La crisis global desatada por la pandemia del coronavirus es a la vez una emergencia sanitaria y una crisis socio-económica de dimensiones todavía no calculables, pero que empiezan a vislumbrarse.
Aunque en un primer momento el debate global sobre COVID-19 ha desplazado el otro debate global urgente, la emergencia climática, ahora comienzan a escucharse voces que analizan los aprendizajes de la lucha contra la pandemia para la lucha contra el cambio climático. Incluso hay personas que la ven como ventana de oportunidad para iniciar la transformación hacia un mundo de “cero carbono”.
La consigna de la COP 25 en Madrid, diciembre de 2019
Ya van más de dos meses desde que la ciudad china de Wuhan había entrado a un confinamiento casi total “lock-down” para frenar la expansión acelerada del coronavirus. Con la excepción de algunos países vecinos, el mundo lo estaba mirando del palco. Hasta que los europeos despertaron con sus propios focos de infectados, primero Italia, pero luego también Alemania, Francia, España y el resto de los países. Tomados por completa sorpresa, todos ellos, sin excepción. Mal preparados, la gran mayoría.
A partir del “lock-down” de Italia a comienzos de marzo, todos los demás temas de actualidad han sido desplazados por la preocupación con la pandemia del COVID-19. Primero por los impactos de la emergencia sanitaria en la salud humana y en los sistemas de salud nacionales. Luego por los impactos económicos y sociales de las medidas de aislamiento declaradas en casi todos los países. El cambio climático como emergencia global había dejado el escenario.
El mundo al desnudo
La crisis del coronavirus ha ayudado a visibilizar un par de realidades, escondidas por el consumismo en el Norte y el crecimiento acelerado de las clases medias de la última década en muchos países del Sur Global. En primer lugar, nos ha dado una muestra de cuan interconectado está el mundo. A través de vuelos transcontinentales, COVID-19 ha llegado a casi todos los rincones del mundo en el paso de pocas horas, días o semanas. Ha dejado al descubierto el mal estado de muchos sistemas de salud, o sea a consecuencia de políticas neoliberales o por negligencia de los gobiernos. También ha mostrado la fragilidad de los arreglos económicos capitalistas, con cadenas de producción globalizados y un suministro “justo a tiempo” para evitar costos de almacenamiento.
No es todo, también es a través de COVID-19 que las desigualdades entre el Norte y el Sur Global han quedado, por uno, más visibles que nunca, y por otro lado, están creciendo todavía más. Los países del Sur ya sufren una hola de retiro de capital y la baja de la demanda de materias primas, mientras que con la imposición del confinamiento, las partes más pobres de sus poblaciones ya perdieron sus precarias fuentes de ingreso y pasan hambre.
La disminución de la contaminación atmosferica en la China, mostrada en base a la densidad troposferica de NO2. Fuente: Observatorio de la Tierra de la NASA
El impacto del coronavirus sobre el cambio climático
Sin embargo, con el paso del tiempo están saliendo los primeros comentarios y observaciones sobre la relación del coronavirus con el cambio climático. Imágenes satelitales mostraron como en la región de Wuhán en China la contaminación atmosferica había disminuido tremendamente (ver gráfico arriba). El cierre de gran parte de la industria, y luego de los vuelos internacionales y las grandes reducciones en el transporte, llevaron a una reducción en el uso de combustibles fósiles, por lo que varios observadores comentaron sobre los efectos benévolos de la pandemia sobre las emisiones globales.
Lo que nos ha enseñado la crisis económica de 2008-09, sin embargo, es que se trata de efectos temporales que, una vez que se supera la crisis, quedan aniquiladas, es decir las emisiones volverán dentro de poco nuevamente a sus niveles anteriores, dejando ninguna ganancia en la lucha contra el cambio climático.
Otro impacto de COVID-19 sobre el calentamiento global tiene que ver con la política climática. Con la prohibición de eventos masivos, han desaparecido de un día al otro las marchas y manifestaciones de los activistas de Fridays for Future. A pesar de grandes esfuerzos, el intento de llevar la protesta callejera masiva a la red no ha funcionado. Por parte de las Naciones Unidas ya se postergó sin nueva fecha la próxima cumbre climática COP 26, que iba a celebrarse en noviembre de este año en la ciudad de Glasgow en el Reino Unido. En el mundo ambientalista se teme que estas nuevas constelaciones puedan tener consecuencias muy negativas sobre la política de reducción de emisiones y la implementación del Acuerdo de París.
Aprendizajes de la pandemia de COVID-19 para la lucha climática
Yuval Noah Harari, autor del libro “Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad”, enfatiza el efecto que la pandemia puede tener sobre los sistemas de vigiliancia digitales: “Si, la tormenta va a pasar, la humanidad va a sobrevivir, la mayoría de nosotros estará todavía vivo – pero vamos a estar viviendo en un mundo diferente. Muchas de las medidas inmediatas de emergencia pasarán a ser parte cotidiana de nuestras vidas”.
Analistas del Instituto Alemán para Estudios Regionales y Globales (GIGA) resaltan las consecuencias económicas y sociales para los países del Sur y señalan el potencial para cambios geopolíticos fundamentales: “En la escena de la política internacional, mientras que el gobierno de los EE. UU. no está en condiciones (y mostrando una falta de voluntad) para proveer ayuda a los países del continente, China está ocupando un rol público mucho más prominente en América Latina en el transcurso de la crisis de COVID-19”.
Jared Diamond, autor del libro “Armas, gérmenes y acero”, traza una línea directa entre COVID-19 y el cambio climático: “Probablemente, el próximo año, cuando hayamos desarrollado una vacuna, tendremos al Covid bajo control. Ahora, incluso si se infectara a los 7.700 millones de habitantes de la Tierra, e incluso si el 2% muriera, el número de muertos sería “solamente” de 154 millones. Eso dejaría aún 7.546.000 000 de personas vivas en el planeta. En otras palabras, el Covid no es una amenaza a la existencia humana, mientras sí lo es el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, la desigualdad y las armas nucleares. Estos últimos pueden matarnos a todos y arruinar el estándar de vida de todos; el Covid no puede hacer eso”.
Comparando la emergencia sanitaria causada por el coronavirus, podemos ver algunos otros puntos de comparación con la crisis climática que valen la pena señalar, como es la importancia de estar preparados para cuando las crisis golpean. “No estábamos preparados para la crisis del COVID-19 y lo estamos menos aún para las inminentes consecuencias de desafíos persistentes y cada vez más graves como el cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la contaminación atmosférica que acorta la vida y la acidificación de los océanos”, constata Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE.
La crisis como oportunidad para una “recuperación verde”
Varios son los analistas que señalan la oportunidad que nos brinda la crisis de COVID-19 para aprender como mejor enfrentar la crisis mayor del cambio climático.
La directora de investigación del Instituto de Ecología de Estocolomo (SEI), Åsa Persson, lo expresa de la siguiente forma: “Estamos viviendo un evento que cambiará el mundo. Habrá un antes y un después de la pandemia de COVID-19. Es difícil predecir cómo será es mundo cambiado. Pero hasta cierto punto, está en nuestras manos”.
Dirk Messner, el director de la Agencia Alemana para el Medio Ambiente, dice: “Si la crisis de corona subraya una cosa, es el hecho de que nos encontramos todo en el mismo barco (más allá de las muchas desigualdades) y que ningún país está a salvo de los impactos de la pandemia. Tanto la crisis de corona como el cambio climático demandan solidaridad y conciliación de intereses entre naciones, para reducir riesgos comunes”.
Por una parte, se presenta una gran oportunidad - tal vez única - para la transformación económica hacia un mundo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero. En las palabras de Nicholas Stern, uno de los economistas del cambio climático más importante del mundo: “Hay una oportunidad en la recuperación de las crisis de Covid-19 para crear un nuevo enfoque al crecimiento económico, que es una economía sostenible y resiliente, en armonía estrecha con el mundo natural”.
Con buena parte de las industrias de mayores emisiones cerradas o funcionando a media máquina, con cada semana de lock-down que pasa se abre más campo el debate desde el “Cómo volver a la normalidad?” hacia “Cómo queremos vivir después?” Toda persona que medianamente comprende la dimensión del reto que posa el cambio climático para la humanidad, ya está conciente que el modo de vida predominante en el planeta estaba lejos de ser sostenible. Era una “normalidad” venenosa, si así la queremos llamar.
Ahora, tenemos una gran ventaja si comparamos el cambio climático con el coronavirus, que es una amenaza desconocida e inédita, y es que sabemos exactamente lo que deberíamos hacer para enfrentar el cambio climático: salir de la economía basada en el carbono y bajar las emisiones de gases de efecto invernadero de manera rápida, drástica y permanente.
Del 08 al 12 de septiembre del año pasado tuvo lugar la Conferencia Internacional de Montaña IMC 2019, el mayor evento dedicado exclusivamente a la investigación en regiones de montaña. Durante una semana se reunieron alrededor de 500 científicos – entre ellos el autor de estas líneas - en la ciudad austriaca de Innsbruck.
A continuación, presento los puntos de mayor relevancia, en base al excelente resumen de la International Mountain Conference 2019 preparado por MRI, la “Iniciativa por la Investigación de Montaña”, que además incluye un gran número de hipervínculos.
Los Alpes vistos desde los ambientes de la conferencia IMC 2019
[leer más]El Ministerio para la Transición Ecológica de España ha puesto a disposición – tanto impreso, como en digital - una serie de tres “guías resumidas” sobre los últimos Informes Especiales (Special Reports) del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
En estos folletos ilustrados con fotos y gráficos del IPCC, se presenta de forma didáctica los contenidos principales de los informes sobre “Calentamiento Global de 1,5°C” (2018), “Cambio Climático y Uso de la Tierra” (2019) y “Cambio Climático y Océanos y Criosfera” (2019).
[leer más]2019
Estimados lectores,
Está por terminar un año con importantes acontecimientos, tanto en Bolivia, como a nivel global. Desde la perspectiva del cambio climático, 2019 es el año en que de una forma impresionante, el tema ha llegado a todos los discursos del Norte Global.
El hecho de la presencia del desafío que significa el cambio climático en la opinión pública mundial es motivo para abrigar un leve optimismo de que como paso seguido al debate, el mundo pasará a la acción climática efectiva en el transcurso de los próximos 12 meses.
Deseamos a todos Uds. un año en que predomine el espíritu de la reconciliación y fortaleza para la reconstrucción de una democracia pluralista.
[leer más]Poco antes de la conferencia COP 25 de Naciones Unidas sobre cambio climático, que se celebra del 2 al 13 de diciembre en la capital española de Madrid, la Alianza de Científicos del Mundo (Alliance of World Scientists) publicó una alerta sobre una emergencia climática.
Su punto de partida contiene una referencia directa a uno de los últimos discursos pronunciados por Greta Thunberg: “Los científicos tienen una obligación moral para alertar la humanidad de forma clara de cualquier amenaza catastrófica y ´decirlo como lo es´”.
a. Población humana; b. tasa total de fertilidad; c. número de rumiantes. Fuente: Ripple et al. 2019
[leer más]“Las decisiones que se toman hoy son críticas para el futuro de los océanos y de la criósfera”, es la línea base del último Informe Especial del IPCC sobre el Océano y la Criósfera (Special Report on the Ocean and Criosphere – SROCC), presentado el 25 de septiembre en Monaco.
Una vez más, el gremio científico asesor de la Convención Climática de las Naciones Unidas alerta sobre los impactos ya visibles del cambio climático en las partes congeladas del planeta – la criósfera – y los mares: Los océanos se calientan, los glaciares y capas de hielo se derriten y el nivel del mar aumenta – todo a un ritmo sin precedentes.
[leer más]2019
La Amazonía está en llamas, una vez más, como cada año hacia el final de la época seca. Pero este año los números de incendios en Brasil y Bolivia han alcanzado nuevamente tristes récords, con más de 1 millón de hectáreas quemadas sólo en Bolivia.
Presentamos a continuación una contribución del científico ambiental y experto en la Amazonía Timothy J. Killeen, cuya primera versión fue publicada en LinkedIn. El autor tiene una larga trayectoria de investigaciones y publicaciones sobre la deforestación en la región amazónica, entre ellas el libro “Una Tormenta Perfecta en la Amazonia. Desarrollo y conservación en el contexto de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA)”.
Aumento de los fuegos en la Amazonía en 2019; fuente: Earth Observatory/NASA
[leer más]2019
Durante los últimos años, varios investigadores han presentado estimaciones de la cantidad de emisiones todavía permitidas antes de pasar los límites del aumento de temperatura acordadas en el Acuerdo de París: 2 °C y 1,5 °C. Sin embargo, los resultados varían significativamente, lo que causó más confusión que claridad.
Esta situación motivó a un grupo de científicos a preparar el artículo “Estimando y haciendo seguimiento al presupuesto de carbono restante para establecer metas climáticas contundentes” (“Estimating and tracking the remaining carbon budget for stringent climate targets”).
El artículo publicado en la revista “Nature” en julio de 2019 (izq.) y su autor principal Joeri Rogelj (dcha., en la COP 24 de Katowice)
[leer más]Los impactos del cambio climático – como ser lluvias más fuertes, inundaciones más frecuentes y el retroceso acelerado de los glaciares - ya se sienten con mucha claridad en las montañas de Azerbaiyán, parte oriental de la cordillera del Gran Cáucaso.
Para debatir los retos de las regiones de montaña, que también sufren de los impactos de la minería, la agricultura y del turismo, en mayo de este año se organizó la conferencia internacional “Montañas: culturas, paisajes y biodiversidad” en la capital azerbaiyana Bakú.
[leer más]El reciente informe sobre el estado actual y las perspectivas de futuro de la biodiversidad en el planeta presentado por la “Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas” (IPBES) en mayo pasado es otro grito de alarma.
En su “Informe de Evaluación Mundial sobre la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas”, se alerta sobre la inminente extinción de un millón de especies de plantas y animales – y las consecuencias para la civilización humana. Para evitar esta catástrofe de biodiversidad, según el IPBES, se necesitan “cambios transformacionales”.
[leer más]Lastimoamente ya no es posible suscribirse