relativamente moderados. Sin embargo, en Bolivia, ya ha cobrado una primera víctima: se secó por completo el segundo mayor cuerpo de agua, el Lago Poopó.
El Niño siempre acelera el retroceso de los glaciares en el país. Cerro Chiar Kherini en 1995 (izq.) y 2012 (dcha.)
El último evento El Niño fuerte en Bolivia de los años 1997/98 ha traído una fuerte sequía en el Altiplano, causando grandes pérdidas en la producción agrícola, al mismo tiempo que inundaciones y derrumbes en los Yungas y el Oriente, destruyendo carreteras, caminos y otra infraestructura. Según el informe de la Corporación Andina de Fomento (CAF), “las cifras y comparaciones anteriores evidencian que el impacto social y económico de El Niño de 1997-1998 en los países de la Comunidad Andina de Naciones es tan elevado que no es posible continuar sin atender la raíz del problema y solamente reaccionar ante las emergencias una vez que se han presentado. Dicho de otra forma, es preciso proceder a la reducción de las vulnerabilidades prevalecientes en la región.
El Niño en América del Sur
Para la región de América Latina, el Centro Internacional de Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) con sede en Guayaquil, Ecuador, en enero de este año ha preparado un documento de análisis con tres mensajes clave:
1) El Niño 2015-2016 se ubica junto a los de 1997-1998,1982-1983 entre los más fuertes desde 1950 y su evolución actual es inédita.
2) Los impactos climáticos de El Niño 2015-2016 se verán amplificados por la variabilidad decadal y el calentamiento global.
3) El Niño 2015-2016 se desarrolla en medio de condiciones de vulnerabilidad económica, ambiental, social y política que podrían amplificar sus impactos.
En el mismo sentido han ido las alertas de la OMM, cuando se señaló que “El Niño y La Niña no son los únicos factores que condicionan las características climáticas a escala mundial. Además, la intensidad de un episodio de El Niño no necesariamente mantiene una relación directa con sus efectos climáticos a escala mundial observados en distintas regiones del mundo. En el plano regional, las proyecciones estacionales deberán evaluar los efectos relativos tanto de El Niño y La Niña como de otros condicionantes climáticos pertinentes a escala local.”
Sin embargo, la información sobre el futuro de este Súper-El Niño en el país y sus probables consecuencias son muy escasas. Defensa Civil en su página web proporciona una nota sobre un simulacro de alerta realizada en Rurrenabaque a comienzos de diciembre de 2015, pero no dispone de ninguna información prospectiva. El último reporte sobre alertas de riesgos data de comienzos de octubre del año pasado y cubre el período hasta diciembre de 2015.
En las conclusiones del foro regional “Perspectiva Climática para el Oeste de América del Sur” de los servicios meteorológicos de esta región, se han formulado una serie de recomendaciones para Bolivia que sugieren, entre otras, “implementar un comité técnico hidrometeorológico liderado por el Senamhi” para el intercambio de información con otras instituciones. También “recomiendan al ente tutor MMAyA, brindar un apoyo decidido al Senamhi como una institución técnica científica que brinda información oficial en el Estado Plurinacional”.
La primera víctima de El Niño en Bolivia
En Bolivia, El Niño ya ha cobrado su primera gran víctima. En el mes pasado el Lago Poopó, lo que era el segundo mayor lago en extensión de Bolivia, se ha secado completamente. Con esto, no solo las poblaciones aledañas han perdido sus medios de subsistencia, también la flora y fauna acuática han sufrido daños todavía no contabilizados.
En este caso, sin embargo, las causas del secado del lago no solamente se pueden atribuir al efecto de El Niño, sino también al excesivo uso del agua en su afluente, el Río Desaguadero y el impacto del cambio climático. Con temperaturas más altas aumenta la tasa de evaporación, que es un tema de suma importancia para un cuerpo de agua a gran altura (3.700 m.s.n.m.) y de baja profundidad (unos pocos metros). Este conjunto de factores ha hecho posible la actual catástrofe ecológica.
Anomalías de las temperaturas en la superficie del mar; fuente: NOAA
Los impactos del “Súper-El Niño” de la temporada 2015/16 en Bolivia han sido hasta la fecha relativamente moderados, con precipitaciones por debajo de lo normal en buena parte del Altiplano y lluvias poco o nada más elevadas que en otros años.
En Guayaramerín, Cobija y Guanay ya se han presentado las primeras inundaciones y la carretera nueva a Santa Cruz ha sufrido mazamorras y derrumbes, causando su cierre temporal por varios días. Sin embargo, según varios pronósticos, los impactos principales están por llegar todavía:
“Se espera que El Niño se acentué con mayor énfasis en el territorio boliviano principalmente en el departamento del Beni, desde mediados de diciembre hasta fines de febrero y en consecuencia los excesos de precipitaciones locales de los municipios aledaños al rio Mamoré, sumados a los aportes de caudales generados por las precipitaciones en las cuencas medias, ocasionarían el desborde del río Mamoré, ocasionando inundaciones en los municipios de San Ignacio de Moxos, Loreto, San Andrés, Trinidad, San Javier, Santa Ana, Exaltación y Puerto Siles principalmente”, es el análisis realizado por el meteorólogo Hugo Mamani.
“Los efectos se traducen, por lo tanto, en daños en sectores productivos como en el sector pecuario y agricultura, en la infraestructura vial, en las viviendas y en miles de damnificados por pérdida de sus bienes y medios de vida, así como por afectaciones en la salud por el aumento de enfermedades por vectores que proliferan con cambios temporales en los regímenes climáticos.”
El experto CIM de la cooperación alemana y asesor técnico de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) Jan Spickenbom ha analizado los tres eventos El Niño más extremos de los últimos 40 años (1982/83, 1991/92, 1997/98), que le permite concluir lo siguiente:
“Espero que los impactos de este El Niño llegarán todavía, normalmente febrero es el mes pico. Las consecuencias probables son obvias:
- En el Altiplano veremos pérdidas de cosecha debido a la falta de agua durante la fase principal del crecimiento de las plantas, además de problemas de suministro de agua para hombres y animales.
- En tierras bajas veremos inundaciones con daños de la infraestructura, como ser casas y otras construcciones, carreteras, pérdidas de cosecha debido a erosión e inundaciones; también pérdidas de ganado por causa de inundaciones de pastizales y la muerte de animales por ahogamiento.
Otra consecuencia de las inundaciones serán la pérdida de vidas humanas y el aumento de enfermedades por agua contaminada y la mayor abundancia de mosquitos.”
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) sitúa los mayores impactos todavía para más tarde, entre febrero y marzo del año en curso, como explicó el pronosticador Danilo Pomier: "Se prevé que el fenómeno de El Niño recién esté bajando su intensidad entre los meses de abril y mayo, pero las consecuencias tanto en afectación de temperaturas como en precipitaciones recién se van a empezar a ver entre febrero y marzo de 2016. Ahí vamos a tener resultados donde hubo exceso de lluvia, como inundaciones, y del déficit de precipitación, con sequías”.
Impactos ENSO Beni-Hugo Mamani.pdf |
2016
El mundo está viviendo condiciones de un El Niño muy fuerte desde hace varios meses, cuyos impactos están siendo sentidos alrededor del globo. Entre otros, la temperatura global promedio ha aumentado y ahora está 1° C por encima de la época preindustrial.
Según los pronósticos, El Niño llegará a su mayor fuerza recién durante los meses de enero y febrero. Para algunas regiones, el fenómeno climático recurrente traerá lluvias en exceso, para otras, la falta de precipitaciones provocará sequías. Se espera que los impactos igualen o sobrepasen aquellos del año 1997/98, abriéndonos una ventana al mundo futuro de los probables impactos del cambio climático.
El Niño actual está de la misma dimensión que los eventos históricos de 1982/83 y 1997/98; fuente IRI
[leer más]Todos los participantes de las Conferencias Climáticas conocen la pelea de las pequeñas islas para sobrevivir frente a la amenaza del cambio climático, y como grupo organizado han podido hacer escuchar su voz. ¿Pero qué de los habitantes de las montañas, que también pertenecen a los más vulnerables y marginalizados en el mundo?
Para aumentar la visibilidad de las poblaciones de montaña, el 11 de diciembre se organizó un evento para celebrar el Día Internacional de la Montaña en el programa paralelo de la COP 21 de París. Pero esta no es la única iniciativa: Bajo liderazgo de Suiza se está pidiendo al IPCC, el gremio científico de la Convención Climática, la elaboración de un “informe especial” sobre montañas.
[leer más]Todos los países miembros de la Convención Climática (CMNUCC) tenían hasta el 1º de octubre para preparar sus Contribuciones Previstas Determinadas a Nivel Nacional (INDCs), que de manera agregada, definen el nivel de la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero frente al reto de limitar el aumento de temperatura por debajo de los 2 °C.
Ya antes del comienzo de la COP 21 el secretariado de la Convención Climática, el Programa de las Naciones Unidas de Medio Ambiente (PNUMA) y la Red de Acción Climática (Climate Action Network – CAN) han presentado sus respectivos análisis sobre el conjunto de las contribuciones nacionales, como base para las negociaciones de París. Es resultado es más que decepcionante: Estamos camino a un mundo 3 o 4 grados más caliente.
[leer más]Entre el 4 y 8 de octubre tuvo lugar en Perth, Escocia, la mayor conferencia global sobre la investigación en zonas de montañas, “Montañas de nuestra Tierra Futura” (Mountains of our Future Earth).
Al igual que en su versión anterior en 2010, el cambio climático era nuevamente el tema central. El Instituto Boliviano de la Montaña (BMI) estaba presente con presentaciones sobre el retroceso glaciar y la adaptación al cambio climático en zonas de alta montaña.
“Montañas de nuestra Tierra Futura”
[leer más]El 23 de julio de este año, el científico del cambio climático más renombrado del mundo, James Hansen, ha lanzado una “bomba” al debate académico-político sobre cambio climático. En una revista científica de acceso abierto, conjuntamente a otros 16 científicos, ha publicado el artículo "Derretimiento de hielo, aumento del nivel del mar y super-tormentas. Evidencias de distintas fuentes: datos paleoclimáticos, modelamiento climático y observaciones modernas que en conjunto constata que 2 °C de calentamiento es altamente peligroso”.
La conclusión: Siguiendo la actual trayectoria de emisiones, un aumento del nivel del mar de varios metros hasta 2100 es casi inevitable. “Disrupción social y consecuencias económicas de un aumento del nivel del mar de esta magnitud podrían ser devastadoras”.
Croquis de Hansen que visualiza los mecanismos descritos que llevarían a una desintegración acelerada de las capas de hielo de la Antártida
[leer más]Los glaciares del mundo se derriten a una velocidad cada vez más acelerada, esta es la constatación principal del nuevo estudio “Retroceso glaciar global a comienzos del siglo XXI sin precedentes históricos” (Historically unprecedented global glacier decline in the early 21st century) publicado recientemente en la revista científica Journal of Glaciology.
Usando la base más grande de observaciones glaciares existentes, Michael Zemp, director del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS) y sus co-autores han realizado la evaluación del estado de los glaciares del mundo más completa.
El glaciar Pastoruri en la Cordillera Blanca, Perú en 2012.
[leer más]2015
A pesar de su cercanía al Océano Pacífico, la mayor parte de las precipitaciones en Bolivia se originan en el Océano Atlántico, a una distancia de mucho miles de kilómetros.
Alan Forsberg, geógrafo que estudia y enseña cambio climático por 30 años, nos introduce al concepto de los “ríos voladores” para explicar este fenómeno – y advertir sobre los peligros que posan sobre ello el cambio climático y la deforestación.
Esquema del origen de la lluvia en Bolivia mediante los “ríos voladores”
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Para hacer frente al cambio climático y reducir las emisiones de CO2, el uso de energías alternativas se abre cada vez más paso, y con esto el uso de baterías de ion de litio. El Salar de Uyuni alberga una de las mayores reservas de litio del mundo y desde el 2008 el gobierno boliviano promueve su extracción e industrialización.
En la reciente publicación (en español) “Desigualdades estructurales en el aprovechamiento de un recurso estratégico. La economía global del litio y el caso de Bolivia”, la investigadora alemana Juliana Ströbele-Gregor analiza los avances y obstáculos del programa estatal de litio en Bolivia en el contexto de las fuerzas del mercado global.
Salar de Uyuni
[leer más]Mientras que Bolivia vivía la emoción de la visita del papa Francisco, del 7 al 10 de julio de este año se reunieron casi 2.000 científicos del cambio climático en París en el mayor evento científico antes de la Conferencia COP 21 a fines de 2015.
La conferencia “Nuestro futuro común bajo el cambio climático” confirmó los datos principales del último informe del IPCC, intentó mostrar posibles soluciones prácticas al cambio climático y enfatizó la necesidad urgente de reducir las emisiones globales a cero.
Foto: newsroom.unfccc.int
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse