2016
Una noticia ha recorrido el mundo: La ciudad de La Paz, sede de gobierno, y nombrada “ciudad maravillosa” por las redes sociales, se ha quedado sin agua. Lo novedoso: esta vez es la Zona Sur que sufre las mayores consecuencias, y no los barrios marginales de El Alto, como ya se había hecho costumbre a finales de la época seca.
Lo que está siendo presentado por algunos políticos y medios de comunicación como una gran sorpresa y consecuencia del derretimiento de las nieves eternas causado por el calentamiento global, en realidad no es ni sorprendente, y tampoco se debe al derretimiento glaciar.
Laguna Milluni, noviembre de 2009
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En presencia del director de la película, Pieter Van Eecke, el próximo lunes 24 de octubre se estrena “Samuel en las Nubes” en La Paz.
La película retrata el cambio climático a través del testimonio de Samuel, el antiguo operador del lift de esquí del Chacaltaya, cuya familia ha vivido en las montañas nevadas por generaciones.
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El fuerte evento “El Niño” de fines de 2015 y 2016 ha dejado el sur de la Amazonía en un estado mucho más seco que durante las dos últimas grandes sequías de 2005 y 2010.
En base a esta observación, un grupo de científicos de los Estados Unidos está proyectando que este año será un año con una gran cantidad de incendios en la parte sur de la región amazónica, que alberga la Amazonía boliviana. El siguiente texto escrito por el científico Alan Forsberg está también disponible en inglés.
El humo de los múltiples incendios en la región de Mato Grosso de Brasil en una fotografía tomada por el astronauta de la Estación Espacial Internacional el 19 de agosto de 2014. Créditos: NASA.
Científicos de la Universidad de Columbia de Nueva York y de la Universidad de California, Irvine están proyectando que el 2016 será un año malo de incendios en el sur de la selva amazónica debido a una severa sequía durante la época de lluvias de este año. Tales sequías están fuertemente vinculadas a las anomalías del clima mundial tales como El Niño en el Océano Pacífico y fenómenos similares en el Atlántico. En América del Sur, estas anomalías debilitan los vientos alisios que traen la humedad y desplazan la franja de lluvias hacia el norte. Pero más allá de estas sequías periódicas, los científicos están descubriendo que la duración de la época seca está aumentando en alrededor de una semana por década, especialmente en el suroeste de la Amazonia. Esto es más probable debido al calentamiento global provocado por el hombre, que inhibe la precipitación y aumenta el riesgo de incendios.
Muchos están preocupados de que los incendios forestales extensos puedan dañar la capacidad del bosque para actuar como el "pulmón del planeta" por absorber y almacenar carbono y mantenerlo fuera de la atmósfera. Cuando el bosque se quema, libera enormes cantidades de carbono en la atmósfera, exacerbando el cambio climático y aumentando el calentamiento global. El aumento del calentamiento global resultará en epocas secas más largas, sequías más frecuentes, e incluso más incendios. Si no se hace algo, los científicos advierten que la retroalimentación de este círculo vicioso podría alcanzar un punto de inflexión resultando en una muerte masiva de la selva amazónica, con nefastas consecuencias para Bolivia y más allá.
A menudo se considera el cambio climático como un problema global causado por procesos industriales históricos de los países desarrollados, y Bolivia no tiene la culpa de eso. La mitigación del cambio climático está igualmente enmarcada en la escala global, y en gran parte es la responsabilidad de otros reducir la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera del planeta. Pero debemos ser conscientes del hecho de que la selva amazónica juega un papel vital en el sistema climático no sólo a nivel mundial, sino también a escalas regionales y locales, y que los incendios en la Amazonía tienen impactos no sólo a larga distancia, sino también a nivel regional y local.
Un análisis de los datos de la misión del satélite “Gravity Recovery and Climate Experiment” (GRACE) muestra un mayor déficit de agua del suelo en 2016 que en años anteriores con alta actividad de incendios en la Amazonia. Créditos: Yang Chen, University of California, Irvine.
La última sequía de la cuenca amazónica ocurrió hace sólo 6 años
Uno sólo tiene que pensar en lo que sucedió durante la última sequía de la cuenca amazónica en 2010, cuando grandes columnas de humo hicieron el aire irrespirable en Bolivia y se incrementó drásticamente las enfermedades respiratorias, especialmente entre los niños. El humo excesivo también suprime las lluvias resultando en condiciones aún más secas en todo el país. ¡Y este año, el sur de la Amazonía es mucho más seco de lo que ha sido desde el año 2002!
Aunque a menudo pensamos en la selva tropical de la Amazonía como el "pulmón del planeta", otros la comparan con el "corazón de la madre tierra" debido a su papel vital en el bombeo de agua desde el Atlántico hasta el centro de América del Sur y más allá. Si no fuera por el acueducto natural formado por árboles amazónicos centenarios, Bolivia seguramente sería mayormente desértica.
Las sequías periódicas en la Amazonia no son nada nuevo, pero los grandes incendios forestales en la selva eran desconocidos hasta hace muy poco. Estos incendios están directamente vinculados a la proliferación de asentamientos y los cambios inducidos por el hombre en el paisaje. Bosques tropicales primitivos intactos son naturalmente resistentes al fuego porque el dosel continuo del bosque bloquea la luz solar y mantiene el bosque por debajo fresco y húmedo.
Cuando partes del bosque son talados por la gente, deja el bosque restante más vulnerable al fuego porque el sol penetra a lo largo de los bordes dejándolo más caliente y más seco. De hecho, la investigación muestra que los bosques que se han disminuido o fragmentado por los seres humanos experimentan peores incendios en comparación con los bosques naturales intactos.
El peligro de este tipo de incendios intensos es que el funcionamiento y la estructura de la selva amazónica pueden ser dañados más allá de la capacidad natural de regeneración o recuperación. De hecho, cuando tales sequías terminan, los investigadores han encontrado que el paisaje cambia para apoyar no sólo a que los bosques sean menos densos, sino también que los pastos sean más inflamables. Se pierde la mayor extensión de bosque, el clima de la región se convierte en más cálido y seco, haciendo el bosque más inflamable y alimentando así aún más en el círculo vicioso de la muerte masiva del bosque.
Los bolivianos no son responsables de las causas históricas del cambio climático global. Sin embargo, pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento de un clima estable a nivel local y regional. Pueden proteger y preservar los bosques existentes mediante la adopción de medidas para impedir que la gente provoque incendios, si no es para ayudar a mitigar el cambio climático a nivel mundial, al menos para proteger la fuente de agua que estos bosques proveen para las ciudades, la agricultura, la minería, la generación de energía, el desarrollo económico y la estabilidad a largo plazo.
Amazon Fires blogpost_PROOF.pdf |
2016
El reciente anuncio del presidente boliviano Evo Morales que una empresa italiana había concluido los estudios iniciales para el proyecto de la represa El Bala en la Amazonía boliviana, ha provocado una polémica sobre la dimensión, la utilidad y sus probables impactos sociales y ambientales.
A continuación, el director e investigador del Instituto Alternativo, Roger Cortéz Hurtado, nos proporciona el resumen de la información disponible sobre este proyecto que resulta el mayor encarado por el Estado boliviano desde su nacimiento.
Las maravillas del Parque Nacional Madidi están en peligro por los proyectos energéticos.
[leer más]Ya han pasado cinco años desde que el calentamiento global ha acabado con la vida del glaciar el Chacaltaya, alguna vez la pista de esquí con lift más alta del mundo, apoyado por la anterior ocurrencia del fenómeno de El Niño.
En la reciente publicación científica “Adaptación al cambio climático del sector de turismo en los Andes bolivianos” (Climate Change adaptation of the tourism sector in the Bolivian Andes) tres investigadores suizos han analizado las estrategias de adaptación del sector turístico de La Paz frente a la pérdida de una de sus principales atracciones.
Vista de la Cabaña Grande del Club Andino hacia la Cabaña Chica
[leer más]2016
En diciembre del año pasado, cuando los ojos del mundo estaban puestos en la Conferencia Climática de París, las autoridades de Oruro declararon completamente seco al Lago Poopó, una vez el segundo lago más grande de Bolivia.
Por la literatura científica y a través de testimonios de la población local sabemos, que el Lago Poopó se había secado en ocasiones anteriores. Sin embargo, frente a los impactos del cambio climático y un entorno socio-económico diferente, es pertinente preguntarse: ¿Se logrará recuperar?
Nuestra misión de reconocimiento en medio del “Lago” Poopó.
[leer más]Hace meses, Zimbabue sufre una de las peores sequías de su historia. Pero el país no es la única víctima, también sus vecinos en la región del sur de África son sujetos al impacto combinado del cambio climático y del “Niño” más fuerte de los últimos 60 años.
A comienzos de mes el gobierno de Zimbabue ha declarado el “estado de desastre” en casi todo el país, porque un cuarto de la población -unos 2,5 millones de personas en las zonas rurales- necesitan ayuda humanitaria. Lo que dificulta la situación alimentaria son las malas perspectivas para la próxima cosecha de granos esenciales en toda la región debido a la sequía y el comienzo tardío de la época de lluvias.
Una sequía extrema azota casi todo el país; fuente: Oxfam Zimbabwe
[leer más]¿Qué estrategias de vida tienen los hogares rurales del Norte de Potosí para adaptarse a las condiciones climáticas y socioeconómicas actuales? y ¿cuál es la influencia del cambio climático? ¿Cómo ha afectado el acceso al riego mediante proyectos de desarrollo a las condiciones de vida de las familias beneficiarias?
El estudio “Estrategias de hogares en el contexto del cambio climático: Riego familiar y migración rural en la región Norte de Potosí, Bolivia” de la geógrafa Isabell Nordhausen de la Universidad Libre de Berlín contribuye a la comprensión de las interrelaciones entre el cambio climático, la migración y la disponibilidad de riego en la región, y ayuda a identificar vulnerabilidades.
Atajados en el Norte de Potosí
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Al parecer, el “Súper-El Niño” 2015/16 ha llegado al máximo de los valores de anomalías de temperatura medidos en el Océano Pacífico en diciembre del año pasado. Debido a la inercia del sistema climático, los impactos principales en muchas regiones del mundo están todavía por llegar durante los próximos dos meses, como es el caso de Bolivia.
Hasta la fecha, los impactos de este El Niño en el país han sido relativamente moderados. Sin embargo, en Bolivia, ya ha cobrado una primera víctima: se secó por completo el segundo mayor cuerpo de agua, el Lago Poopó.
El Niño siempre acelera el retroceso de los glaciares en el país. Cerro Chiar Kherini en 1995 (izq.) y 2012 (dcha.)
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2016
El mundo está viviendo condiciones de un El Niño muy fuerte desde hace varios meses, cuyos impactos están siendo sentidos alrededor del globo. Entre otros, la temperatura global promedio ha aumentado y ahora está 1° C por encima de la época preindustrial.
Según los pronósticos, El Niño llegará a su mayor fuerza recién durante los meses de enero y febrero. Para algunas regiones, el fenómeno climático recurrente traerá lluvias en exceso, para otras, la falta de precipitaciones provocará sequías. Se espera que los impactos igualen o sobrepasen aquellos del año 1997/98, abriéndonos una ventana al mundo futuro de los probables impactos del cambio climático.
El Niño actual está de la misma dimensión que los eventos históricos de 1982/83 y 1997/98; fuente IRI
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