Los glaciares del mundo se derriten a una velocidad cada vez más acelerada, esta es la constatación principal del nuevo estudio “Retroceso glaciar global a comienzos del siglo XXI sin precedentes históricos” (Historically unprecedented global glacier decline in the early 21st century) publicado recientemente en la revista científica Journal of Glaciology.
Usando la base más grande de observaciones glaciares existentes, Michael Zemp, director del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS) y sus co-autores han realizado la evaluación del estado de los glaciares del mundo más completa.
El glaciar Pastoruri en la Cordillera Blanca, Perú en 2012.
[leer más]En el reciente artículo científico “La contribución del escurrimiento glaciar hacia los recursos hídricos de la ciudad de La Paz, Bolivia (16°S)” (Contribution of glacier runoff to water resources of La Paz city, Bolivia (16°S)) se acierta que los glaciares de la Cordillera Real han estado aportando un 15% del agua disponible para La Paz y El Alto.
Con esto, la investigación presentada por Álvaro Soruco, del Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente de la UMSA en La Paz y colegas confirma el dato que ya se estaba manejando hace un par de años y que aumenta hasta un 27% durante la época seca.
Represa de Milluni delante del Huayna Potosí, Cordillera Real
[leer más]Durante los últimos 50 años Bolivia ha perdido aproximadamente la mitad de sus glaciares. El factor principal por el acelerado retroceso glaciar es el calentamiento global, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero hay otro elemento que contribuye al derretimiento de los glaciares de montaña: depósitos de hollín de la quema de diesel y biomasa.
En la reciente reunión del Grupo de Trabajo PISAC (Pollution and its Impact on the South American Cryosphere) en La Paz, el investigador estadounidense Carl Schmitt presentó metodología y primeros resultados del análisis de muestras de nieve, para poder cuantificar el impacto de los depósitos de hollín en los glaciares de la Cordillera de los Andes.
Carl Schmitt tomando muestras de nieve (en la Cordillera Blanca, Perú, izq.) y filtrando las muestras (en La Paz, dcha.)
[leer más]2013
Un tema poco conocido, incluso entre expertos de montaña, son los “glaciares de roca”. Mismo que con el debate sobre cambio climático el interés en glaciares ha aumentado mucho en los últimos años, existen muy pocos estudios científicos sobre el tema de los glaciares de roca en Bolivia.
En la siguiente entrevista la investigadora Sally Rangecroft habla sobre su investigación en Bolivia y explica la importancia que estos tienen.
La investigadora Sally Rangecroft en La Paz (izq.) y en el campo (dcha.)
[leer más]2012
El pasado 21 de agosto de 2012 se realizó el seminario “ Cambio climático y desarrollo sostenible en regiones de montaña de Bolivia” en la ciudad de La Paz. El evento fue organizado por en Instituto de Investigaciones Socio-Económicas de la Universidad Católica (IISEC) y el Instituto Boliviano de la Montaña (BMI), en el marco de la red internacional del Proyecto CELA – Climate Change Technology Transfer Centres in Europe and Latin America. Dicho seminario tuvo como objetivo principal “llamar la atención sobre la situación especial, de alta vulnerabilidad, de los ecosistemas y comunidades humanas en zonas altoandinas frente al cambio climático”.
Presentamos a continuación el texto de la exposición introductoria exposición introductoria a cargo de mi persona.
Montañas y cambio climático – una perspectiva global y boliviana
Los Andes son una región altamente vulnerable; en particular, los ecosistemas alto andinos son muy sensibles a cambios en el clima y las sociedades humanas andinas son muy vulnerables, debido a su pobreza. El desarrollo tradicional (urbanización, minería, avance de la frontera agrícola, turismo, grandes proyectos de infraestructura) constituye una amenaza a la sostenibilidad de la región, causando pérdida de biodiversidad, erosión de los suelos y contaminación.
A estas amenazas tradicionales ahora se suma el cambio climático. Tanto la temperatura, como precipitación y humedad han cambiado significadamente durante los últimos 50 años. El aumento de temperatura es ahora de aproximadamente 0,3° C por década – más que el doble del promedio global - y los habitantes de las montañas ya notan claramente los impactos del cambio climático. Para el año 2030 se está esperando un aumento regional de temperatura para el altiplano norte y la cordillera de Bolivia de entre 1 – 2,5° C comparado con hoy día.
Entre los principales impactos del cambio climático se puede nombrar el retroceso glaciar, sequías, inundaciones, incendios y pérdida de biodiversidad. Con 1° C de aumento de temperatura, por ejemplo, la línea de nieve sube unos 150 m. Superficie y volumen de los glaciares del país se han reducido en un 50% durante los últimos 40 años (Soruco et al. 2009). Con la desaparición de los glaciares aumenta la importancia de los bofedales para el ciclo hídrico. También aumentan los riesgos en regiones de alta montaña (rupturas de lagunas glaciares, inestabilidad de laderas, avalanchas, deslizamientos).
El Nevado Illimani
Pero lo región andina no es solamente “víctima” del cambio climático, sino también cuenta con tradiciones y recursos que son “fortalezas” a la hora de adaptarse al cambio climático (conocimientos tradicionales, estrategias de minimización de riesgos, agro-biodiversidad, servicios ambientales). Entre las oportunidades que brinda el calentamiento global se puede mencionar la posibilidad de practicar agricultura a mayores altitudes (p.ej. quinua en la región intersalar) y posiblemente el aumento de los precios de los alimentos en el mercado mundial.
La tarea más urgente para los Andes es tomar medidas de adaptación al cambio climático, basadas en ecosistemas, y aumentar la resiliencia de los ecosistemas y sociedades. Tenemos que aceptar la realidad de un aumento de temperatura mucho más allá de 2° C para la región andina hasta fin de siglo.
Las áreas protegidas de montaña ofrecen una oportunidad interesante para la adaptación al cambio climático porque permiten un mayor control medioambiental de actividades mineras, la protección de recursos hídricos, la investigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas alto andinos.
Tenemos que entender a las montañas como espacio de vida de fauna, flora y de comunidades humanas, cuyas culturas y medios de vida (mountain livelihoods) deberían estar al centro de la atención de cualquier intervención en las montañas.
Para el ámbito de la investigación eso significa que la investigación no solamente debería ser participativa y aplicada, sino integral, para entender las interrelaciones complejas entre cambio climático, otros factores del cambio global, los ecosistemas y las comunidades humanas.
La memoria del evento estará disponible a fines de mes y puede ser obtenida mandando un E-mail a la siguiente dirección: bmi@bolivian-mountains.org
Invitacion CELA - BMI.pdf | |
Programa-CELA.pdf | |
PresHoffmannCELAworkshop.pdf |
2012
El 22 de marzo pasado, en ocasión del Día Mundial del Agua, la Fundación Solón presentó el libro “Glaciares Andinos, Recursos Hídricos y Cambio Climático: desafíos para la justicia climática en el Cono Sur”.
La publicación reúne diferentes trabajos de Chile, Perú, Argentina y Bolivia sobre el retroceso glaciar y las amenazas para los glaciares por parte de actividades mineras.
[leer más]1
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