2019
La Amazonía está en llamas, una vez más, como cada año hacia el final de la época seca. Pero este año los números de incendios en Brasil y Bolivia han alcanzado nuevamente tristes récords, con más de 1 millón de hectáreas quemadas sólo en Bolivia.
Presentamos a continuación una contribución del científico ambiental y experto en la Amazonía Timothy J. Killeen, cuya primera versión fue publicada en LinkedIn. El autor tiene una larga trayectoria de investigaciones y publicaciones sobre la deforestación en la región amazónica, entre ellas el libro “Una Tormenta Perfecta en la Amazonia. Desarrollo y conservación en el contexto de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA)”.
Aumento de los fuegos en la Amazonía en 2019; fuente: Earth Observatory/NASA
[leer más]El 21 de marzo pasado se celebró el Día Internacional de los Bosques declarado por las Naciones Unidas con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de todos los tipos de bosques – para la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, la producción de agua y el bienestar de sus habitantes.
Al mismo tiempo, datos del Monitoreo Global de Bosques (Global Forest Watch) muestran que la velocidad de la deforestación en bosques tropicales se ha duplicado desde 2008; en los últimos 11 años se ha perdido aproximadamente un millón de km² - una superficie igual a la extensión de Bolivia.
[leer más]Un nuevo artículo publicado en la revista Nature Communications muestra como el riesgo de la auto-amplificación de la pérdida del bosque amazónico aumenta de forma no-linear con la intensificación de la época seca.
“Nuestros resultados indican que sequías más frecuentes tienen el potencial de desestabilizar grandes partes del bosque amazónico”, concluyen los autores del estudio, que muestra como la disminución de las precipitaciones durante la época seca y la resultante pérdida de bosque actúan en un círculo vicioso en la Amazonía.
[leer más]2016
El fuerte evento “El Niño” de fines de 2015 y 2016 ha dejado el sur de la Amazonía en un estado mucho más seco que durante las dos últimas grandes sequías de 2005 y 2010.
En base a esta observación, un grupo de científicos de los Estados Unidos está proyectando que este año será un año con una gran cantidad de incendios en la parte sur de la región amazónica, que alberga la Amazonía boliviana. El siguiente texto escrito por el científico Alan Forsberg está también disponible en inglés.
El humo de los múltiples incendios en la región de Mato Grosso de Brasil en una fotografía tomada por el astronauta de la Estación Espacial Internacional el 19 de agosto de 2014. Créditos: NASA.
Científicos de la Universidad de Columbia de Nueva York y de la Universidad de California, Irvine están proyectando que el 2016 será un año malo de incendios en el sur de la selva amazónica debido a una severa sequía durante la época de lluvias de este año. Tales sequías están fuertemente vinculadas a las anomalías del clima mundial tales como El Niño en el Océano Pacífico y fenómenos similares en el Atlántico. En América del Sur, estas anomalías debilitan los vientos alisios que traen la humedad y desplazan la franja de lluvias hacia el norte. Pero más allá de estas sequías periódicas, los científicos están descubriendo que la duración de la época seca está aumentando en alrededor de una semana por década, especialmente en el suroeste de la Amazonia. Esto es más probable debido al calentamiento global provocado por el hombre, que inhibe la precipitación y aumenta el riesgo de incendios.
Muchos están preocupados de que los incendios forestales extensos puedan dañar la capacidad del bosque para actuar como el "pulmón del planeta" por absorber y almacenar carbono y mantenerlo fuera de la atmósfera. Cuando el bosque se quema, libera enormes cantidades de carbono en la atmósfera, exacerbando el cambio climático y aumentando el calentamiento global. El aumento del calentamiento global resultará en epocas secas más largas, sequías más frecuentes, e incluso más incendios. Si no se hace algo, los científicos advierten que la retroalimentación de este círculo vicioso podría alcanzar un punto de inflexión resultando en una muerte masiva de la selva amazónica, con nefastas consecuencias para Bolivia y más allá.
A menudo se considera el cambio climático como un problema global causado por procesos industriales históricos de los países desarrollados, y Bolivia no tiene la culpa de eso. La mitigación del cambio climático está igualmente enmarcada en la escala global, y en gran parte es la responsabilidad de otros reducir la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera del planeta. Pero debemos ser conscientes del hecho de que la selva amazónica juega un papel vital en el sistema climático no sólo a nivel mundial, sino también a escalas regionales y locales, y que los incendios en la Amazonía tienen impactos no sólo a larga distancia, sino también a nivel regional y local.
Un análisis de los datos de la misión del satélite “Gravity Recovery and Climate Experiment” (GRACE) muestra un mayor déficit de agua del suelo en 2016 que en años anteriores con alta actividad de incendios en la Amazonia. Créditos: Yang Chen, University of California, Irvine.
La última sequía de la cuenca amazónica ocurrió hace sólo 6 años
Uno sólo tiene que pensar en lo que sucedió durante la última sequía de la cuenca amazónica en 2010, cuando grandes columnas de humo hicieron el aire irrespirable en Bolivia y se incrementó drásticamente las enfermedades respiratorias, especialmente entre los niños. El humo excesivo también suprime las lluvias resultando en condiciones aún más secas en todo el país. ¡Y este año, el sur de la Amazonía es mucho más seco de lo que ha sido desde el año 2002!
Aunque a menudo pensamos en la selva tropical de la Amazonía como el "pulmón del planeta", otros la comparan con el "corazón de la madre tierra" debido a su papel vital en el bombeo de agua desde el Atlántico hasta el centro de América del Sur y más allá. Si no fuera por el acueducto natural formado por árboles amazónicos centenarios, Bolivia seguramente sería mayormente desértica.
Las sequías periódicas en la Amazonia no son nada nuevo, pero los grandes incendios forestales en la selva eran desconocidos hasta hace muy poco. Estos incendios están directamente vinculados a la proliferación de asentamientos y los cambios inducidos por el hombre en el paisaje. Bosques tropicales primitivos intactos son naturalmente resistentes al fuego porque el dosel continuo del bosque bloquea la luz solar y mantiene el bosque por debajo fresco y húmedo.
Cuando partes del bosque son talados por la gente, deja el bosque restante más vulnerable al fuego porque el sol penetra a lo largo de los bordes dejándolo más caliente y más seco. De hecho, la investigación muestra que los bosques que se han disminuido o fragmentado por los seres humanos experimentan peores incendios en comparación con los bosques naturales intactos.
El peligro de este tipo de incendios intensos es que el funcionamiento y la estructura de la selva amazónica pueden ser dañados más allá de la capacidad natural de regeneración o recuperación. De hecho, cuando tales sequías terminan, los investigadores han encontrado que el paisaje cambia para apoyar no sólo a que los bosques sean menos densos, sino también que los pastos sean más inflamables. Se pierde la mayor extensión de bosque, el clima de la región se convierte en más cálido y seco, haciendo el bosque más inflamable y alimentando así aún más en el círculo vicioso de la muerte masiva del bosque.
Los bolivianos no son responsables de las causas históricas del cambio climático global. Sin embargo, pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento de un clima estable a nivel local y regional. Pueden proteger y preservar los bosques existentes mediante la adopción de medidas para impedir que la gente provoque incendios, si no es para ayudar a mitigar el cambio climático a nivel mundial, al menos para proteger la fuente de agua que estos bosques proveen para las ciudades, la agricultura, la minería, la generación de energía, el desarrollo económico y la estabilidad a largo plazo.
Amazon Fires blogpost_PROOF.pdf |
La fractura hidráulica o fracking es una técnica para la explotación de yacimientos no convencionales de gas o petróleo que se desarrolla cada vez con más fuerza en la región latinoamericana.
En el informe “Principio de precaución: Herramienta jurídica contra el fracking“, lanzado recientemente por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), se argumenta la viabilidad de la aplicación del principio de precaución como una herramienta para la sociedad civil de frenar emprendimientos de fracking en América Latina.
[leer más]2016
La introducción de tecnologías nuevas y mejores en la actividad ladrillera en América Latina permitiría reducir hasta un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El “Manual de capacitación sector ladrillero en América Latina” elaborado por la Coalición de Calidad de Aire y Clima” (CCAC) no solamente enseña alternativas tecnológicas en la producción artesanal de ladrillos, sino explica su relacionamiento con el cambio climático.
[leer más]América Latina es una de las regiones particularmente vulnerables al cambio climático, la agricultura a su vez es uno de los sectores más vulnerables y las mujeres constituyen un segmento de la población especialmente vulnerable. Pero, ¿cuál es la relación entre género, cambio climático y agricultura en nuestra región?
Para entender mejor esta relación y el accionar respectivo de las diferentes instituciones del sector, se desarrolló el estudio regional “Género, agricultura y cambio climático: estado y perspectivas desde la institucionalidad en Latinoamérica”
[leer más]Apoyado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a nivel de América Latina se está gestionando un “instrumento regional” para facilitar y garantizar el acceso a la información y participación en la toma de decisión en temas medioambientales para la sociedad civil.
Los 20 países latinoamericanos signatarios de la Declaración sobre la aplicación del “Principio 10” de la Declaración de Río de 1992 se han reunido en una primera ronda de negociación sobre derechos de acceso en asuntos ambientales. Publicamos a continuación un artículo de uno de los participantes de la sociedad civil boliviana, Arturo Bellot, representante de la Welthungerhilfe – Un mundo sin hambre.
Delegados de 20 países reunidos en el Comité de Negociación; foto: Arturo Bellot.
[leer más]Volvemos sobre un tema recurrente en la discusión sobre los impactos del cambio climático, que en el futuro seguramente adquirirá mayor trascendencia en América Latina: la migración.
La hoja informativa “Identificando temas claves en migración, medio ambiente y cambio climático en América del Sur” de la Universidad de Neuchatel en Suiza y de la OIM (Organización Internacional para la Migración) ofrece un primer panorama regional sobre el tema.
El Alto, ciudad de migrantes
[leer más]Gerardo Honty y Eduardo Gudynas del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES) aprovecharon la Cumbre de los Pueblos paralela a la Conferencia Climática COP 20 en Lima en diciembre pasado para presentar su nuevo libro “Cambio climático y transiciones al buen vivir. Alternativas al desarrollo para un clima seguro”.
Presentamos en esta entrada al Klimablog la primera parte del libro, “El paradigma de desarrollo y la situación climática”, donde los autores resumen el panorama energético y de cambio climático. La segunda parte (“Alternativas al desarrollo y transiciones”), que contiene la propuesta concreta para la re-orientación de las políticas en América Latina, será presentada en la siguiente entrada al Klimablog.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse