A finales de la semana pasada, frente a las costas de México en el Pacífico oriental, emergió el huracán “Patricia”, el más fuerte jamás medido en el hemisferio americano con vientos sostenidos de 305 km/h.
Debido a una mezcla de factores, entre ellos la oportuna implementación de medidas preventivas del Estado mexicano y el hecho de que el ojo del huracán tocó tierra en una zona costera poco poblada, se evitaron saldos catastróficos. Aunque la mano del cambio climático es innegable, la mayoría de los políticos, periodistas y comentaristas evitaron mencionarlo.
Imagen del huracán Patricia llegando a las costas de México; fuente: www.wunderground.com
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En una reciente iniciativa del WWF Escocia los líderes de los cinco principales partidos políticos se han comprometido incluir planes para enfrentar el cambio climático en sus propuestas electorales para las elecciones parlamentarias de mayo próximo, dando importancia y visibilidad al tema.
Desde 2009 Escocia, uno de los países más nórdicos de Europa, cuenta con su propia Ley de Cambio Climático, que define una reducción de las emisiones del 42% hasta 2020 y del 80% hasta 2050 (comparado con 1990 como año base).
La calefacción es un tema central en la discusión sobre la mitigación
[leer más]“Evaluación de la participación boliviana en la COP 20 y proyección de la influencia de la sociedad boliviana hacia la COP 21” era el título de un conversatorio organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES) en febrero pasado, cuya memoria está siendo divulgada ahora.
A pocos meses de la COP 21 en París, esta se constituye en un insumo de gran utilidad para promover el debate en el país. Presentamos a continuación reflexiones de Gustavo Guzmán y Dirk Hoffmann acerca de los retos para la sociedad civil boliviana compartidas en aquella ocasión, que todavía son válidas para el actual momento.
[leer más]Las contradicciones del “modelo” boliviano, con los discursos del “Buen vivir”, la protección de la Pachamama y los derechos de la naturaleza por un lado, y la política de intensificación de exploración y explotación de los recursos energéticos fósiles al otro, salen cada vez más a la vista.
Compartimos a continuación el texto “Moratoria petrolera y cambio climático: las alternativas otra vez bajo ataque” del analista uruguayo Eduardo Gudynas, que son reflexiones del autor acerca de la invitación del gobierno boliviano a una nueva “Cumbre de los Pueblos”, a realizarse del 10 al 12 en Tiquipaya, municipio vecino de Cochabamba.
Imágenes de la cmpcc en Tiquipaya en abril de 2010
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Las “Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional” (INDCs) son la piedra fundamental para la construcción de un nuevo acuerdo climático en la COP 21 a finales del año. Para que el secretariado de la Convención Climática pueda preparar un documento de síntesis hasta el 1º de noviembre, deben ser presentados hasta el 30 de septiembre del año en curso, es decir en pocos días.
Bolivia todavía no subió su propuesta de cómo aportaría a la lucha global contra el cambio climático al portal de la Convención, tampoco se había iniciado un proceso de comunicación y consulta con la sociedad, como en otros países. Documentamos a continuación una versión resumida de la “Propuesta de la sociedad civil sobre el INDC de Bolivia” que fue presenta una propuesta para la discusión y cuya versión íntegra se puede descargar aquí.
Mapa de los países que ya presentaron sus INDCs al 24 de septiembre de 2015; fuente: WRI/CAIT
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El cambio climático impacta a las regiones de montaña más que muchas otras partes del globo. Las bases de vida de las poblaciones de montaña peligran por temperaturas más altas, eventos extremos, cambios en las precipitaciones y el retroceso de los glaciares.
Para llamar la atención del mundo sobre esta situación, el secretariado de la Alianza para las Montañas (Mountain Partnership) ha lanzado la iniciativa para una Petición Internacional y una Declaración sobre Montañas y Cambio Climático para la COP 21 en París.
Nevado Illimani, Bolivia
[leer más]El cambio climático es un fenómeno global y nos afecta a todos. Pero el cambio climático es también sobre desigualdades, porque no afecta a todos por igual; ni al Sur de la misma manera que al Norte, ni a los ricos como a los pobres, y tampoco a los hombres como a las mujeres.
Para dar una cara a las desigualdades de género en relación a los impactos del cambio climático, el Centro para la Democracia en Cochabamba ha reproducido las historias de vida de cuatro mujeres de un barrio peri-urbano de la ciudadbajo el título “Cambio Climático es....hablar de Mujeres”.
Foto: www.democracyctr.org
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“¿Qué podemos esperar de la COP 21 de París? Los avances en las negociaciones internacionales sobre Cambio Climático” era el título de un conversatorio organizado por la Plataforma Climática Latinoamericana a mediados de agosto en Bolivia.
Publicamos a continuación una entrevista que realizamos al expositor Enrique Maurtua Konstantinidis de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y coordinador del Proyecto de Agendas Climáticas Nacionales en su paso por la ciudad de La Paz.
Enrique Maurtua Konstantinidis de FARN durante la entrevista con el Klimablog.
Los días 18 y 20 de agosto, en las ciudades de Santa Cruz y La Paz, respectivamente, la Plataforma Climática Latinoamericana organizó dos conversatorios sobre “¿Qué podemos esperar de la COP 21 de París?”. La Plataforma tiene por misión generar respuestas desde y para América Latina frente al problema del cambio climático.
Los eventos eran parte del Proyecto de Agendas Climáticas Nacionales, cuyo coordinador el experto en cambio climático Enrique Maurtua Kontandinidis estaba a cargo de las exposiciones, con el objetivo de informar sobre el estado de las negociaciones internacionales y explicar el muchas veces complicado proceso diplomático que se desarrolla dentro de la Convención Climática.
Aprovechamos la breve estadía de Enrique en la ciudad de La Paz para realizarle la siguiente entrevista sobre los avances en las negociaciones y las expectativas para la COP 21 en París desde una perspectiva latinoamericana.
Enrique Maurtua pertenece a la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina, una organización no gubernamental sin fines de lucro y apartidaria, cuyo objetivo es promocionar el desarrollo sustentable a través de la política, el derecho y la organización institucional de la sociedad. También ha sido coordinador de la Red de Acción Climática (CAN-LA) para América Latina.
Me alegro mucho que hayas encontrado el tiempo para esta entrevista, Enrique. Me comentas ¿en qué consiste este Proyecto de Agendas Climáticas Nacionales?
Este proyecto abarca 5 países: Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Costa Rica; trabajamos en cada uno con los socios nacionales de la Plataforma Climática. El objetivo de los conversatorios es generar diálogo y capacitar a la sociedad civil en el tema de la negociación climática, cuál es el contexto, y cómo se puede involucrar más activamente.
Acá en Bolivia hicimos dos talleres en SCZ, conversatorio público y capacitaciones, con una presentación sustancial respecto a la negociación, la historia de la Convención y como nos llevó al punto donde estamos ahora.
Hablar de la negociación de cambio climático suena como algo tan lejos de la realidad, que es un desafío, a través de las charlas, acercar a las personas y mostrar cómo se puede participar. Sigo las negociaciones desde hace 10 años y estoy vinculado a la Red de Acción Climática (Climate Action Network – International), así que tengo mucha experiencia que compartir.
¿Cómo ves el ámbito de las negociaciones internacionales desde una perspectiva latinoamericana?
Latinoamérica es, siempre me gusta decir, como la clase media del mundo. Vos tenés países de renta media, y otros que son menos desarrollados, pero cuando vos lo mirás de una perspectiva global, no hay un país como los europeos, como Australia, como Canadá. Y no hay un país como alguno de África, o como Nepal.
Latinoamérica siempre se caracterizó por tener una diversidad de la cual muchas veces nos sentimos orgullosos, pero también tiene sus complicaciones. Vos tenés siempre grupos que son muy diferentes los unos de los otros. Por un lado, tienes México, y tienes Brasil, Argentina, y después tenés el ALBA y el AILAC un grupo de países latinoamericanos dentro de las negociaciones, pero que componen básicamente los países de la Alianza del Pacífico.
Como perspectiva latinoamericana sobre las negociaciones es para destacar la importancia que tiene el tema de la adaptación para los países, que básicamente es el único punto de encuentro. Después, las ideologías, las diferentes líneas políticas hacen difícil encontrar y articular posiciones comunes.
Galerías Pacífico en Buenos Aires, Argentina (izq.) y el Taj Mahal en Agra, India (dcha.)
¿Cuáles, entonces, son las posiciones latinoamericanas en las negociaciones climáticas?
Hasta la cumbre de Copenhague los países latinoamericanos no tenían una participación más activa en las negociaciones. Es después que comenzaron a ordenarse más estos grupos y hoy por hoy tenemos muy bien definidos que el ALBA es un grupo con una cierta ideología, y tenemos AILAC, que tiene otra mentalidad, otra perspectiva en las negociaciones. También tenemos Brasil, que siempre fue Brasil, que tiene un cuerpo diplomático muy fuerte y juega en otra esfera de las negociaciones globales.
Luego hay México, que después de Copenhague se ha convertido en un país mediador. México, en ese momento se cargó encima todo el desastre de Copenhague y empezó a tratar de reconstruir la confianza entre los países. Desde entonces es un país que cumplía bastante bien con las cosas que demandaba la ambición climática, va con su Quinta Comunicación Nacional y fue el primer país de América Latina en presentar sus INDCs, sus “Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional”.
Ahora, en Latinoamérica hay países que han mejorado sus economías, su situación de bienestar en los últimos 10 o 20 años, y eso está a la vista. Hay aquí una contradicción, a nivel nacional países como Chile, Colombia o Costa Rica quieren demostrar que están más desarrollados que antes, pero en el juego de las negociaciones no les conviene que sean considerados desarrollados.
Ya no existe esta línea clara entre países desarrollados y subdesarrollados como antes...
Por ejemplo, América Latina tiene tres países que pertenecen al Grupo G-20 de las mayores economías del mundo (Argentina, Brasil y México), entonces, ¿cómo hacés que un país como la Argentina está catalogado dentro de la misma bolsa que Haití?
También es cierto – y eso es lo más importante en toda la negociación, y a veces uno se olvida – que el mundo está encaminándose a un aumento de temperatura de 4 grados centígrados y allí ya no importa, si las emisiones vienen de China, EEUU, Bolivia o Costa Rica o Canadá. El escenario a que nos está llevando es un escenario de 4 grados y que va a ser catastrófico.
Por eso el nuevo acuerdo, que vamos a tener, apunta a que la responsabilidad cae sobre todos los países. Y ahí es donde empieza el otro punto de la negociación, que es el tema de las responsabilidades comunes pero diferenciadas.
¿Qué se entiende por “responsabilidades comunes pero diferenciadas”?
Eso hace referencia al Art. 4 de la Convención Climática. En este artículo se expresa, por una parte, la responsabilidad de todos los países por la Tierra. Pero por otra parte, se constata claramente que hay países que son más responsables que otros por el calentamiento global, estas son las responsabilidades diferenciadas.
Bolivia por ejemplo es uno de los países más vocales en cuanto a este concepto básico de la Convención. A Bolivia y Cuba muchas veces, yo los he visto expresamente decir que figure en el texto de forma explícita la referencia al artículo 4, donde se dice que las responsabilidades son comunes pero diferenciadas, pero si el texto no está en marco de este artículo, no hay acuerdo.
Es ahí donde los países en vías de desarrollo tienen miedo de que se les ponga presiones que no puedan afrontar y que después por ser un acuerdo que es vinculante empiecen a recibir sanciones.
Ahora bien, ¿cuáles son para ti las perspectivas para la COP 21 en París?
En el panorama internacional es claro que nadie quiere repetir Copenhague, nadie quiere bloquear y después quedarse como el culpable de un nuevo fracaso.
Solo quedan 20 días de negociaciones formales antes de la COP 21 de París, por lo tanto hay que empezar a tocar los temas difíciles. El tema financiamiento es clave, pero justo ahí no veo mucho avance. Antes de la COP 20 de Lima, los países desarrollados con mucha dificultad han reunido 10 mil millones de dolares americanos para un período de 4 años. Esto es lejos de la promesa de proporcionar 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020. Ahí los países en vías de desarrollo están esperando señales claras de los países desarrollados.
Al otro lado, también es válido hablar sobre monitoreo, reporte y verificación. Los que dan la plata, van a querer sabe cómo, en qué y con qué resultados se la usa.
¿Qué tipo de acuerdo saldrá de la COP 21?
El acuerdo de París va a ser un acuerdo más bien general, pienso, un marco legal general. En pasos posteriores, tal vez a través de protocolos, se lo va a concretizar.
Esto ya se ve en la figura de los INDCs, modalidad que se ha adoptado en la COP 19 de Varsovia en 2013, para no tener que aceptar compromisos obligatorios. Ni siquiera se llaman “compromisos”, sino “contribuciones”. Y son contribuciones voluntarias. La idea fuerte del momento era encontrar una fórmula para tener a bordo a China y a los Estados Unidos, los dos emisores mayores del mundo.
Pero hay que ver las “contribuciones nacionales” como oportunidad. Son una oportunidad de comunicar los esfuerzos de mitigación, pero también de adaptación. Además, para los países del Sur existe el componente “condicional”, donde se inscribe actividades y esfuerzos adicionales que el país podría realizar, bajo la condición de que reciba suficiente apoyo (financiamiento o tecnología). Aquí se abre una interesante opción para las estrategias de negociación de los países en vías de desarrollo.
Los 10 primeros emisores del mundo; fuente: World Resources Institute (LINK-9)
Si sumamos las contribuciones de las INDCs hasta ahora inscritas en el portal internet de la Convención Climática, fácilmente nos damos cuenta que no alcanzan para limitar el calentamiento a 2 °C....
Hasta la fecha, ningún país ha inscrito contribuciones muy ambiciosas, porque nadie sabe cómo será el acuerdo, por eso todos tienen mucho cuidado. La gran esperanza que sale de esta situación es que hay margen para que los INDCs puedan mejorar.
Uno de los mecanismos propuestos para esto, por ejemplo, es un proceso de revisión cada 5 años. Para combinar este horizonte temporal con uno más a mediano plazo, Brasil ha sugerido un proceso de revisión cada 5 años, con proyecciones para los próximos 10 años. Están son ideas interesantes.
¿Cuál es el panorama de las INDCs en América Latina?
Hasta ahora, México y República Dominicana han presentado sus INDCs. Otro grupo de países las están preparando y las van a presentar; ahí están Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Brasil y Argentina. Sin embargo, en este grupo hay una diferencia cualitativa. Perú y Chile por ejemplo han empezado sus procesos hace año y medio atrás, han realizado consultas públicas. Argentina ha empezado recién hace dos meses.
¿Y Bolivia?
No conozco la situación de Bolivia, posiblemente su estrategia es primero preparar la Tercera Comunicación Nacional hacia la Convención Climática, para luego en base de la información levantada en este proceso preparar sus INDCs.
Bolivia es un país con una fuerte producción de combustibles fósiles y una alta tasa de deforestación. Si quiere ser parte de la solución, tiene que balancear estos aspectos en la preparación de sus contribuciones. Bolivia también tiene conocimientos, ideas innovadoras y muchas oportunidades, como las energías renovables o el transporte público en La Paz.
Una última pregunta, ¿cómo ves tú el rol de la sociedad civil en estas negociaciones internacionales?
Desde las Naciones Unidas es bastante claro, la participación de la sociedad civil es importante y parte de toda negociación, siempre como observadores . A nivel global la sociedad civil está muy metida, muy involucrada.
En el tema del monitoreo-reporte-verificación incluso se está discutiendo un rol formal importante para ciertas organizaciones de la sociedad civil.
A nivel nacional, las INDCs ponen presión en la sociedad civil, pero ofrecen también una oportunidad de participar, de opinar y de presionar a los gobiernos.
Muchas gracias por esta entrevista.
Contacto: Enrique Maurtua Konstantinidis, enriquemk@farn.org.ar
Invitacion Conversatorio 20 ago 2015.pdf | |
2015-08-20 - La CMNUCC-Contribuciones - ConversatorioLP.pdf |
El 23 de julio de este año, el científico del cambio climático más renombrado del mundo, James Hansen, ha lanzado una “bomba” al debate académico-político sobre cambio climático. En una revista científica de acceso abierto, conjuntamente a otros 16 científicos, ha publicado el artículo "Derretimiento de hielo, aumento del nivel del mar y super-tormentas. Evidencias de distintas fuentes: datos paleoclimáticos, modelamiento climático y observaciones modernas que en conjunto constata que 2 °C de calentamiento es altamente peligroso”.
La conclusión: Siguiendo la actual trayectoria de emisiones, un aumento del nivel del mar de varios metros hasta 2100 es casi inevitable. “Disrupción social y consecuencias económicas de un aumento del nivel del mar de esta magnitud podrían ser devastadoras”.
Croquis de Hansen que visualiza los mecanismos descritos que llevarían a una desintegración acelerada de las capas de hielo de la Antártida
[leer más]Los glaciares del mundo se derriten a una velocidad cada vez más acelerada, esta es la constatación principal del nuevo estudio “Retroceso glaciar global a comienzos del siglo XXI sin precedentes históricos” (Historically unprecedented global glacier decline in the early 21st century) publicado recientemente en la revista científica Journal of Glaciology.
Usando la base más grande de observaciones glaciares existentes, Michael Zemp, director del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS) y sus co-autores han realizado la evaluación del estado de los glaciares del mundo más completa.
El glaciar Pastoruri en la Cordillera Blanca, Perú en 2012.
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