En su más reciente Congreso Mundial de la Naturaleza (World Conservation Congress) de comienzos de septiembre, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) presentó “Los Compromisos de Hawai´i”, declaración que llama a frenar el deterioro global de las condiciones para la vida en el planeta.
Los 10.000 participantes reunidos en las islas pacíficas de Hawai´i bajo el lema “Planeta en la encrucijada”, identificaron tres temáticas críticas para la conservación: el nexo entre la diversidad biológica y cultural; la importancia del océano del mundo y las amenazas para la biodiversidad causadas por la pérdida de hábitats, el cambio climático, las especies invasoras y la explotación insostenible.
[leer más]Como especie humana, hemos alterado el Sistema Tierra de tal magnitud, que ha sido necesario declarar el comienzo de una nueva época geológica, la “edad del hombre” o el “Antropoceno.
Esta es la recomendación del “Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno” después de 6 años de debate y análisis, presentado en su informe al Congreso Geológico Internacional del 29 de agosto pasado.
Crédito: Subcommission on Quaternary Stratigraphy
[leer más]La red de monitoreo GLORIA, la “Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos”, es la más importante red de monitoreo a largo plazo de la biodiversidad frente al cambio climático en ámbitos de alta montaña.
Hace poco, el “Manual para el trabajo de campo del Proyecto GLORIA" salió en su 5ª edición y está disponible en español en formato digital en la página del proyecto.
[leer más]El “Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono” es sin duda el tratado medioambiental internacional más exitoso que el mundo ha firmado hasta la fecha. Desde su entrada en vigencia en 1987, ha permitido que la capa de ozono entre en un lento proceso de recuperación.
Sin embargo, uno de los efectos colaterales de la prohibición de ciertas sustancias que dañan la capa de ozono ha sido su reemplazo por otros químicos, que en algunos casos tienen un poder enorme de calentamiento atmosférico, como es el caso de los hidrofluorocarbonos (HFCs), y cuya reglamentación es vital para limitar el aumento de la temperatura global.
[leer más]Un nuevo estudio científico publicado en la revista Nature afirma que la distribución de las nubes alrededor del globo ha sufrido cambios durante los últimos 30 años debido al cambio climático.
Según los investigadores, bandas de nubes han sido desplazadas hacia los polos en ambos hemisferios, expandiendo las zonas secas subtropicales y aumentando el calentamiento global.
En el nuevo estudio “Evidencia del cambio climático en el archivo satelital de las nubes” (Evidence for climate change in the satellite cloud record), Joel Norris y colegas demuestran como el cambio climático ha cambiado la distribución de las nubes alrededor del globo durante las últimas tres décadas.
El calentamiento global ha desplazado bandas de nubes hacia los polos, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. También ha causado una expansión de las partes superiores de las nubes a altitudes más altas. – Lo preocupante de este diagnóstico es que ambos fenómenos son parte de círculos de retroalimentación positiva y aumentan el calentamiento global.
Un 70% de la Tierra está siempre cubierta de nubes
“Nubes y aerosoles siguen siendo los factores que contribuyen a la mayor incertidumbre en estimar e interpretar el cambio en el presupuesto energético de la Tierra”, se constató en el último informe AR5 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. “Se prevé que precipitación y evaporación aumentarán, en promedio, en un clima más caliente, pero también sufrirán ajustes globales y regionales en función de dióxido de carbono (CO2) y otros forzamientos”.
Aunque parece un dato increíble: alrededor del 70% del globo está cubierta por nubes, en cualquier momento. “Pero no todas las nubes son iguales: diferentes tipos de nubes afectan el clima de la Tierra de forma diferente. Mientras que algunas nubes ayudan a calentar la Tierra, otras ayudan a enfriarla”, nos explica la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) de los Estados Unidos. Al momento, sumando estos potenciales de calentar y enfriar de todas las nubes del planeta, lo que resulta es un efecto neto de enfriamiento. – Pero esto puede cambiar, como indica el reciente estudio de Norris y colegas.
El tema es complicado, porque entran varios factores, que entre ellos se pueden retroalimentar de forma positiva o negativa. Por ejemplo, una cobertura densa de nubes durante el día tiende a enfriar el clima, porque refleja la luz solar hacia el espacio. Pero estas mismas nubes pueden tener el efecto contrario en la noche, cuando funcionan como una manta y mantienen el calor cerca de la superficie de la tierra. Noches nubladas son menos frías, una experiencia que muchos de nosotros ya hemos hecha cuando acampamos afuera.
Regiones donde la mayoría de los modelos climáticos y la mayoría de los registros satelitales están en acuerdo sobre la dirección del cambio de la nubosidad desde los años 80 hasta los comienzos del siglo XX, relativo al promedio global. En color café: más nubes, en celeste: menos nubes; fuente: Joel Norris.
Retroalimentaciones positivas refuerzan el calentamiento global
El efecto energético de las nubes también cambia con su altitud. Las nubes de estrato, que forman mantos extendidos, se encuentran a alturas inferiores de 2.000 metros y tienden a enfriar. Todo lo contrario las nubes cirros que son más dispersas y se encuentran en altitudes de hasta 20 kilómetros: aportan al calentamiento global, porque dejan pasar buena parte de la luz solar. Las nubes cúmulos, que parecen bolitas de algodón, bloquean la radiación solar, pero también atrapan el calor infrarrojo; su aporte al calentamiento global por tanto puede ser positivo o negativo, según su altura y densidad.
De ahí la importancia del hallazgo del reciente estudio sobre el cambio en la distribución y altura de las nubes en el globo terrestre. El investigador Norris explica lo siguiente: “Un aumento de CO2 lleva a un enfriamiento de la estratosfera, así que esta se enfría, pero al mismo tiempo por debajo se calienta la troposfera, y en consecuencia las nubes que están subiendo pueden subir a altitudes más altas que antes”. En la manera que las partes superiores de las nubes llegan a mayores altitudes, como se ha observado mediante los archivos satelitales de los años 1983 – 2009, aumenta su capacidad de atrapar el calor, a la manera de un invernadero.
Luego, el desplazamiento de bandas de nubes hacia los polos les lleva a lugares donde la radiación entrante es menos intensa; por lo tanto su capacidad de reflejar la radiación solar tiene menos efecto que en zonas más cercanas a los trópicos y el ecuador, donde la luz solar es mucho más intensa. Otra vez, el efecto neto es un aumento del calentamiento global.
“Creo que lo que era una sorpresa es que muchas veces pensamos en el cambio climático como algo que va a ocurrir en el futuro”, resumió el investigador principal Joel Norris, un climatólogo de la Universidad de California en San Diego. “Pero esto ocurre en este momento. Ha ocurrido durante el tiempo de mi propia vida – era algo desconcertante”.
Del 10 al 13 de mayo tuvo lugar la cuarta versión de la conferencia internacional sobre adaptación al cambio climático “Futuros de la adaptación 2016” (Adaptation Futures 2016) en la ciudad neerlandesa de Rotterdam.
Durante una semana los 1.700 participantes de todo el mundo presentaron experiencias prácticas y debatieron posibles soluciones. “La adaptación al cambio climático es un reto difícil pero una tarea manejable, si nos ponemos las pilas”, podría bien ser la frase que resume el espíritu dominante.
[leer más]Los Contaminantes Climáticos de Vida Corta (CCVC, o también SLCP en inglés: Short Lived Climate Pollutants) son agentes atmosféricos contribuyentes al calentamiento global y al mismo tiempo degradan la calidad del aire. Tienen una vida útil relativamente breve en la atmósfera (entre pocos días a unas pocas décadas), a diferencia del CO2, que permanece en la atmósfera durante siglos o milenios después de emitido.
En la entrevista que sigue, la abogada ambiental Florencia Ortúzar de AIDA nos explica que aunque la reducción de emisiones de dióxido de carbono es esencial para mantener el aumento de temperatura por debajo de 2 °C a largo plazo, la disminución de los CCVC ofrece un importante aporte en esta difícil tarea.
[leer más]El 26 de abril de 1986, en el lejano lugar Chernóbil, de lo que en ese entonces era todavía la Unión Soviética, se produjo el peor accidente nuclear de la historia, que contaminó gran parte de Europa y de territorio soviético.
Con diferentes ceremonias, la semana pasada se conmemoró el 30 aniversario del accidente que costó la vida y afectó la salud de millones de personas y cuyos costos económicos son sentidos hasta hoy día.
La planta nuclear de Chernobíl después del accidente de 1986; fuente: mohawkhairstylesforblackwomen.science
[leer más]Virtualmente todos los países del mundo han acudido al llamado del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon y han firmado el Acuerdo de París en la ceremonia oficial en Nueva York el pasado 22 de abril, Día Internacional de la Tierra.
Poco antes, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la Convención Climática se había reunido en Nairobi, Kenia, para definir estrategia, contenido y cronograma para el Sexto Informe de Evaluación y los informes especiales de los próximos años.
174 países más la Unión Europea firmaron el Acuerdo de París en un solo día; fuente: IPCC
[leer más]A fines del mes pasado, coincidente con el Día Meteorológico Mundial, el 23 de marzo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentó la “Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2015”.
El documento de 25 páginas fue lanzado en todos los idiomas oficiales de las Naciones Unidas, que incluye el español, y brinda un excelente resumen sobre el año 2015, que “hizo historia con registros de temperaturas máximas sin precedentes, olas de calor intensas, un total extraordinario de precipitaciones, sequías devastadoras y una actividad excepcional de los ciclones tropicales”.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse