El 21 de marzo pasado se celebró el Día Internacional de los Bosques declarado por las Naciones Unidas con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de todos los tipos de bosques – para la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, la producción de agua y el bienestar de sus habitantes.
Al mismo tiempo, datos del Monitoreo Global de Bosques (Global Forest Watch) muestran que la velocidad de la deforestación en bosques tropicales se ha duplicado desde 2008; en los últimos 11 años se ha perdido aproximadamente un millón de km² - una superficie igual a la extensión de Bolivia.
21 de marzo - “Día Internacional de los Bosques”
En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de los Bosques. Según se explica en la página web de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mediante la “celebración se rinde homenaje a la importancia de todos los tipos de bosques y se intenta generar conciencia al respecto. Cada vez que se celebra el Día Internacional de los Bosques, se alienta a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con los bosques y los árboles, como, por ejemplo, campañas de plantación de árboles”.
Sin embargo, la destrucción de los bosques llega a niveles cada vez más altos. Según información brindada por el Instituto Mundial para los Recursos (World Resources Institute – WRI), preparado por El Monitoreo Global de Bosques (World Forest Watch), durante la última década se perdió una superficie de bosques de aproximadamente 1 millón de kilómetros cuadrados a nivel mundial, que es igual a la superficie de Bolivia. “La deforestación en bosques tropicales se ha duplicado desde 2008”. Otras iniciativas de monitoreo, como la Red Global de Informes Forestales (Global Forest Reporting Network) manejan cifras que corroboran estos datos: Según información presentada en el Foro de Oslo sobre Bosques Tropicales (Oslo Tropical Forest Forum) en junio del año pasado, solo los países tropicales perdieron 158.000 km² de bosque.
Esta situación es sumamente preocupante desde varias perspectivas. Por un lado, la pérdida de amplias zonas de bosque siempre conlleva la pérdida de biodiversidad, de ecosistemas saludables y de los espacios de vida de poblaciones humanas, muchas de ellas indígenas. Pero también se destruye la capacidad de proveer funciones ecológicas, como la generación de agua y el almacenamiento de carbono. “La deforestación es la segunda causa del cambio climático después de los combustibles fósiles. Basta pensar en los 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono que absorben los árboles al año, convirtiendo a los bosques en grandes depósitos”, explica el coordinador de Paisaje y Reforestación de la FAO, Douglas McGuire.
Pasto para ganado dónde antes había bosque amazónico
La Amazonía, víctima de Trump, Bolsonaro y Jinping
La principal causa de la deforestación es el cambio de uso de suelo con fines agrícolas y ganaderos. Esto ya era así hace 10 o 20 años, sin embargo, hay un cambio sustancial hoy día: “La deforestación es impulsada por el mercado, no por la pobreza”, explica Sergio Baffoni, coordinador de la Red de Papel Ambiental (Environmental Paper Network). “Los principales impulsores de la deforestación en todo el mundo ya no son los agricultores de subsistencia que tratan de poner alimentos en sus mesas, sino las corporaciones más grandes del mundo, convirtiendo grandes extensiones de tierra para la agricultura industrial”.
El país que ocupa el primer lugar en las estadísticas de la destrucción de sus bosques de los países tropicales, el Brasil, alberga la mayor parte del bosque amazónico en su territorio. El año 2017 se perdieron 4,5 millones de hectáreas de bosque en el país, que equivale a 45.000 km². Ya con la expectativa de la victoria electoral de Jair Bolsonaro, la tasa de deforestación ha aumentado considerablemente, por lo que se espera una cifra todavía mayor para el año 2018. En enero de este año, el primer mes de su gestión gubernamental, la tasa de deforestación estaba en un 54% más alto que en el correspondiente mes del año anterior.
Pero el peligro para la Amazonía no viene solamente de Bolsonaro, declarado enemigo de ambientalistas y territorios indígenas, sino de otras partes del mundo globalizado. En un comentario publicado a fines de marzo en la prestigiosa revista científica “Nature”, un grupo de científicos alerta sobre los peligros para la Amazonía que resultan de la guerra comercial entre los Estados Unidos y la China. El aumento del consumo de carne en China de las últimas décadas ha llevado a un aumento en las importaciones de soya, principal alimento para chanchos, vacas y pollos en la agricultura industrial. Con la implementación de “tarifas de castigo” la importación de soya de los Estados Unidos se ha reducido en un 50% en el año 2018. Paralelamente, las importaciones desde Brasil han aumentado significativamente, y ahora un 75% de la soya para la China viene de este país.
Richard Fuchs y sus colegas temen lo peor para el futuro: “Estimamos que el área dedicada a la producción de soya en Brasil podría aumentar en hasta 39%, es decir 13 millones de hectáreas” en base al aumento de la nueva demanda china. “Es muy probable que el apetito enorme de la China para alimentos para ganado y bioenergía continuará creciendo”, escriben los investigadores. Un detalle interesante es el hecho de que la producción de soya en muchos casos no se realiza directamente en zonas recientemente deforestadas. La soya es plantada en los pastizales. Para sustituir estas áreas para la ganadería, se procede a cortar más árboles. “Esta deforestación masiva adicional de la Amazonía tendrá impactos profundos en los esfuerzos globales de mitigar el cambio climático y proteger la biodiversidad”, alertan Fuchs y colegas en su comentario para “Nature”.
El bosque es vital para la producción del agua.
Bolivia, otro campeón de la deforestación
La situación de la deforestación no es nada alentador en el panorama nacional. Según diferentes fuentes, se pierden entre 219.000 y 417.000 hectáreas de bosques en Bolivia. “La deforestación anual se ha incrementado en Bolivia en un promedio de aproximadamente 150.000 hectáreas por año durante los años 90, a casi 350.000 hectáreas por año durante los años 2016-2017”, según datos proporcionados por el Instituto INESAD. “2016 fue el año con el más alto nivel de deforestación en la historia de Bolivia, con más de 417.000 hectáreas deforestadas, pero la cifra cayó a 263.000 hectáreas en 2017. Sin embargo, en períodos más largos se pueden observar mejor las tendencias, y en el caso de Bolivia muestran un incremento de la deforestación anual”. Datos oficiales de un informe de 2016 de la ex-ministra de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira proporcionan el dato de “un promedio de 219.000 hectáreas al año” que el país pierde “en la actualidad”. Para el mismo año, un informe del CEDIB había calculado la pérdida anual de bosque en 350.000 hectáreas.
Aunque las cifras son solo una fracción de los datos de la deforestación en el Brasil, país de más de 200 millones de habitantes, llevan a Bolivia, con una población mucho menor, a un lugar en la punta de los cálculos per cápita. “De los países que tienen bosque, Bolivia es uno de los que más deforestan. En deforestación per cápita estamos entro los 10 primeros países que deforesta en el mundo. Y la principal causa de la deforestación es la ganadería”, según el experto en temas de medioambiente, Pablo Solón. La otra gran causa es la soya, al igual que en el Brasil.
Frente a este panorama de la destrucción de sus propias bases de vida, parecen insignificantes los esfuerzos de reforestación y reforestación del respectivo Plan Nacional del gobierno boliviano. Según la ambientalista Marielle Cauthin, “la reforestación con plantines en los últimos 3 años no ha alcanzado ni siquiera 50.000 hectáreas, y varios de esos plantines seguramente ya han muerto”.
En su detallado análisis de la Contribución (Prevista) Nacionalmente Determinada que Bolivia había presentado en las vísperas de la conferencia climática de las Naciones Unidas en París en 2015, la Fundación Solón demuestra como las actuales políticas del gobierno nacional van a incrementar más la deforestación. Entre las medidas que se cita están “la ampliación del área de desmonte de 5 a 20 ha. para propiedades pequeñas y comunitarias establecido en la Ley 741 del año 2015, la Agenda Patriótica 2025 que fija como meta triplicar la población de ganado que es hoy el principal factor de deforestación, los planes de exportación de carne a China, Rusia y Vietnam, y el plan de duplicar las 150.000 ha. de plantaciones de caña de azúcar para satisfacer la demanda de Etanol”.
La Contribución Nacionalmente Determinada (CND) de Bolivia también menciona la reforestación y pone como meta reforestar 4,5 millones de hectáreas hasta el año 2030, cifra carente de cualquier realismo frente a los actuales avances. Al mismo tiempo se evita mencionar cualquier meta para limitar la deforestación. Más bien al contrario, según el análisis de la Fundación Solón “se ha avanzado en legalizar la deforestación ilegal pero no en disminuir la deforestación real”.
2015
Hace tres semanas, el papa Francisco ha publicado la “Carta encíclica LAUDATO SI´ sobre el cuidado de la casa común”, un posicionamiento de la iglesia católica sobre la situación de la tierra frente a la destrucción del medio ambiente, el cambio climático y el actual modelo de desarrollo del mundo.
A dos días de la visita del “Papa más simpático de los últimos tiempos” a Bolivia y a menos de medio año de la Conferencia Climática COP 21 en París, presentamos a continuación las partes más relevantes en relación al cambio climático de esta encíclica.
[leer más]En mayo pasado se promulgó el Decreto Supremo 2366 que estipula la apertura de las áreas protegidas de Bolivia a las operaciones petroleras, justo meses antes de la Conferencia Climática COP 21 en París. Las áreas protegidas albergan y protegen no solamente poblaciones humanas y una gran biodiversidad, sino también tienen funciones primordiales en la mitigación y adaptación al cambio climático.
A continuación presentamos un resumen del artículo de Jorge Campanini, investigador del CEDIB en Cochabamba, explicando que significará el DS 2366 para las 22 áreas protegidas del país. También se adjunta la versión completa, que incluye las fuentes de información utilizadas y un mapa de la “reconfiguración petrolera” de Bolivia en relación a las áreas protegidas.
En el PN y ANMI Serranía de Aguaragüe; foto de CEDIB, año 2012
[leer más]2015
Con la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 21) de París, el año 2015 es un año clave para los temas que conciernen la base vital de la humanidad.
En esta nota, la investigadora y docente Cecilia Requena presenta apuntes sintéticos a propósito de los desafíos para la sociedad civil boliviana planteados por estos dos procesos de toma de decisiones globales.
Activistas climáticos en la Marcha de los Pueblos en la COP 20 de Lima en diciembre de 2014
[leer más]2014
Las Conferencias Climáticas ya han dejado de ser punto de referencia importante para el gobierno boliviano y parecen muy lejanos los tiempos de los bombardeos mediáticos de los años 2009 y 2010, cuando Evo Morales estaba perfilándose a nivel mundial como el héroe defensor de la Madre Tierra.
En ocasión de la vigésima Conferencia Climática de las Naciones Unidas en el vecino país del Perú, hay un profundo silencio desde el gobierno y los activistas climáticos se han visto reducidos a grupos pequeños con dificultades de convocatoria hacia la sociedad en general. Entretanto, los impactos del cambio climático en el país son cada vez más sentidos.
[leer más]El chaqueo indiscriminado y la tala de grandes extensiones de bosque no solamente causan grandes destrucciones ambientales en las tierras bajas de Bolivia, sino contribuyen de manera considerable a que el país tenga emisiones de CO2 per cápita tan altas como los países industrializados del Norte.
Para apoyar a las autoridades bolivianas en la disminución del uso del fuego y, sobre todo, para promover alternativas al uso del fuego en las prácticas agrícolas y pecuarias, desde finales del año pasado opera en el país el Programa “Amazonía sin Fuego” (PASF) financiado por los gobiernos de Italia, Brasil, y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y ejecutado por la Unidad de Coordinación de la Madre Tierra (UMATI), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
Folleto y brigadas formadas por el Programa PASF para el control de quemas
[leer más]2012
Entre febrero y mayo de este año Anna Kaijser, investigadora de la Universidad de Lund - Suecia, ha estado en Bolivia para recoger testimonios, realizar entrevistas y recopilar información empírica sobre el discurso del cambio climático en el país.
Presentamos aquí partes de una entrevista con la mencionada investigadora, realizada en la ciudad de La Paz a finales de marzo, sobre su proyecto de investigación y sus apreciaciones sobre la actualidad boliviana referente al cambio climático y temas ecológicos en general.
Izq.: Anna Kajzer en La Paz. Dcha: Universidad de Lund, Suecia.
[leer más]2012
A tiempo de saludar a los participantes de la IX marcha indígena, en defensa del “Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure - TIPNIS", que están a punto de llegar a la sede de gobierno en La Paz y agradecerles por su esfuerzo y sacrificio en defensa, no solamente de su territorio, que es el “Isiboro Sécure”, sino de lo que también es el área protegida del TIPNIS, patrimonio de todos los bolivianos, queremos dedicar este espacio a compartir algunas reflexiones acerca de la relación entre el TIPNIS y el cambio climático, en base a los resultados de una investigación de la Fundación Natura Bolivia y del Programa de Investigación Estratégica de Bolivia (PIEB). | |
Con ocasión de la celebración del aniversario de la reunificación de Alemania, el pasado 3 de octubre de 2011, el embajador alemán, Señor Phillip Schauer, invitó a una fiesta de conmemoración a los jardines de la residencia. Al igual que el año pasado, se organizó una pequeña feria de exposiciones de proyectos financiados con fondos alemanes, que este año tuvo como tema el cambio climático.
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