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Por Dirk Hoffmann y Climate Home News, 05 de Noviembre de 2018

Las Naciones Unidas han publicado recientemente el resumen de su nuevo informe especial “SR1.5” sobre la ciencia de un calentamiento global promedio de 1,5°C. Las conclusiones principales son muy contundentes: Hay una gran diferencia entre un aumento de 1,5°C y 2°C. Cada décimo de calentamiento adicional significa mayores daños para las personas y los ecosistemas de todo el mundo.

“Los próximos años son probablemente los más importantes de nuestra historia”, comentó Debra Roberts, co-presidenta del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). Presentamos a continuación la traducción del artículo de Megan Darby y Sara Stefanini de Climate Home News, en el cual detallan las 37 cosas más importantes del “SR1.5”.

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El grito de lucha de los pequeños países isleños en la COP 21 de París: “1,5 para sobrevivir”

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Por Dirk Hoffmann, 01 de Octubre de 2018

Mientras que el huracán “Florence” se acercaba a la costa este de los Estados Unidos y el tifón “Mangkhut” azotaba al norte de las Filipinas, expertos e interesados se reunieron en el simposio “Señal de Alerta Clima: Eventos extremos climáticos” en la ciudad alemana de Hamburgo.

El simposio acompañaba la presentación del libro del mismo título, que en sus casi 400 páginas reúne artículos sobre hondas de calor, sequías, inundaciones y mareas altas, huracanes, tifones y tornados en un mundo alterado por el cambio climático.

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Tapa de la publicación “Señal de Alerta Clima: Eventos extremos climáticos” (2018)

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Por Dirk Hoffmann, 03 de Septiembre de 2018

Un nuevo estudio publicado en la revista Science ha cuantificado ahora por primera vez la severidad de la sequía extendida que afectó el territorio de los Mayas, mostrando la correlación del colapso de la civilización Maya clásica entre los años 800 y 1.000 de nuestra era con un largo período de extrema sequía.

El experto climático y bloguero estadounidense Joe Romm nos hace recuerdo, en base a los resultados del estudio, que según las proyecciones el clima futuro de Centroamérica y del sur de los Estados Unidos probablemente será muy parecido al clima experimentado por los Mayas más de mil años atrás.

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Humedad del suelo a 30 cm de profundidad, proyectada para finales del siglo XXI, bajo el escenario de emisiones altas RCP 8.5; crédito: NASA Goddard Space Flight Center

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Por Dirk Hoffmann, 03 de Julio de 2018

Dos grupos de investigadores independientes han detectado un fuerte debilitamiento de la Corriente del Golfo, que tiene impactos en el clima no solamente del hemisferio norte, sino de todo el planeta.

Según las investigaciones presentadas en la prestigiosa revista “Nature”, la Corriente del Golfo está en su punto más bajo de los últimos 1.600 años y ha perdido un 15 % de su fuerza desde mediados del siglo XIX.

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Fuente: Caesar/PIK

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Por Dirk Hoffmann, 04 de Septiembre de 2017

A partir del mes de julio del año en curso, la nueva y condecorada revista “Anthropocene” cuenta con la traducción de varios de sus artículos al español, y está libremente disponible en su página web.

La revista “Anthropocene” ha sido fundado el año 2016, y está editada por el consorcio de investigación global Future Earth. Presentamos a continuación la introducción a los primeros artículos en español, seleccionados del No 2 de la revista”.

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Por Dirk Hoffmann, 05 de Junio de 2017

Del 24 al 25 de abril del año tuvo lugar en Berlín la conferencia internacional “Haciendo funcionar el concepto de los límites planetarios” para debatir sobre la implementación del concepto de los límites del planeta o “planetary boundaries”.

La conferencia de alto nivel contó con la presencia de Johan Rockström, el “padre” y principal protagonista del concepto, y la ministra de medio ambiente de Alemania Barbara Hendricks en condición de anfitriona.

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Por Dirk Hoffmann, 08 de Mayo de 2017

Un nuevo artículo publicado en la revista Nature Communications muestra como el riesgo de la auto-amplificación de la pérdida del bosque amazónico aumenta de forma no-linear con la intensificación de la época seca.

“Nuestros resultados indican que sequías más frecuentes tienen el potencial de desestabilizar grandes partes del bosque amazónico”, concluyen los autores del estudio, que muestra como la disminución de las precipitaciones durante la época seca y la resultante pérdida de bosque actúan en un círculo vicioso en la Amazonía.

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Por Dirk Hoffmann, 03 de Abril de 2017

Nuevamente la extensión del hielo flotante en el Ártico se encuentra en un nuevo mínimo, después de haber llegado a su anterior mínimo recién el año pasado. Pero no por esa repetición de la noticia deja de ser noticia, sino más bien aumenta la preocupación.

Al mismo tiempo, las mediciones del hielo marítimo alrededor del continente antártico han registrados los niveles más bajos jamás medidos de la extensión del hielo – un cambio abrupto de la tendencia al crecimiento moderado de los últimos 20 años.

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La extensión del hielo ártico desde el comienzo de las mediciones satelitales.

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Por Dirk Hoffmann, 06 de Febrero de 2017

Muchos países en las regiones tropicales han desarrollado programas de mitigación del cambio climático basados en la conservación de sus bosques para mantener el carbono almacenado en sus árboles.

Sin embargo, estas políticas del cambio climático no serán suficientes para salvar los bosques tropicales con mayor biodiversidad, según un nuevo estudio científico publicado en la revista Nature Scientific Reports.

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El equipo de investigadores bolivianos

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Por Dirk Hoffmann, 05 de Diciembre de 2016
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Una noticia ha recorrido el mundo: La ciudad de La Paz, sede de gobierno, y nombrada “ciudad maravillosa” por las redes sociales, se ha quedado sin agua. Lo novedoso: esta vez es la Zona Sur que sufre las mayores consecuencias, y no los barrios marginales de El Alto, como ya se había hecho costumbre a finales de la época seca.

Lo que está siendo presentado por algunos políticos y medios de comunicación como una gran sorpresa y consecuencia del derretimiento de las nieves eternas causado por el calentamiento global, en realidad no es ni sorprendente, y tampoco se debe al derretimiento glaciar.

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Laguna Milluni, noviembre de 2009

El derretimiento glaciar no tiene la culpa

La mayor urbe del país, la región metropolitana La Paz – El Alto se ha quedado sin agua. Al igual que a finales de 2009, durante el último paso de un “Niño” fuerte. En noviembre de aquel año, la Laguna Milluni y otras represas que almacenan agua para las dos ciudades, se habían quedado por debajo de sus niveles mínimos de funcionamiento.

No es entonces ni la primera, y tampoco será la última vez que las dos ciudades más importantes de los Andes bolivianos se están quedando sin agua. Más que el cambio climático, podemos apuntar a una gestión del agua sin perspectiva de futuro como principal culpable de esta situación.

Vamos por partes, porque hay algunos mitos que tienen larga vida. Todavía es muy popular, y no solamente entre los gobernantes del país, sostener que el retroceso glaciar es responsable de la actual falta de agua en La Paz, cuando ya hace años sabemos dos cosas:

1 - El aporte de los glaciares al agua potable de La Paz y El Alto es entre 10 a 15%, como ha sido demostrado por estudios científicos de investigadores bolivianos e internacionales. Una cifra real, pero lejos de ser “la mayor parte”, como se dice una y otra vez.

2 – Durante los últimos años, los glaciares han contribuido a evitar situaciones de mayores niveles de escasez de agua hacia finales de la época seca, justo por el hecho que se están derritiendo. Hagan la prueba con un cubito de hielo en sus manos: Mientras que se derrite, ¿hay sequía o abundancia de agua?

Por lo tanto, podemos constatar que el derretimiento glaciar no es responsable de la actual falta de agua.

Más importante que el aporte de los glaciares es el nivel de pérdidas en la aducción del agua desde sus fuentes de captación. Ya en el año 2008 el investigador Edson Ramírez del Instituto de Hidráulica e Hidrología (IHH) de la UMSA ha escrito sobre el uso ineficiente del agua: “Para el caso de la ciudad de El Alto, por ejemplo, se han llegado a contabilizar pérdidas en la red de distribución entre el 40 y 50%. De acuerdo a datos de la empresa de aguas para que llegue 1 lt de agua a un consumidor, se requieren 1,6 lt en la fuente”. Los datos que se maneja para la ciudad de La Paz no son muy diferentes, oscilan entre el 30 y el 50%.

Su conclusión: “Como medidas inmediatas de adaptación se debe resolver el problema del uso ineficiente del agua y trabajar sobre la toma de conciencia de la población en el ahorro de agua y energía. De momento, la población hace caso omiso de las recomendaciones ambientales porque el problema todavía no lo sentimos, existe agua suficiente, no obstante cuando el verdadero problema lo tengamos en un futuro próximo y debamos confrontarnos a racionamientos de agua y energía puede que sea muy tarde para tomar acciones.” Esto se escribió en 2008, hace ya casi una década.

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Preparativos para la construcción de la represa de Hampaturi Alto, enero de 2016

Crecimiento demográfico y ausencia de previsión

Sin embargo, el problema de fondo del agua para La Paz y El Alto es bastante sencillo. Durante los últimos 20 años la población de las dos urbes se ha duplicado aproximadamente. Pero no se ha construido ninguna represa adicional para acompañar el crecimiento demográfico en este lapso de tiempo. Qué en algún momento iba faltar agua era obvio para cualquiera que estaba observando la situación, con solo estos dos datos.

Un ejemplo muy cotidiano: Cuando nos sentamos entre dos con un refresco de 2 litros, nos va a durar un buen tiempo. Si al poco rato, sin embargo, empiezan a llegar los amigos, en algún momento se tiene que juntar plata para ir a comprar otra botella. Caso contrario, nos quedamos sin el líquido elemento.

El tema viene de lejos. Cuando el gobierno boliviano, después de agudas protestas sociales y todavía durante la presidencia de Carlos Mesa, rescindió contrato con Aguas de Illimani, la empresa privada que administraba el agua, esta había estado con planes de construir una nueva represa para aumentar las captaciones de agua para la población urbana.

Luego en 2007 el gobierno de Evo Morales fundó la Empresa Pública Social de Agua y Alcantarillado (EPSAS),  y paralelamente se empeñó en las Naciones Unidas donde consiguió la declaratoria del agua como un derecho humano a nivel mundial, por cierto un gran logro de la diplomacia boliviana.

Sin embargo, a pesar de su nombre prometedor, EPSAS permaneció sin una nueva estructura legal sólida, y hace tiempo se encuentra intervenida por el Ministerio Medio Ambiente y Agua. Recién en enero del año en curso, es decir a los 10 años de la salida de la multinacional Suez, se comenzó con la construcción de la primera nueva represa para aumentar las fuentes de captación de agua en la cordillera.

Según información oficial, se prevé la terminación de la construcción de Hampaturi Alto para el año 2017. Esto significa que en el escenario más optimista ayudará a aliviar la falta de agua a finales de la época seca de aquí a dos años.

La mano del cambio climático

Mucho se escucha hablar del rol del fenómeno de El Niño de 2015-16, uno de los más fuertes de los últimos 50 años. Aunque el veredicto de los científicos sobre su rol en la actual sequía no está dado todavía, pero si se puede hacer notar que desde mayo/junio de este año ya no existen condiciones El Niño, y que a finales de la época de lluvia las represas estaban llenas.

Aunque el retroceso de los glaciares no es un elemento a considerar en la crisis de agua que vive La Paz (y otras regiones del país), el cambio climático si lo es, como factor adicional que agrava la situación actual de un crecimiento demográfico fuerte y la ausencia de una gestión del agua.

Por un lado, se fortalece la tendencia de un inicio tardío de la época de lluvia. Este fenómeno fue demostrado ya con datos empíricos para toda la cuenca sur de la inmensa región amazónica. En un estudio reciente se acaba de demostrar que la duración de la época seca en la parte sur de la Amazonía– donde se encuentra una buena parte del territorio boliviano - ha aumentado por tres semanas durante las últimas tres décadas. Con esta investigación, se confirman por primera vez las numerosas observaciones realizadas en Bolivia que apuntan a un atraso en el inicio de la época de lluvias debido al cambio climático.

Formulado al revés: se prolonga la época seca por un mes, lo que significa que el agua almacenada en las diferentes represas entre las montañas de la Cordillera Real nos tiene que durar por un mes adicional, comparado con unos 10 o 20 años antes. Al mismo tiempo, con las temperaturas más altas aumenta la tasa de evaporación, es decir se pierde una mayor cantidad del agua almacenada.

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Esquema del origen de la lluvia en Bolivia mediante los “ríos voladores”

Los “ríos voladores”

Hay otro elemento sumamente importante que probablemente está jugando un rol en la falta de agua en la región andina, que es la deforestación en la Amazonía. En una anterior entrada al Klimablog, el geógrafo Alan Forsberg ha explicado el mecanismo a través del cual el agua del Atlántico llega al flanco oriental de los Andes, mediante reiterados ciclos de precipitación y evaporación, alimentados por el bosque amazónico.

A través de estas grandes masas de aire húmedo que se desplazan hacia la cordillera, y que son verdaderos “ríos voladores”, se han dado las condiciones para la agricultura, y por lo tanto las primeras civilizaciones en los Andes. Todo este sistema depende de la existencia de grandes extensiones de bosques. En vista de este mecanismo natural, no es exagerado constatar que la deforestación atenta contra las civilizaciones andinas, cuyas bases siempre han sido la agricultura y la ganadería, mediante un manejo sofisticado del agua.

“Ya está previsto que el cambio climático impactará severamente la disponibilidad de agua en los Andes debido a efectos tales como el derretimiento de glaciares y nieve debido a la subida de temperaturas de aire. Bolivia es considerada como uno de los países más vulnerables a futuras reducciones en los suministros de agua porque cuenta con varias grandes ciudades situadas por encima de 2.500 m.s.n.m. que dependen de las reservas de agua de gran altitud, como los glaciares,bofedales y lagos para complementar las escasas precipitaciones durante la época seca. Es por ello que la deforestación constante en las tierras bajas del Oriente sería muy imprudente. Se necesita el bosque natural de la Amazonía para llevar el aire húmedo a los Andes y traer la lluvia. Si esta selva esté dañada y destruida, las arterias de los ríos voladores serán cortadas y el corazón de la madre tierra se romperá”, resume Forsberg.

¿Será que ya no llegan los ríos voladores como antes?

 

 

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